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Un siglo de la visita de Ballets Rusos

La compañía de Sergei Diaghilev ofreció cinco funciones en el Victoria Eugenia

El estreno absoluto de 'Las Meninas' y 'Kikimora' situó a San Sebastián en el epicentro de la danza internacional
Egilea
Iratxe de Arantzibia
Komunikabidea
Diario Vasco
Tokia
San Sebastián
Mota
Albistea
Data
2016/09/01
Lotura
Diario Vasco

 Cuatro años habían transcurrido desde que el Teatro Victoria Eugenia había abierto sus puertas cuando recibió la visita de los afamados Ballets Rusos (1909-1929), una compañía que marcó un antes y un después en el mundo de la danza. Tras su éxito en el Teatro Real de Madrid, el empresario Arturo Serrano pensó en organizar cuatro funciones en San Sebastián, en aquella época sede del veraneo real, ya que Alfonso XIII había ejercido de padrino de los Ballets Rusos en España, mientras se disputaba la I Guerra Mundial (1914-1918). La extraordinaria repercusión en la vida social y cultural llevó a programar una cita extra de la compañía creada por Sergei Diaghilev (1872-1929).  

El sábado 19 de agosto de 1916, a las 21.30 horas, se levantó por primera vez el telón del Victoria Eugenia para los Ballets Rusos, que ofrecieron un programa compuesto por las obras 'Les Sylphides' (1908), 'Sadko' (1911), 'Schéhérazade'(1910) y el 'Príncipe Igor' (1909), todas ellas coreografiadas por Michel Fokine (1880-1942). «La celebración de los Bailes Rusos había despertado extraordinario interés y, a pesar de los elevados precios de las localidades, se hallaban éstas ocupadas en totalidad, presentando el Teatro Victoria Eugenia un aspecto verdaderamente deslumbrador», aseguraba la noticia del periódico Diario Vasco, publicada al día siguiente.

El crítico musical Adolfo Salazar en su texto para La Voz de Guipúzcoa mostraba sus reticencias iniciales por «el escenario del Victoria Eugenia de dimensiones mucho más reducidas que el Real, que nos indujo a pensar que sólo podrían representarse obras de género pequeño. Cuál no sería nuestro asombro cuando al saludar al artista magnífico Adolph Bolm, nos enteró que se haría un positivo 'tour de force' y que no sólo grandes obras, sino aún otras nuevas en España se representarían en San Sebastián por primera vez». También apuntaba los problemas de sonoridad del teatro, achacables a «la rapidez con que se han llevado a cabo los preparativos». Sin embargo, el cronista de nuestra cabecera homónima señaló que «a la terminación de cada una de las pantomimas, tuvo que levantarse el telón repetidas veces» .

Hace 100 años, se produjo un hecho que singulariza a San Sebastián dentro de la historia de la danza: los Ballets Rusos estrenaron la obra 'Las Meninas', con coreografía de Léonide Massine (1896-1979), en la segunda función que ofrecieron. Grandes capitales como París, Londres, Monte-Carlo o Roma acogieron casi todas las premières de la troupe de Diaghilev, constituyendo una verdadera excepción los dos estrenos absolutos donostiarras. Señala Salazar en su crítica que «'Las Meninas' son simplemente un paso de danza armoniosamente lento, evocado por la contemplación de los retratos de Velázquez. Las señoras Koklova -Olga, primera esposa del pintor Pablo Ruiz Picasso- y Sokolova fueron ambas meninas. Massine y Woizikowsky, los caballeros. La señora Antonena fue la enana. Tuvieron un gran éxito, aunque no tanto como el que su arte de exquisita distinción merecía». No obstante, su colega de 'El Pueblo Vasco' Rogelio Villar calificó la miniatura coreográfica de 'Las Meninas' como «poco afortunada». 

Cuatro piezas compusieron el programa del espectáculo ofrecido en la tercera función de los Ballets Rusos: la presentación ante el público donostiarra de 'Cléopâtre' (1909) y 'Carnaval' (1909) y la reposición de 'Sadko' y 'Le spectre de la rose' (1911), todas ellas obra de Fokine. La estancia de la compañía de Diaghilev en San Sebastián tocaba a su fin, por lo que se reservó alguna sorpresa adicional para su adiós.

En los anales

El estreno mundial de 'Kikimora', en la cuarta representación de los Ballets Rusos, tuvo lugar el 25 de agosto de hace un siglo. Según señala Villar en su crítica, «'Kikimora' es un bonito cuento infantil, coreografiado por Massine, con música de Liadov, muy divertido y que representaron discretamente los señores Kremnev, Idzikowski y Swerev. La decoración de Larionov es seguramente lo mejor de este cuadrito de varietés». Menos entusiasta, Salazar tildó de «obrita» a 'Kikimora', «que no es más que una interpretación llena de un regocijado humorismo de una música picantemente colorista».

La matinée del sábado 26 de agosto de 1916 fue la representación que puso punto final a la primera visita de los Ballets Rusos a San Sebastián. A las 18.00 horas, el Victoria Eugenia acogió un quíntuple programa compuesto por 'Petrushka', 'Las Meninas', 'Kikimora', 'Príncipe Igor' y 'Les Sylphides'. «El teatro estaba brillantísimo, sin una localidad vacía, y los elogios por la organización de estas soirées artísticas eran unánimes, lamentando que lo elevado del presupuesto no permita hacer una temporada más larga», señalaba en sus páginas El Liberal Guipuzcoano.

«Con la matinée de ayer terminó la exhibición de los Bailes Rusos que han constituido uno de los éxitos más grandes que se registran en los anales del Victoria Eugenia. El público que llenaba el teatro hizo a los artistas rusos una despedida en extremo cariñosa y entusiasta», se afirmaba en La Voz de Guipúzcoa. «¿Cuándo se nos dará ocasión de presenciar algún espectáculo más admirable?», se lamentaba Adolfo Salazar.

Cien años después, la efeméride de la primera temporada de los Ballets Rusos en el Teatro Victoria Eugenia queda deslucida ante el olvido institucional y cultural de San Sebastián.

Varios integrantes de los Ballets Rusos en la playa de La Concha.

Varios integrantes de los Ballets Rusos en la playa de La Concha. / ARCHIVO VALENTINA KACHOUBA. COLECCIÓN PARTICULAR, MADRID

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