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Un paso por delante ballet de Almudena Lobón
Y como la compañía ya ha sentado cátedra con dominio clásico, puede enfrentarse a la multicultural, ecléctica, melancólica a ratos, francesa y universal, variada y original coreografía de Nada es nada propuesta por Calero. No se trata sólo de enfrentarse a las diversas exigencias físicas -musculares- y estéticas de la decena de cuadros que componen la obra; sino que hay que asimilar -en cuestión de minutos- el cambio de estado de ánimo, de situación, de contenido emocional. Y transmitirlo. Calero aborda su propuesta desde esa declaración de humildad de que todo pasa, del "sit transit gloria mundi". Pero lo cierto es que aquí todo es mucho. Y todo esta medido al milímetro. Comprimido en lo fundamental. Y expuesto con una fluidez que no deja respiro al espectador. Introduce aparatos en escena: unos simples bancos que, bien iluminados, enmarcan y dan soporte a unos bailarines que los incorporan a la danza como un elemento más de su movimiento. Como he dicho, todo fluye con extraordinaria belleza, en un corpus uniforme que, sin embargo esta formado por partes bien distintas. Pero no puedo resistirme a señalar algunos momentos que me parecieron especialmente magistrales, dentro de la alta meseta que es esta obra. El contraste entre la danza rotunda de los tres chicos ante el abrumador lirismo de la propuesta musical, es magnífico. Se huye de la blandenguería. El paso a dos de Amaia y David es de lo mejor de la tarde, el tempo logrado por esta pareja, que se deja caer y no caer en el banco, es de una ternura emocionante. Impactante la pose de Iñaki Cobos desde su posición de espaldas. Me parece logradísimo el giro radical de la música barroca que se aloja en el vestuario de este bailarín, para devenir en la poderosa trascripción corporal del aria de Manon Lescaut de Puccini, bailada con una virilidad y una fuerza que da autoridad al ornamento. Siempre hemos dicho que es muy difícil -y muy hermoso cuando se consigue- conjugar bailarín y falda larga. Rien de rien, la famosa canción francesa, sirve de base a una desengrasante coreografía jocosa en la que los bailarines se divierten. Por no decir que todo es perfecto, el fragmento de percusión bailado por las tres chicas parecía pedir un poco más de dureza. La misma que pide ese final tremendo, de simetría y cartabón que cierra la obra. En fin, Calero incorpora a su opus una de las más trepidantes, logradas, personales y entretenidas coreografías. Aplausos y bravos para los intérpretes. Sin duda un programa ideal para el ciclo. La gente se identifica enseguida con la propuesta clásica. Y se abre a lo más nuevo. Siempre de forma comprensible.
Intérpretes: Aldanza-Almudena Lobón Cía de danza.
Dirección artística: Almudena Lobón.
Programa: "Mañana más": coreografía de A. Lobón "aprés" M. Petipa. "Nada es nada": coreografía de Antonio Calero. Programación: Ciclo Escena del Gobierno de Navarra. Lugar y fecha: Cines Golem Los Llanos de Estella. 5 de marzo de 2010. Público: Buena entrada
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