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Vestidos para bailar
Jare Dantza Taldea inicia los actos de su quinto aniversario con una exposición en Oihaneder Euskararen Etxea
Los maniquíes no se pueden mover. No tienen vida propia, aunque el cine o la literatura lo han imaginado alguna que otra vez. Eso sí, los que desde ayer pueblan la parte más alta de la colina gasteiztarra están vestidos para ponerse a bailar en cualquier momento. Falta la música. Además, podrían ofrecer al público una amplia diversidad de dantzas de cualquier punto de Euskal Herria. Para ello están preparados de pies a cabeza. Mientras llega ese instante en que se arranquen, lo que sí hacen es formar parte de la exposición Jantzien jantza, trajes de danzas vascas, que Jare Dantza Taldea propone hasta el día 23 de la mano de Oihaneder Euskararen Etxea.
El grupo alavés abre con este acto el programa especial de actividades que a lo largo de 2016 va a compartir con la ciudadanía para celebrar su quinto aniversario, un lustro en el que Jare ha pasado de estar compuesto por seis dantzaris a tener en la actualidad entre sus filas, sumando también a músicos, a cerca de 80 personas. “Es un salto cualitativo y cuantitativo bastante importante”, señala Endika Saez de Adana, integrante del proyecto cultural.
Como las velas de cualquier cumpleaños es bueno soplarlas con los demás, este primer paso del aniversario se abrió ayer en el subsuelo de Montehermoso a través de un acto de inauguración sencillo en el que, por supuesto, no faltó la música y un agurra interpretado por el grupo de jóvenes de 16 años con el que cuenta Jare. Desde ese instante hasta el 23, todas aquellas personas interesadas tienen tiempo -bastante justo, eso sí- para acercarse y adentrarse en este recorrido geográfico y cultural a través de los siete herrialdes, con especial mención a Araba.
De hecho, en la muestra se presentan 36 trajes de toda Euskal Herria, correspondiendo once de ellos a tierras alavesas (Elciego, Laguardia, Pipaón...). “La verdad es que hay poca gente, fuera de lo que es un grupo de danzas, que conoce el patrimonio que tenemos en este sentido. Por ejemplo, en Rioja Alavesa hay mucha diversidad y no es que no la sepamos apreciar, es que no sabemos de ella. Sobre todo en esta zona, de pueblo a pueblo hay cambios hasta en el mismo personaje, como sucede con el Katximorro, pero es algo que suele pasar desapercibido”, apunta Saez de Adana. Un hueco que, dentro de sus posibilidades, esta exposición intenta cubrir.
Con la colaboración de Gaztetxu, grupo de danzas de Gasteiz ya desaparecido que en 2014 celebró el 50 aniversario de su nacimiento, Ioar, Usatxi, Alkartasuna, Triskari y Adurtza, Jare ha conseguido reunir esta representación de un patrimonio mucho mayor. Es más, no se presentan sólo trajes puesto que también se incluyen otros elementos “de relevancia” que son necesarios en algunas danzas, como sucede con una caja de roble tallado utilizada por Gaztetxu en Lekeitio.
“Lo que queda patente es la diversidad de danzas que tenemos en Euskal Herria y, en consonancia, la variedad de trajes, desde los más sencillos y normales, como el típico de arrantzale, hasta los que podemos ver en Iparralde, que son mucho más elaborados. Muchas veces no encasillamos. Todos sabemos lo que es un fandango o un arin-arin, pero cada pueblo tiene su danza, su traje y aquí hemos recogido, por encima, lo que existe”, relata Saez de Adana.
De esta forma, Jare inicia los actos de su quinto cumpleaños, una exposición en la que se han implicado muchas personas no ya en el montaje sino también en otros aspectos como, por ejemplo, solicitar maniquíes a las tiendas de la ciudad. “Somos gente que siempre tiene ganas de hacer, personas comprometidas, a las que les gusta esto y que estamos dispuestos a trabajar”. De hecho, el resto de actividades que llevarán a cabo este año para celebrar su aniversario están también diseñadas, aunque el grupo va a ir desvelando cada cita de manera paulatina. “No todo va a ser sólo dan-tza”, avisa Saez de Adana. Todo a su momento.
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