Un trabajo bien hecho

Crítica, Coline

Esta compañía instalada en Istres (Francia) y compuesta por jóvenes bailarines preprofesionales se presentó por primera vez en Donostia con un ambicioso programa. Comenzaron con So Schell de Dominique Bagouet uno de los más prestigiosos coreógrafos franceses. Esta pieza ofrece una danza contemporánea con un regusto algo anticuado. Constituye una obra fría y eminentemente formal compuesta por movimientos algo inconexos organizados en múltiples combinaciones que completan una especie de orden caótico.



A continuación interpretaron Especes D'espaces de Angels Margarit. Esta coreógrafa catalana parte de varias propuestas extraídas de su espectáculo El somriure. El resultado es una atractiva e interesante coreografía que utiliza un lenguaje corporal más actual. En éste, el peso se convierte en elemento comunicativo entre los cuerpos.



Después de un breve descanso pudimos disfrutar de la recreación de un estracto de V.O. de Hervé Robbe, obra que ofrece una escritura coreográfica de gran calidad que sigue sus propias pautas y ritmos internos, mientras se escuchan comentarios y opiniones diversas acerca de la danza, realizadas por personas anónimas y grabadas y mezcladas por Juan Batista.



La coreografía Beta de Matjaz Faric es una creación resultante de un proceso en que los bailarines se involucran creativamente. Esta pieza posee una estructura muy previsible pero encuentra momentos de belleza en el propio movimiento de los bailarines y en la composición del espacio.



La ejecución de estos futuros bailarines profesionales es en todo momento impecable, dominando con holgura los diferentes lenguajes y demostrando una gran matización.