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Un millar de abarcas toma Amurrio
Dantzaris de Vitoria, Campezo, Dulantzi, Izarra y Murgia participan en el Dantzari Eguna
Pasadas las doce del mediodía, tras un atronador volteo de campanas, el entorno de la iglesia de Santa María empezó a tener un colorido interesante. Iban llegando los protagonistas atándosen las cuerdas de las abarcas y los pañuelos de la cabeza para que nada quedara fuera de su sitio al bailar. Los más venían de Vitoria, pero también de Kanpezu, Dulantzi, Izarra y Murgia. Comenzaron a colocarse por orden en una larga fila para bajar la calle Elexondo hasta la plaza del Ayuntamiento, que rodean hasta alcanzar el entorno de la escultura Guk del parque, donde iba a transcurrir el grueso de sus actuaciones. “También iba a participar el grupo Untzueta del barrio Areta de Llodio, pero al final no han podido venir por falta de gente”, explica López de Uralde, quien también lamentó que el grupo de Amurrio, con más de 30 años de trayectoria, ya no esté federado.
Los que sí bailaron fueron los colectivos Eguzkilore, Jare y Adurtza de Vitoria, Haize de Dulantzi, Ioar de Kanpetzu, Triskari de Izarra y Gastedi Zuiatarra de Murgia.Y entre sus componentes, Ane López de Maturana, del grupo gasteiztarra Jare. Tiene 48 años y lleva 15 bailando desde que empezó en un centro cívico. “Me gustan mucho las tradiciones de mi tierra, deberíamos esforzarnos por mantenerlas”, dice.
vuelo de ikurriñas Enseguida, ellos con sus txapelas y ellas con sus delantales ocupan sus puestos en el centro del recinto verde para iniciar el repertorio con un siempre emotivo Agientarena, ya que siempre arranca el aplauso del público la imagen de cientos de dantzaris agachados en señal de respeto, mientras el vuelo de las ikurriñas ondea sobre sus cabezas. A pesar de la sofocante temperatura, los dantzaris alzan sus brazos coordinados con sus pies y bailan, entre otras danzas: San petit, Itxas dantza, El herrero, Tan Tamparratan, Lecea, Trinidad de Kuartango, San Isidro, La Jota la Perra de Salinas de Añana, Polka pit y Txakoli, así como Fandango y Arin arin yTxulalai como broche de oro.
“Las de mayor dificultad, por sus muchos cambios de figuras y coreografía compleja, yo diría que son las danzas de Elciego, pero el más completo, sin duda, es el Gasteizko Zortzikoa, ya que es muy largo, y recoge muchos pasos”, sostiene Mikel, de 30 años y responsable del grupo Haize de Dulantzi. “Llevo en este mundillo desde los 8 años, he pasado por varios grupos, y nunca lo he dejado porque me encanta, pero no suele ser lo habitual, porque no tenemos gente, sobre todo chicos”, reivindica. Cerca se encuentran Isabel de Castro y Xabier Matxain, del grupo gasteiztarra Eguzkilore, que con 48 y 53 años, respectivamente, reconocen que entran a bailar por sus hijos. “Total, les teníamos que acompañar a las actuaciones y nos animamos a formar un grupo de mayores”, explican. Isabel empezó hace diez años junto a otras amigas, también amatxus, mientras que Xabier empezó, lo dejó y ahora lo ha retomado.
La historia de amor de la propia presidenta de Arabako Dantzarien Biltzarra con el folklore vasco es muy similar. “Empecé hace unos 26 años con otras amas para acompañar a mi hija, y aunque ellas lo fueron dejando, yo aquí sigo, a mis 57 años”, subraya. Considera “fundamental” inculcar la afición de la danza vasca y su tradición desde pequeños, porque “aunque luego se tenga una época en la que te alejes de este mundillo, bien por trabajo, responsabilidades o porque te atraigan otras actividades, lo cierto es que después mucha gente se reengancha y cuando uno es adulto todo esto lo vive con mucha más intensidad”, asegura.
Tras el espectáculo, llega la hora del descanso y la comida. Cada uno lleva su propio menú para recuperar fuerzas, ya que a partir de las cinco de la tarde continúa la fiesta con una romería a cargo del grupo Orots. Y es que, ayer en Amurrio nada fue óbice para que dantzaris de todas las edades celebrasen juntos una jornada de fiesta, fraternidad y tradición, enmarcando así la relación social y la celebración festiva bajo un solo nombre: dantzari, y de una gran tierra: Álava. La siguiente cita que ya tienen apuntada en sus agendas es el Euskal Herriko Dantzarien Eguna del 27 de junio en la localidad navarra de Berriozar.
Vuelo de ikurriñas en el baile ‘Agientarena’, uno de los muchos exhibidos ayer en Amurrio. (A.O.)
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