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Una caja de arte y danza

El nuevo espectáculo ‘Oteizaren kaxa beltza’ de Kresala Dantza Taldea cuenta con 30 bailarines y dos clowns que el sábado 13 recordarán la obra del artista oriotarra a través de la euskal dantza.
Egilea
Marta Esnaola
Komunikabidea
Noticias de Gipuzkoa
Mota
Albistea
Data
2015/06/07
Lotura
Noticias de Gipuzkoa

El próximo sábado día 13, una treintena de bailarines y dos clowns se subirán al escenario del Lizeo Antzokia de Gernika para recordar, a través de la euskal dantza, la obra del artista oriotarra Jorge Oteiza. En una docena de piezas, los dantzaris de Kresala Dantza Taldea mostrarán una propuesta en torno al que ha sido “el patriarca del arte vasco”, según afirma su director artístico, Faustino Aranzabal. Por otro lado, los dos clowns del espectáculo, Anduriña Zurutuza y Txejo Rodríguez, “darán el toque cómico para destensar la densidad que supone trabajar este tema”, señala Aranzabal.

Oteizaren kaxa beltza no es un homenaje a Oteiza. “Hemos trabajado al escultor desde el punto de vista de su obra, prescindiendo del personaje”, explica el director, pues le interesaba sobre todo “su propósito experimental y su manera de entender el arte como una herramienta, cuyo objetivo era la realidad y la persona”. Asegura que al tratarse de un artista de tal envergadura, solo han podido abordar una parte minúscula de él. “He puesto especial énfasis en su proyecto vital, en el método y el resultado de todo lo que ha supuesto su propósito experimental”, afirma Aranzabal, y menciona toda la creación poética y ensayística de Oteiza y toda la labor que ha hecho de investigación sobre la educación estética del niño, que le parece muy importante, pues ve la escultura como un vehículo destinado a crear una sensibilidad en la persona.

Aunque Oteiza sea protagonista del espectáculo de Kresala, también hay más referencias al arte. “Me he inspirado en algunos ismos de las vanguardias rusas del siglo XX. Dentro de las coreografías hay referencias a artistas como Mondrian o Malévich, que eran conocidos como los poetas de la solución geométrica”, continúa Aranzabal. “Me parece importante integrar la danza tradicional con otras disciplinas artísticas”.

En cuanto a aspectos más formales de Oteizaren Kaxa Beltza, Aranzabal asegura que han intentado que cada una de las piezas tenga identidad propia. “Aunque sean parte del espectáculo, que puedan ser desarrolladas también en cualquier otro espacio”, declara el director artístico del grupo. Para la música, han creado un collage musical con autores y música que va desde el siglo XVI hasta el siglo XXI. “Utilizamos generalmente melodías de raíz popular que son interpretadas y diseñadas por diversos autores”, agrega Aranzabal.

¿Y cómo se integra el arte en el espectáculo? Una de las principales formas de dar visibilidad al arte son varios montajes audiovisuales en torno a Oteiza y su obra. Además, utilizan también parte de los textos del artista guipuzcoano y audios de sus palabras. “Por otro lado, todas y cada una de las piezas están de alguna forma inspiradas en trabajos suyos. Las tres metáforas del trabajo de Oteiza -lo que va de lo orgánico al espiritual, el muro que va de la oscuridad a la luz y el laberinto que va del movimiento a la quietud- están presentes en las coreografías”, explica el director de Kresala. Por ejemplo, el espectáculo cuenta con las piezas Argia o Keinuka, que ponen especial énfasis en el gesto como danza. “Es un concepto muy reiterativo y repetitivo, y también es muy minimalista, ya que intentamos trabajar con el mínimo de elementos”, apunta, y agrega que ha sido la idea que ha englobado la totalidad de las piezas.

Una idea de hace años

La creación de Oteizaren Kaxa Beltza ha tenido un proceso largo. Kresala Dantza Taldea lleva un par de años con la idea, pero se pusieron a trabajar en serio con ello hace cerca de un año. “En septiembre le dimos el perfil definitivo con las doce piezas coreográficas, el concepto, el repertorio y demás”, agregó Aranzabal. Pero la idea vino de mucho tiempo atrás. “Me surgió mientras visionaba un material audiovisual en Madrid, en la exposición Propósito experimental de Jorge Oteiza, hace muchos años”, recuerda. Ese material le pareció “brutal” y se le quedó totalmente grabado. “En el momento lo dejé pasar, pero las cosas se van situando y al fin llegó el momento de desarrollar esa idea”, comenta.

Si lo compara con sus anteriores trabajos, cree que es bastante diferente. “Llegamos a Oteizaren Kaxa Beltza de un espectáculo infantil, Buba eta Bubu, por lo que el contraste es muy grande y es un cambio de registro total”, afirma.

Bailarinas de Kresala Dantza Taldea durante un ensayo de ‘Oteizaren kaxa beltza’.

Bailarinas de Kresala Dantza Taldea durante un ensayo de ‘Oteizaren kaxa beltza’.

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