Dokumentuaren akzioak
Viejas imágenes y buenos amigos
El prestigioso dantzari e investigador Iñaki Irigoien recibe un homenaje por su trayectoria
Es una de las personas que más y mejor ha entendido el folclore vasco". Esta es la descripción que, según los que le conocen, mejor se adapta a Iñaki Irigoien Etxebarria (Bilbao, 1935), dantzari e investigador del folclore vasco que ayer recibió un merecido homenaje a su extensa trayectoria en el Museo Vasco de Bilbao a cargo de diferentes instituciones como Bizkaiko Dantzarien Biltzarra, la Diputación Foral de Bizkaia, las Juntas Generales y el Ayuntamiento de Bilbao, entre otros.
"Este homenaje es una recompensa al trabajo y me produce una satisfacción enorme recibirlo", señaló un emocionado Irigoien, que compartió este momento tan importante de su vida con su mujer, Maribi Garitaonandia, la que mejor le conoce y quien ha visto de cerca su trayectoria. "Estoy encantada con este reconocimiento porque he visto día a día lo que ha trabajado y se lo merece", apuntó orgullosa. Para Garitaonandia, el homenaje que recibió ayer su marido significa sacar a la luz una laboriosa tarea cultivada durante años que empezó en 1952 cuando ingresó como dantzari en el grupo Dindirri Dantza Taldea. "Lleva más de cincuenta años trabajando y veo que al final han reconocido su trabajo", agregó.
reencuentro Uno de los aspectos que más emocionó a Irigoien fue volver a ver cientos de caras conocidas para él, compañeros de dantzas y amigos en general, que le han acompañado a lo largo de toda su vida por los rincones de Euskal Herria y que ayer abarrotaron el claustro del Museo Vasco de Bilbao para rendir tributo al maisu Irigoien, un enamorado de la danza que ha sabido transmitir su pasión a las nuevas generaciones y que ha consolidado el movimiento asociativo cultural vizcaino. "Estar entre amigos y volver a verles las caras, gente que ha venido de Nafarroa, Gipuzkoa..., es lo mejor", explicó Irigoien.
La figura de Irigoien fue ensalzada por los diferentes representantes públicos que se deshicieron en elogios hacia su persona. "Compararía a Iñaki con Barandiaran y Caro Baroja por su labor de recuperación de la cultura vasca en tiempos difíciles", indicó Ibone Bengoetxea, edil bilbaina y presidenta de Eudel, durante la entrega de los distintos galardones. Sobre ello, ya recordó Irigoien en una entrevista con DEIA que "en la época en la que bailábamos nosotros, la danza era uno de los elementos más simples de la cultura vasca que se autorizaban". Así, la dictadura franquista no enterró su pasión por la cultura ni su ánimo por seguir investigándola. "A él le debemos la recuperación del aurresku popular que se celebra en Begoña cada 15 de agosto", prosiguió Bengoetxea, quien celebró también que este homenaje no sea un colofón. "Tenemos Iñaki para rato y eso es lo mejor", indicó.
presencia de la danza El reconocimiento otorgado ayer por parte de las instituciones, además de ensalzar la figura de un entusiasta como Iñaki Irigoien, sirvió también para rendir homenaje al mundo de la danza como recordó la presidenta de las Juntas Generales de Bizkaia, Ana Madariaga: "Reconociendo a Iñaki estamos reconociendo a todos", afirmó. Además, el legado que deja Irigoien, quien contribuyó a la creación de la agrupación Bizkaiko Dantzarien Biltzarra en 1983, ha servido para sembrar las bases del futuro de la danza vasca, pero todavía queda trabajo que realizar, tal y como expuso Madariaga. "Ahora es imprescindible el relevo generacional", añadió. Sobre esto, Irigoien analizó que "las nuevas generaciones están inmersas en otro tipo de cultura más amplia". Además, valoró cómo han cambiado los tiempos. "Los niños van y los padres les mandan a danzas pero ahora hay muchos más elementos culturales, más cosas, otros atractivos, deportes..., en mi época, en un Bilbao con no excesivas posibilidades sin coche, el mero hecho de salir en autobuses y recorrer el país suponía un atractivo", explicó.
Entre las tareas más importantes desempeñadas por Irigoien está la recuperación y definición de antiguas danzas tradicionales hoy desaparecidas, así como, la ardua labor de documentación sobre el folclore vizcaino que le llevó a impulsar la creación de una mediateca especializada con más de setenta publicaciones. Sin embargo, antes de todo eso, Irigoien se forjó un nombre como dantzari, preludio de lo que marcó su pasión por este mundo. "Empecé a leer libros sobre el tema en la biblioteca Azkue porque antes en la escuela no aprendíamos nada de eso", recordó. Después llegaría su participación en la creación del Euskal Dantzarien Biltzarra (Baiona, 1966) y en la organización de los primeros Dantzari Egunak de Iruñea (1978) y Bilbao (1979).
Durante el acto, se proyectó un vídeo biográfico sobre la trayectoria de Irigoien que transportó al público hasta sus inicios como dantzari con viejas imágenes que le recordaron las amistades hechas en el mundo de la danza. "Cuando bailábamos, la sensación que la gente te transmitía era que había necesidad de ver aquello, cada vez que hacíamos una actuación por un pueblo y pasabas con el cartel, te aplaudían", rememoró con nostalgia. Asimismo, Irigoien recordó que actualmente quizás se ha perdido un poco el interés. "Las actuaciones de entonces tenían mucha más vida, mucho más interés entre la gente que la que igual pueden tener ahora", analizó.
Por último, la despedida de una figura como Irigoien no podía ser de otra manera que cediendo el testigo. Así, en la calle La Cruz, se bailó una serie de danzas representativas de Bizkaia como la Uriko Soka dantza; Aurrez aurre; la soka dantza de Lekeitio Mutilaren aurrekoa; el kontrapas de Txorierri; la soka dantza y Erregelas Aurreskulariena y las Banango Zaharrak en su honor.
Iñaki Irigoien, junto a su mujer, Maribi Garitaonandia. (Jose Mari Martínez)
Dokumentuaren akzioak