Edukira salto egin | Salto egin nabigazioara

Tresna pertsonalak
Hemen zaude: Hasiera Hemeroteka Una gala con artista revelación

Dokumentuaren akzioak

Una gala con artista revelación

Crítica, Gala en el Kursaal

Egilea
Idoia Lecumberri
Komunikabidea
Diario Vasco
Mota
Kritika
Data
2006/05/01
Ovación absoluta y rotunda al Arte de Alicia Amatriain, por parte del público donostiarra que reconoció el enorme talento artístico de la solista del Ballet de Stuttgart, entre todos los participantes a esta X Gala del Día Internacional de la Danza, que organiza la Asociación de Profesionales de la Danza de Guipúzcoa.

No había tenido el privilegio de ver bailar a esta donostiarra, alumna de Peter Brown y Águeda Sarasúa, que salió a la edad temprana de 13 años hacia Alemania. Alicia se fundió en un enorme abrazo a su mentor artístico al final de la Gala, el día de su 80 cumpleaños. Emoción a raudales por parte de todos los integrantes a esta gran fiesta de la Danza , organizada perfectamente por la Asociación y que también rindió homenaje a este gran maestro de bailarines, Peter Brown. El Kursaal se convirtió, una vez más (acordémonos de la brillante Gala que organizó la Academia Talía, en Navidades, bajo la batuta de Mentxu Medel) en una reunión de todos los balletómanos de la ciudad, donde se pudieron juntar a bailarines tan reconocidos como la misma Medel, Hilde Koch (ex bailarina solista del Stuttgart y trece años bailarina solista de W.Forshyte), a las hermanas Del Barrio, a Miguel Orbelzu, Henry Brown, Nacho y Lourdes Lumbreras y demás alumnos y bailarines que han salido de nuestra cantera donostiarra.

Lo más sorprendente, en mi opinión, ha sido la versatilidad de Alicia Amatriaín a la hora de abordar diversos estilos artísticos de donde hemos podido apreciar su garra en la pieza de G. Montero junto a Iván Gil Ortega, pues despliega su saber hacer en la coreografía Godspeed, que intenta, con gran dificultad, repetir el inimitable estilo de W. Forshyte, pero donde se ven ramalazos de genialidad en la interpretación de estos dos grandes solistas. Alicia está ideal, se disloca físicamente, es generosa en sus infinitos movimientos. Es una bailarina de largas, larguísimas líneas, longuilínea que ataca el movimiento de forma muy radical, muy contemporánea, con unas extensiones siempre al límite, con una finura que nos deja a todos fascinados.

Izaskun Lapaza que finaliza sus estudios en la London Contemporary School, presentó Euripean, una pieza bien compuesta con ritmo y un grupo muy compacto de bailarines..

La pieza Dame 15 minutos que quiero volar un rato, llamó la atención por su expresividad y buena interpretación en una coreografía de N.Rambaud y C. Troncoso e interpretación de Leire Amonárriz y José Luis Sendarrubias.

Marisa Mascarell (mejor bailarina intérprete en el 2005 del XIX Concurso Coreográfico de Madrid) y Saúl Vega, bailaron dos curiosas piezas de Iván Pérez, que pusieron un contrapunto moderno a otras piezas de carácter más clásico. Thiery Malandain, el coreógrafo del Ballet de Biarritz, estuvo como siempre presente en esta Gala con una pieza muy sexy, sensual y formalmente muy musical, en un paso a dos lleno de guiños, muy simpático, homenajeando a Mozart y bien interpretado por Analiza Cioffi y Miguel Pla Boluda.

Henry Brown, se mostró muy emocionado al revivir la pieza Nocturno con música de Dvorak que Ray Barra montó para Elena Figuerova, su mujer, y que esta vez interpretó con cierto hieratismo, Eva López Crevillén, bailarina del Ballet Nacional de España y Lienz Chang, primer bailarín del Ballet Nacional de Cuba.

Cerró la noche, otra vez, Alicia Amatriaín, en un pas de deux classique del III Acto de Onegin, con música de Tchaikowsky y magnífica coreografía de John Cranko, una historia de amor imposible donde la elegancia dramática y espiritual de la Amatriaín, queda a flor de piel. Además de sus virtudes técnicas, que son inmensas, la genial bailarina donostiarra (premio revelación de la Asociación de Profesionales de Guipúzcoa) se desnuda dramáticamente bordando el papel de enamorada despechada. Su papel de Tatiana es absolutamente creíble y todo el público sufre su amor-desamor por Onegin. Aunque Tatiana siente que ama todavía a Onegin, rompe su carta de amor y lo despide con una fuerza dramática que ni Shakespeare. El dolor queda suspendido en el aire y la emoción por la donostiarra exiliada en Alemania se desborda.

¿Para cuándo una compañía euskaldun? Urge una Compañía de Danza de Euskadi. Ya nos vale, son demasiadas generaciones sin presencia estable de Danza en este país. ¿Qué están haciendo las Instituciones? ¿Se quedan tan contento con cuatro becas?

Alucino en colores.

Dokumentuaren akzioak