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Viaje a través de la danza
La compañía El Tinglao presenta en Egia 'Fisterra', un montaje protagonizado por el donostiarra Ángel Negro
Se trata de la primera actuación de El Tinglao en el País Vasco y para
el donostiarra Ángel Negro va a ser especial. «La actuación en Egia
simboliza muchas cosas. Es la primera vez que actuamos en San Sebastián
y en el País Vasco. A nivel emocional, es actuar en la ciudad donde he
nacido, donde vive mi familia y donde tengo grandes amigos. Nos ha
costado mucho que nos programaran allí. Siempre la danza contemporánea
es más complicada en ciudades pequeñas, pero, a nivel cultural,
Donostia es una ciudad un poco más abierta».
Además, el actor y bailarín donostiarra interpreta al personaje
central de la trama, una especie de guía por los caminos telúricos.
«Como peregrino, mi trabajo consiste, sobre todo, en caminar. Tengo una
dismetría de ocho centímetros y al coreógrafo, Florencio Campo -miembro
del grupo Arrieritos-, lo que le interesaba era jugar con el vaivén de
mi espalda al caminar. Así que debido a mi supuesta discapacidad, tengo
esa posibilidad de movimiento», añade Ángel Negro.
Personas variopintas
El Tinglao es una compañía de teatro y danza para la que su lema de
trabajo es que la capacidad de actuar y/o bailar presupone formación y
ganas. Surgida en 1995 como una Asociación formada por «un grupo de
personas variopintas» con ganas de investigar y aprender, tres años
después ya comenzó con sus actuaciones como una compañía que reúne a
«personas con discapacidad y a personas sin discapacidad aparente»
-matiza Ángel Negro-. Con la aparición de la coreógrafa Patricia Ruz
entró la danza en El Tinglao, porque «nos dimos cuenta de la riqueza de
los cuerpos con diversidad, que no responden tanto al canon de bailarín
idealizado. En lo que los demás encuentran dificultades, nosotros
encontramos posibilidades. Estas posibilidades nos permiten mostrar la
creatividad de los cuerpos con variedades expresivas», añade el
intérprete donostiarra.
El público responde bien y con «bastante emoción» ante las
propuestas de El Tinglao. «Ver bailar a alguien en silla de ruedas
impresiona y el público lo valora como un hecho extraordinario, aunque
no debería ser así, pues las coreografías están adaptadas a las
posibilidades de cada uno. Las personas con discapacidades más
evidentes se llevan más aplausos», asegura Ángel Negro, quien revela
las dificultades de El Tinglao para acceder a los circuitos
normalizados. «Cuesta mucho que se nos considere en el ámbito
normalizado como otra actividad cultural. Cuando intentamos ayudas en
el tema social, nos dicen que somos cultura y al revés. O recibes ambas
subvenciones o ninguna».
Para 2008, El Tinglao está inmerso en un ambicioso proyecto, para
el que buscan con ahínco financiación. «Queremos hacer un nuevo
espectáculo de danza, muy ambicioso, con aéreos de circo. Trabajaríamos
la gravidez y la ingravidez. Los aéreos liberan la presión de la
gravedad a las personas con un problema físico. De ahí, la
investigación que queremos realizar junto a un colectivo de teatro y
circo. Sería un espectáculo de gran formato que requiere espacios
escénicos muy potentes», finaliza Ángel Negro. De momento, su próxima
ambición es cautivar al público donostiarra con su espectáculo
Fisterra. La cita con este colectivo de «cuerpos diferentes y formas de
expresar diferentes», mañana, a las 20.00 horas, en Egia.
EL ESPECTÁCULO
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