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«Quiero hacer un trabajo visual que llegue al corazón del espectador»
Carolyn Carlson, coreógrafa y bailarina
Once años han pasado desde que Carolyn Carlson actuara por última vez
en el Teatro Victoria Eugenia. En aquella ocasión, la coreógrafa
estadounidense participaba por tercera vez en el desaparecido festival
de danza contemporánea Maiatza Dantzan. Una década después, la
polifacética artista afincada en Francia presenta su espectáculo
Inanna, dentro de la decimotercera edición de la Feria de Teatro.
Basado en los poemas de una sacerdotisa de Ur en honor a la diosa
sumeria Inanna, esta pieza refleja el misterio de la mujer, a través de
la danza de siete bailarinas. Musa del mítico coreógrafo Alwin
Nikolais, Carolyn Carlson reúne, a sus sesenta y cuatro años, una
trayectoria rica en vivencias, que le han llevado a vivir en Francia,
Italia, Finlandia y Suecia. La artista californiana ha sido coreógrafa
invitada de la Ópera de Paris y del Teatro de la Fenice en Venecia,
directora artística del Ballet Cullberg de Suecia y responsable de la
sección de danza de la Bienal veneciana. Desde 2004, Carlson es
directora del Centro Coreográfico Nacional de Roubaix Nord-Pas de
Calais. En su dilatada carrera profesional, ha creado más de ochenta
coreografías. El martes y miércoles, el Victoria Eugenia volverá a
acoger una muestra del arte coreográfico de esta versátil artista.
- Presenta en San Sebastián, su obra Ínanna?, ¿en qué consiste esta pieza? ¿Cuál es su mensaje?
-
Esta obra tiene muchos mensajes ocultos, pero no los digo directamente
al público, ya que cada espectador tiene que encontrar el suyo propio.
La diosa sumeria Inanna me atrae mucho, ya que posee muchas facetas.
Normalmente, no cuento el argumento de mis obras. Pienso que es el
espectador quien tiene que extraer su propio mensaje. Según el carácter
y cómo piensa, cada uno saca su mensaje personal.
- 'Inanna' es
una obra para 7 bailarinas y trata sobre la diosa sumeria de ese
nombre, ¿qué importancia tiene la feminidad o el hecho de ser mujer en
esta obra?
- Bailan siete bailarinas, porque precisamente la
obra trata sobre las mujeres. No existe otra razón. Es así de sencillo:
la obra es sobre mujeres y, por lo tanto, bailan mujeres.
- Además, está dedicada a la fotógrafa Francesca Woodman, ¿cómo le influyeron sus fotografías para crear este espectáculo?
-
Las fotografías de Francesca Woodman me impresionaron mucho. Esta
fotógrafa retrata muchos personajes melancólicos, que me fascinan.
Además, poseía una personalidad trágica. Sus fotografías muestran
también muchas ideas sobre la vestimenta. Francesca Woodman era una
fotógrafa muy joven que desarrolló su trabajo entre los 18 y 20 años, y
se suicidó a los 23. Tenía un punto de vista trágico parecido al mío.
Por eso, me impactó tanto su trabajo y le dediqué esta pieza.
-
Una de las características de sus obras es la improvisación. ¿Qué
importancia tiene en 'Inanna' la improvisación en la coreografía?
-
Me gusta emplear la improvisación, pero siempre antes de realizar la
coreografía de un espectáculo. Cuando presento la obra final, todo ya
está bien ajustado y preparado. Improviso mucho antes, como estudio
para llegar a la coreografía final.
- También esta obra refleja
su interés por la poesía. ¿Cómo descubrió los poemas de la gran
sacerdotisa de Ur sobre la diosa Inanna?
- Es cierto. Me gusta
mucho la la poesía. De hecho, he escrito varios libros. Un día, me
dieron un libro con los poemas de la gran sacerdotisa de Ur y no tiene
más explicación. Al finalizar este espectáculo, va a salir a la venta
un libro sobre el montaje de Inanna.
- Usted ha bailado en el
Teatro Victoria Eugenia en tres ocasiones, en el festival de danza
'Maiatza Dantzan'. ¿Qué recuerdo tiene de sus participaciones en San
Sebastián en 1987 ('Still waters'), en 1993 ('Commedia') y 1996 ('Vu
d'ici')? ¿Tiene algún recuerdo especial del público de San Sebastián?
-
Tengo muy buenos recuerdos de mis otras visitas a San Sebastián. Se
trata de un gran público y obtuve una magnífica respuesta del mismo.
-
Además, va a impartir una clase magistral, dentro de la Feria de
Teatro. ¿En qué va a consistir esa clase magistral y qué aspira a
transmitir a los alumnos?
- Traigo varias ideas sobre qué tratar
en la clase magistral. Dependerá del público. De nuevo, usaré la
improvisación. Según la respuesta de los asistentes, iré tratando los
temas de una manera u otra.
- Bailarina, coreógrafa, directora
artística, poetisa. Usted es una artista polifacética, ¿en qué faceta
se considera más desarrollada como artista?
- He escrito tres
libros de poesía. Me gusta la creación, el aprendizaje, la enseñanza...
pero todo es diferente, porque depende del propósito artístico con el
que se realiza, porque no es lo mismo bailar que montar una coreografía.
-
Sus inicios en danza estuvieron vinculados al gran coreógrafo Alwin
Nikolais. De hecho, se dice que fue su musa ¿qué fue lo más importante
que aprendió de él?
- Nikolais fue un coreógrafo que me gustaba
mucho. Simplemente, trabajábamos juntos y desarrollábamos lo que ambos
teníamos en nuestro interior.
- Al poco de desvincularse de
Nikolais, en su etapa con Anne Beranger, se estrena como coreógrafa con
'Rituel pour un rêve mort' (1972), ¿cómo recuerda esa primera
coreografía?
- Rituel pour un rêve mort fue mi primer trabajo como coreógrafa. Para mí, fue muy importante, al ser mi debut en esta faceta.
-
Ha vivido y trabajado en Francia, Italia, Finlandia, Suecia. Según su
experiencia, ¿es la danza un lenguaje universal? ¿Existen diferencias
en los distintos lugares de Europa?
- Desde luego que sí. La
danza es un lenguaje universal. Con la danza, deseo realizar un trabajo
visual que llegue al corazón de cualquier espectador. En general, no
existen grandes diferencias entre los sitios de Europa donde he
trabajado. Sin embargo, en la India, la danza funciona con un código
diferente.
- A veces, su polifacética y rotunda personalidad
escénica se ha comparado con Isadora Duncan, una gran revolucionaria de
la danza contemporánea como usted. ¿Qué piensa cuando escucha esas
afirmaciones?
- Sí, somos parecidas. Isadora tenía un espíritu
libre. Le gustaba la libertad y arriesgaba mucho. Yo también arriesgo
mucho. En la vida, hay que arriesgar.
- Con más de 80
coreografías y diversos premios que avalan su carrera, ¿qué le queda
por hacer en la danza? ¿Tiene alguna asignatura pendiente?
- Mi sueño es tener un gran estudio y pintar. Ya pinto con tinta china. Soy una artista plástica.
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