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Una exposición muestra lo que fue Eresoinka, la embajada cultural durante la guerra civil
Está basada en buena parte en las fotografías que hizo Jesús Elosegui, con retratos de todos los integrantes
La muestra ha sido impulsada por San Sebastián 2016, Capital Europea de la Cultura y está enmarcada en el proyecto Corale de DSS2016EU, ha contado con la participación de Inesfera, Sarako Ondarea, Eresbil, la Confederación de Coros del País Vasco, la compañía Dantzaz, además de la colaboración de la Obra Social «La Caixa». La aportación de Eresbil con sus materiales de archivo ha sido fundamental.
Tras el bombardeo de Gernika y la caída de Bilbao en 1937, el Gobierno vasco puso rumbo a Santander. Allí, el lehendakari Jose Antonio Agirre escribió una carta al músico vasco Gabriel Olaizola, pidiéndole que preparara un proyecto cultural con el fin de preservar la identidad cultural de los vascos y dar a conocer las atrocidades que estaba soportando el pueblo vasco.
Gabriel Olaizola (Hernani, 1891) había sido miembro del Orfeón Donostiarra y fue un gran experto en ópera vasca. Reunió en la localidad labortana de Sara a los mejores dan-tzaris, músicos, cantantes y artistas plásticos de la época, entre los cuales había miembros muy destacados, como Luis Mariano y Pepita Embil. Olaizola preparó un espectáculo para representar por toda Europa. El éxito del grupo se vio reflejado en las actuaciones que realizaron en distintos puntos de Europa como Londres, Bruselas o París. En el año 1939 comenzó la II. Guerra Mundial, justo cuando el grupo viajaba en trasatlántico a América. El barco tuvo que dar la vuelta y volver a Europa. Ese mismo año finalizaría la andadura de Eresoinka.
La exposición 'Eresoinka 1937-1939' está basada en la investigación de Philippe Regnier y utiliza las fotografías del miembro de Eresoinka Jesús Elosegui, un hombre que luego destacaría como fotógrafo especialista en temas relacionados con la naturaleza, y cuyo fondo fue donado a la Sociedad de Ciencias Aranzadi. Entre otras cosas, en la muestra se pueden ver fotos individuales de los miembros de aquella embajada cultural.
Además, se muestra también lo que fue la iniciativa Saski Naski, que fue un precedente de Eresoinka. La entidad Saski Naski para la escenificación del folklore vasco se constituyó en 1928 en San Sebastián. Para el estreno se contó con un coro mixto de 40 voces, la mayoría procedentes del Orfeón Donostiarra, y con una orquesta de 32 profesores, procedentes de la Orquesta Sinfónica de San Sebastián.
Por otra parte se han organizado tres espectáculos que complementarán la exposición. La primera está organizada por la compañía de baile Dantzaz, que se ha unido a la coral contemporánea Kea y al artista visual Inesfera para crear el espectáculo 'Eresoinkaren itzalak', la embajada cultural del siglo XXI. El espectáculo podrá verse en el teatro Quintaou de la localidad labortana de Anglet el 22 de octubre a partir de las 20:30. El coreógrafo será el uruguayo Martín Inthamoussu, quien ha descubierto por casualidad que un antepasado suyo tuvo relación con Eresoinka.
El objetivo de la compañía Dan-tzaz, según explicó su director Fernando Saez de Ugarte, «ha sido revisar la labor realizada por Eresoinka un siglo después, para redefinir las guerras y ataques que nos amenazan».
Por su parte, la Confederación de Coros del País Vasco ha organizado dos conciertos. El auditorio Musikene de San Sebastián será escenario de las dos corales locales infantiles y juveniles más importantes el 29 de octubre. La dimensión europea llegará en esta ocasión de la mano de la coral turinesa 'G', dirigida por el maestro Carlo Pavese.
Por último, y tomando la música religiosa como base, se celebrará otro concierto en la basílica de Santa María de San Sebastián el 5 de noviembre, con la Sociedad Coral de Bilbao, el coro Easo Araoz Gazte, la Escolanía Easo y la Capilla Instrumental Santa María.
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