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Unidos bajo las espadas
La Plaza de Untzaga de Eibar acogió ayer al mediodía la exhibición de seis grupos de baile que tomaron parte en el broche final de la Euskal Jaia 2006
La Euskal Jaia 2006 de Eibar ha
traído este fin de semana hasta la localidad armera un formato novedoso
que no ha pasado desapercibido entre los eibarreses. Cuando se cumplen
ya 41 años de su celebración el plato fuerte de este año se ha centrado
en los alardes de bailes que se han celebrado a lo largo del sábado y
domingo. Junto a las danzas de espadas de las cercanías, incluídos los
Danzantes de Ruiloba de Cantabria, los organizadores de la Euskal Jaia
eibarresa han traído este año dos representantes extranjeros (el grupo
In de Kring de Dunkerque y los integrantes de Dansgroep Lange Wapper de
Amberes) para mostrar cómo son los bailes de espadas más allá de los
Pirineos.
Este año el alarde de danzas se ha desarrollado
durante dos días, sábado por la tarde y ayer durante el mediodía. El de
ayer, el que cerraba el cartel de la Euskal Jaia 2006, presentaba en
Untzaga a los grupos Kezka de Eibar (unidos a los de Haritz de Elgoibar
y Txindurri de Ermua), Irrintzi de Zumarraga-Urretxu, In de Kring de
Dunkerque, Zerutxu de Markina, Dansgroep Lange Wapper de Amberes y
Danzantes de Ruiloba de Cantabria.
Para abrir boca el festival
se abrió con la comparsa 'Inude eta artzaiak' acompañados de la
Fanfarre Ustekabe. El numeroso grupo, con su conocida música y el
lanzamiento de las muñecas al aire, caldeó, más si cabe, el ambiente de
Untzaga.
La tradicional 'Ezpata dantza de Zumarraga', que se
baila el 15 de agosto en la ermita de la Antigua, dio paso a la
actuación del grupo francés de Dunkerque. Acompañados de una música con
reminiscencias medievales, los ocho componentes de la formación fueron
componiendo sus giros y vueltas gracias a sus largas espadas hasta
completar una parrilla en la que su capitán, con una gran bandera en la
mano, subió a hombros de sus compañeros. La constancia de un baile de
espadas en Dunkerque y su región, ya que se baila en numerosos pueblos,
se remonta al año 1572. Los componentes de In de Kring llevan, tras su
recuperación, cerca de 16 años con el actual formato de baile, un
baile, por cierto, que suele ser interpretado en época de Carnaval.
El
grupo Zerutxu de Markina-Xemein fue el cuarto en hacer su aparición en
la plaza. Igual que con los otros grupos, también se pudo apreciar en
su interpretación desarrollos comunes a todos los participantes como,
por ejemplo, la izada de uno de sus componentes que apoyaba sus pies en
las espadas entrecruzadas.
Tras la actuación de los de
Markina-Xemein tocaba el turno a los siguientes invitados extranjeros.
Dansgroep Lange Wapper dividía su intervención en dos bailes, el
primero de ellos una 'ezpata-dantza' de seis mujeres dirigida en todo
momento por un hombre y con la música de una gaita y un violín. La
segunda parte del baile fue interpretada por un grupo de hombres
quienes, sin ningún acompañamiento de música, conseguían llevar el
ritmo con el único sonido de unos zuecos de madera. El grupo de
Amberes, compuesto por más de 50 personas, es uno de los más veteranos
de ese país ya que se creó en 1958. El baile que ayer ofrecieron en
Eibar vio por primera vez la luz, tras su recuperación, en 1970 y suele
ser ejecutado el Domingo de Pascua.
Tras casi dos horas de
festival los últimos en actuar fueron los Danzantes de Ruiloba, de
Cantabria. Con un ritmo frenético y siempre corriendo en círculos y
agarrados a sus largos palos, los cántabros mostraron en Untzaga su
'Danza de las lanzas', considerada como una de las más ancestrales de
Cantabria y que se interpreta cada 9 de septiembre junto al santuario
de la Virgen del Remedio.
Después de tres días de baile, música
y exposiciones, las primeras valoraciones sobre la Euskal Jaia
eibarresa no pueden ser mejores. «Estamos muy contentos con el
resultado porque para nosotros ha sido todo un reto», aseguraba Oier
Araolaza, uno de los componentes del grupo Kezka. «Hasta ahora siempre
habíamos traído grupos de Euskal Herria y esta era la primera vez que
nos planteabamos traer grupos de fuera. A nivel organizativo también
esto nos planteaba muchas inquietudes sobre si sabríamos llevarlo bien
y qué acogida tendría la propuesta. Y en este sentido estamos
contentísimos porque todo ha ido perfecto, incluso mejor de lo que
habíamos imaginado».
Los organizadores también destacaron la
respuesta del público eibarrés «a pesar del sol. Porque estar en
Untzaga con sol es durito», bromeó Araolaza. El público ha respondido
muy bien porque en opinión de este miembro de «tenía interés en lo que
se estaba mostrando. Habíamos conseguido crear algo de curiosidad por
ver lo que iban a aportar los grupos tanto del País Vasco como los de
fuera».
La tendencia de compartir danzas con un nexo común será
seguida, lo más probable, en los alardes de los próximos años. «Cuando
abrimos esta línea de trabajo ya teníamos previsto, si la cosa iba
bien, por dónde podríamos seguir. Lo mismo que hemos hecho con las
danzas de espadas podríamos hacerlo con otros modelos coreográficos».
Acto: Euskal Jaia de Eibar 2006. Alarde final de bailes.
Lugar: Plaza de Untzaga, Eibar.
Participantes: Kezka de Eibar (junto a Haritz de Elgoibar y Txindurri
de Ermua), Irrintzi de Urretxu-Zumarraga, In de Kring de Dunkerque
(Francia), Zerutxu de Markina-Xemein, Dansgroep Lange Wapper de Amberes
(Bélgica) y Danzantes de Ruiloba (Cantabria).
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