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Unidos contra el ladrón en Lantz

Komunikabidea
Diario de Noticias
Tokia
Lantz
Mota
Albistea
Data
2009/02/24

Desde primera hora de la mañana los participantes se reunieron en la posada del pueblo, que durante estos días se convierte en el centro neurálgico de la localidad. Un buen almuerzo sirvió para coger fuerzas con las que afrontar todo un "duro" día de desfile, fiesta y buen humor. Sobre las 13.30 horas, los protagonistas comenzaron a preparar las vestimentas de los diferentes personajes. Ziripot, que se vistió en el desván de la posada, fue el que más tiempo y esfuerzo requirió en la preparación ya que su traje se compone de sacos de arpillera rellenos con más de 40 kilos de hierba seca que se encargan de amortiguar los golpes que este recibe durante el desfile. Joseba Ariztegi fue un año más el encargado de dar vida a este bonachón personaje. "Ya llevo 10 años haciendo de Ziripot, lo más difícil es andar con semejante volumen pero ya le he cogido el aire", aseguró Ariztegi. Los 10 herreros se prepararon en una casa contigua, y los txatxos llegaron hasta la posada en busca de Ziripot. Uno de los txatxos, David Mariñelarena, aseguró que el carnaval es la fecha "más importante para el pueblo, es un momento de reunión con el resto de la gente, incluso con algunos que no ves durante el resto del año".

Cientos de personas esperaban en la calle a que la comitiva saliera para representar la captura del bandido Miel Otxin. Cada año es mayor la expectación que despierta este carnaval. "Hay gente que cree que desvirtúa la esencia del carnaval, pero desde el Ayuntamiento creemos que hay que seguir potenciando que vengan visitantes. Nadie concibe el carnaval sin gente", afirmó el concejal de cultura Juanma Eugi, quien señaló además que se han planteado la creación de un museo de los carnavales para seguir fomentando el turismo así como la creación de una página web con toda la información sobre esta fiesta para darse a conocer. Eugi resaltó que este año el carnaval se celebra con un recuerdo especial a Jesús Mari Román Ecay (Txus), acordeonista que participó en las kalejiras durante 40 años, y que falleció recientemente.

la historia Cuenta la tradición que, al ser Lantz un lugar de paso obligado entre Francia y Pamplona, muchos eran los que se quedaban a pasar la noche en la posada del pueblo. Miel Otxin fue uno de ellos pero este no era un huésped cualquiera ya que este traidor se dedicó a robar a los vecinos de la población. De hecho, su nombre proviene de las mil otxinas (ochenas) que robó a los habitantes de Lantz. Éstos, en batida y con el fuerte de Ziripot al frente y los txatxos con las caras tapadas para mantener el anonimato, salieron en busca de Miel Otxin que intentó escapar por las calles del pueblo. Su caballo, el Zaldiko, le ayudaba en su intento de huida tirando a Ziripot al suelo. Mientras, los herreros del pueblo luchaban para capturarlo para ponerle herraduras y que no pudiera escapar. Al final, tras varios intentos de escapada, los txatxos y Ziripot consiguieron detener a Miel Otxin e hicieron justicia quemándolo en la hoguera. Esta historia, que ha pasado de boca en boca a lo largo de muchísimas generaciones, es la que se representa cada año en Lantz. Beñat Zintzo Garmendia, historiador francés especialista en la inquisición española que ayer acudió a contemplar el desfile, aseguró que son pocos los pueblos que cuentan con una historia propia y tan rica como la de Lantz. "Creo que lo más curioso de este carnaval es el baile de Miel Otxin cuando se termina el desfile. Todos bailan a su alrededor pero lo hacen en el sentido contrario a las agujas del reloj, lo que muchos señalan como un símbolo del deseo de parar el tiempo, de que los años no pasen", aseguró Zintzo.

el desfile Pasadas las 14.00 horas comenzó el desfile carnavalesco por las calles de Lantz. Los herreros o perratzaileak, con sus calderos y sus sardes, fueron los primeros en salir y se dirigieron hasta el yunque donde prepararon las herraduras con las que, más tarde, intentarían herrar al Zaldiko. No tardaron en salir de la posada los txatxos, Ziripot, Zaldiko y Miel Otxin. Este último no paró de bailar en todo el desfile al ritmo de los txistus y atabales que animaron la kalejira . Después de dar una vuelta al pueblo en la que Ziripot cayó más de una veintena de veces al suelo por culpa del Zaldiko, la comitiva llegó a la plaza del pueblo, donde los txatxos bailaron el tradicional zortziko de Lantz alrededor del bandido que no logró escapar. Por la tarde los vecinos continuaron con la fiesta y después de una comida popular salieron nuevamente de kalejira. Hoy se repetirá el desfile que será el definitivo ya que Miel Otxin será ajusticiado y quemado en la hoguera, poniendo así fin al carnaval.

Imagen ampliada

Los txatxos ayudan a Ziripot a levantarse mientras el Zaldiko huye y Miel Otxin observa todo desde las alturas.

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