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Diario Vasco
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Mota
Albistea
Data
2009/04/01
Cansancio por la
celebración y una fuerte alegría son las sensaciones que se unen en el
coreógrafo Jon Maya y en la guionista Mireia Gabilondo. Anteayer, ambos
recogieron el Max al Espectáculo Revelación por la obra Hnuy illa,
nacido de la colaboración entre el grupo de danza Kukai y el de teatro
Tanttaka. «Para nosotros, es muy importante ganar el Max al Espectáculo
Revelación, porque es uno de los pocos premios al que podemos acceder,
ya que el resto de categorías suele estar monopolizadas por las grandes
producciones y compañías. Tenemos una alegría inmensa, además, hay que
tener en cuenta que partimos de la danza tradicional», señala Jon Maya.
Al escenario del Teatro Cuyás de Las Palmas de Gran
Canaria, subieron ambos «totalmente nerviosos», tanto como para
quedarse casi en blanco, desde la tercera fila de las butacas. «A la
primera a quien se lo agradecí fue a Mireia por haber confiado en
nosotros. En mi caso, me ha abierto una nueva vida en lo artístico. En
ocho años de trayectoria, hemos hecho tres espectáculos con Tanttaka.
Leímos una cita de Joseba Sarrionandia -La poesía ha muerto, pero yo no he sido-.
También una dedicatoria a Mikel Laboa, porque siempre ha estado
presente en nuestros tres espectáculos conjuntos y, cómo no, recordamos
al resto de bailarines y al equipo», asegura el coreógrafo de
Errenteria.
Mireia Gabilondo también tuvo un recuerdo muy especial
para el fallecido compositor donostiarra Mikel Laboa. «Yo he trabajado
con su voz, su obra y su arte. Nos grabó poemas para Hnuy illa y no llegó a ver el espectáculo. Tenía que decir que siempre me ha hecho mucho bien Mikel Laboa», añade Gabilondo.
No es la primera vez que Kukai-Tanttaka estaba nominado
en la categoría revelación de los Max. De hecho, en el debut de su
relación -1937, por las sendas del recuerdo (2002)-
vivieron la misma experiencia. Ahora, han vivido la gala de manera
diferente. «La otra nominación fue en Zaragoza, cerca de casa. Era la
primera vez, recién estrenado 1937, y estábamos un
poco peces. En esta ocasión, nos hemos tenido que desplazar a Las
Palmas tres días y estás más en el ambiente. Durante la gala, todo
fueron nervios y luego, una alegría desbordada», explica Maya. El
coreógrafo errenteriarra abriga la esperanza de que el Max les abra
nuevas puertas. «Creo que el premio significa que te acompaña un sello
de calidad. Lo bonito sería obtener una gira estatal; lo que pase lo
veremos con el tiempo, pero sí es cierto que el Max es un aliciente
para los programadores y para el público».
Matrimonio feliz
Desde su estreno en la pasada edición de DFeria, Hnuy illa
ha conseguido el respaldo del público y de la crítica. En opinión de
Jon Maya, la clave se encuentra en que «es un espectáculo muy mágico,
en el que confluyen varios lenguajes -danza, música, audiovisual- y en
el que la poesía sale por todos los lados. Se ha juntado mucha energía
positiva a su alrededor. Es un espectáculo hecho con mucho mimo, con
amor al detalle. Lo más importante es que a la gente le hace sentir y
cuando un espectáculo llega dentro es ahí donde triunfa».
Plenamente satisfechos con su colaboración - «con
Tanttaka hay matrimonio feliz en lo personal, en lo artístico, en
todo», asegura Maya-, los planes cercanos de Kukai pasan por continuar
con
Hnuy illa y por el próximo estreno de
Soka,
un espectáculo de calle que estrenan en el Umore Azoka de Leioa y para
el que han trabajado con Pantxika Telleria. «Es una pieza para cinco
bailarines y dos percusionistas en directo, que llevaremos a Leioa y a
Valladolid. A largo plazo, sí que hay proyectos para el próximo año».
El viaje de vuelta de las Canarias ha sido con un nuevo pasajero más:
la escultura de Joan Brossa que los acredita como ganadores del Max
Revelación, escultura que, por cierto, «pesa bastante», en palabras de
un emocionado Maya.
Jon Maya -al fondo- y uno de los bailarines de 'Hnuy illa' en su representación.