Zumbidos de Carnaval

El grupo Harrigorria recrea en Abanto la mascarada agrominera de Meatzaldea

Ya desde la mañana el Carnaval agrominero iniciaba su liturgia con la puzke biltzea o cuestación, representando una plaga de insectos, que recorrió el pueblo con gran estruendo de bombos, txistus y carracas cobrando su tributo en forma de comida y bebida, para que en las próximas estaciones, bien sea primavera o verano, las casas y sus heredades estén libres de ataques de estos símbolos del mal.

"El Carnaval que representamos nace de nuestras raíces: la mina y la naturaleza, ya que en esta zona también se vivía del pastoreo y de la agricultura. Con todo, la memoria histórica que nos han dejado e investigando sobre los males y miedos que hubo en la zona -enfermedades como el cólera y plagas a las que el pueblo temía mucho-, se crearon una serie de personajes que los representan para hacer un conjuro e intentar erradicar el mal", explican desde el grupo gallartino.

Bizkarbaltza Fruto de esta apuesta, el Carnaval abantoarra, a semejanza de otros carnavales de honda tradición en Euskal Herria, tiene su propia representación del bien y del mal y sus propios corifeos. Así, Bizkarbaltza es el personaje central de la celebración. Esta voluminosa figura de color negro y cabeza de animal representa el mal en general que afecta a la población, como el cólera que, antaño, tanto perjudicó a los mineros, y acaba siendo quemado con ánimo de extinguirlo.

Junto a él, Zangaluzea, plasmado mediante un personaje de gran tamaño similar a los Erraldoiak mitológicos, escenifica el hambre que, al igual que las enfermedades y plagas infestaban los pueblos en su conjunto, y se acompaña de Beldarroia que refleja la ansiedad por comerlo todo, la voracidad de la naturaleza y de Hartza, el fiero animal del bosque al que no temen los larvados mozorroak.

Frente a ellos se sitúa Aurtontxoa, protector que nivela la balanza entre el bien y el mal y que, en esta zona agrícola y de ganado, al que protege como Basajaun, aparece ataviado con pieles y sacos mineros y unas largas melenas. Junto a él, las sorginak encartadas y el Artzazaina que domará al Hartza se acompaña de un nutrido grupo de mineros ataviados con los vestidos de saco con los que antaño accedían a las minas.

Una ceremonia coral que volverá a disfrutarse el próximo sábado en el núcleo rural de Sanfuentes. 

El bien y el mal reprodujeron en abanto-Zierbena la eterna lucha entre el hombre y la naturaleza (E.Z.)