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Una escuela de danza dirigida por Josu Mugika se abrirá en octubre en el Instituto

Las clases abarcarán desde danza clásica hasta contemporánea, pasando por danza moderna y hasta tropical

Egilea
Mikel Urkidi
Komunikabidea
Diario Vasco
Tokia
Eibar
Mota
Albistea
Data
2002/07/17

La danza clásica cobra fuerza en el Bajo Deba gracias a la labor que desde hace tres años realiza el bailarín y actor elgoibarrés Josu Mugika. Su proyecto más inminente es la apertura en Eibar de una Escuela de Danza, aunque él prefiere que se la llame «Asociación de Danza» por aquello de que todavía no tiene los permisos requeridos para poder considerarla escuela. Con esta iniciativa, Mugika pretende conseguir una «colaboración entre los distintos grupos de los municipios y no que cada pueblo sea un grupo cerrado, ya que el centro eibarrés nace con vocación de coordinar los ya existentes en Deba, Mendaro y Elgoibar».



La intención del bailarín es iniciar las clases en el mes de octubre y prolongarlas hasta el mes de junio. De momento el centro donde se impartirán las lecciones de danza será el gimnasio del Instituto Ignacio Zuluaga, que ha cedido sus instalaciones para el desarrollo de esta actividad.



Josu Mugika pretende con esta iniciativa abarcar el abanico de danza más amplio posible: «Intentamos abarcar lo máximo posible, porque la danza folclórica, por ejemplo, tiene fuerza suficiente como para no necesitar apoyo adicional, pero nosotros queremos rellenar la laguna que existe en la danza clásica, la contemporánea o la tropical». Al mismo tiempo, esta asociación quiere proporcionar una infraestructura para que la danza no se quede sólo en un hobby, sino que se pueda crecer desde la danza infantil hasta la semiprofesional sin tener que trasladarse forzosamente a Barcelona o Madrid. «Sabemos que eso no es fácil. Somos conscientes de nuestras limitaciones, así que iremos poco a poco corrigiendo los errores y mejorando cada día. Así tal vez en cuatro años tengamos una estructura sólida sobre la que empezar a construir una escuela que llegue hasta el semiprofesionalismo», apunta.



Lo que sí tiene muy claro es que cada año, después del curso, sus alumnos realizarán una actuación en la que podrá verse el trabajo de todo el año. «Es fundamental que mostremos al público nuestro trabajo. El trabajo realizado debe ser visible para que el público sea consciente de qué es lo que hacemos. Además de constituir un excelente escaparate para atraer a más alumnos, supone también el colofón al trabajo de todo un curso para los alumnos», señala Josu Mugika.



«La edad no es problema»



Aunque en principio la escuela esté centrada en la enseñanza a niños y jóvenes, no por ello se van a descuidar otros sectores de edad. «Iremos ajustando nuestra oferta a las demandas del público. Si la gente mayor desea aprender bailes de salón, no tendremos inconveniente en organizar cursos de iniciación. El objetivo es que los alumnos aprendan, aunque también tienen que divertirse. Después ya aprenderán la técnica».



Mugika explica que dos son los principales inconvenientes para que la danza tome mayor auge. El primer problema es la escasa participación de los hombres. «Todavía existen prejuicios culturales por los que los chicos acuden mucho menos a las clases de danza. Aún pervive la falsa imagen del niño amanerado y demás falacias que en países del extranjero desaparecieron hace tiempo». Independientemente de los prejuicios, la danza es una actividad física completa e integral en la que se trabaja tanto cuerpo como mente. Su mayor virtud es que permite «un desarrollo armónico del cuerpo, te da muchísimo sentido de coordinación. Da un sentido del espacio-tiempo muy desarrollado que ayuda en muchísimas cosas. Por ejemplo ayuda a una mejor corrección postural en cuanto a estudios y algunos otros defectos que tenemos», explica.



El segundo inconveniente es que la danza se considera como un simple pasatiempo. «Si no se le da la dignidad e importancia que tiene, nadie dedicará su vida a la danza. Hay que cambiar la percepción que se tiene de ella».



Cursos para niños



Además del proyecto para impulsar la danza, Mugika pretende organizar unos cursos paralelos de psicomotricidad para niños de entre 2 y 5 años. Para el bailarín es muy importante que el niño conozca su cuerpo, ya que ello le proporciona más seguridad en su vida «Cada vez más los niños desconocen su cuerpo, se encuentran desorientados, tienen dificultades para distinguir conceptos como derecha e izquierda. Con estos cursos el niño gana conciencia de su cuerpo, de sus limitaciones y del espacio que le rodea».



Con la escuela de danza, Mugika pretende cerrar la red de escuelas del Bajo Deba y convertir la ciudad armera en el punto de encuentro del resto de centros. «Eibar es por su tamaño y medios la ciudad lógica para coordinar las actividades», explica el veterano coreógrafo. «Esperamos lograr una estrecha colaboración entre todas la escuelas, de manera que cada una se sienta parte de un todo y no una célula de danza aislada. Así esperamos crear buen ambiente y animar a continuar en la danza más tiempo».



Un bailarín veterano



Josu Mugika es a sus 43 años un conocido coreógrafo, bailarín y actor. Nacido en la localidad guipuzcoana de Elgoibar de muy joven se fue a estudiar danza fuera de Euskadi. A lo largo de su carrera ha trabajado en Francia, Italia y Bélgica, aunque siempre ha mantenido el contacto con Euskadi. Actualmente es el director del grupo de danza Triska dantza taldea. En televisión ha participado en la exitosa serie Goenkale. Como actor de teatro ha colaborado con el grupo teatral Maskarada en obras como Ikaro, laberinto de sueños.



Paralelamente está impulsando una red de centros de danza en el Bajo Deba. Comenzó hace tres años en Deba, donde ya tiene más de 100 alumnos. En el año 2000 abrió otra escuela en Mendaro, y ya son más de 30 las personas apuntadas. También en su localidad natal cuenta con alumnos.



Ahora su objetivo es lograr abrir una escuela de danza en Eibar y poder crear una red comarcal que impulse la danza más allá del hobby, hasta el semiprofesionalismo.

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