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Un ejercicio de vistosidad y energía
Crítica, Black Blanc Beur
Dentro de su habitual programación de danza, la sala Gazteszena ha dado cabida a un espectáculo de danza Hip-Hop a manos de la compañía francesa Black Blanc Beur. Esta veterana agrupación interpretó para el público donostiarra su enésimo trabajo en torno a este estilo de danza del que saben extraer con gran creatividad amplias posibilidades escénicas. Su coreógrafa, Christine Cuodun, ha desarrollado un especial tratamiento de esta estética ampliando sus posibilidades expresivas y sabiéndolas conjugar con interesantes músicas que, en principio, no le son propias a este estilo de danza.
Défilles,la primera coreografía puesta en escena, nos cuenta pequeñas historias cotidianas a través de un permanente diálogo de movimiento entre dos mujeres que, con cualidades de movimiento bien distintas, se van complementando en un desarrollo coreográfico con aciertos aunque algo plano y falto de proyección en su interpretación. Break Quintet, por el contrario, es una pieza que desprende una poderosa energía desde el primer momento. Sus cinco intérpretes masculinos hacen gala de una portentosa habilidad técnica y ejecutan con vehemencia bellas y arriesgadas acrobacias sin perder la intención en una concentrada, serena y firme interpretación.
Esta composición muestra un desarrollo coreográfico muy elaborado que encuentra una gran riqueza en cuanto a formas, esquema espacial y comunicación ente los bailarines. Se sirve de algunos objetos que provocan infinidad de situaciones que les llevan, sobretodo, a ejecutar su danza a nivel del suelo.
El trabajo de iluminación resultó relevante y enriqueció ambas coreografías con un original diseño confeccionado en estrecha relación con éstas.
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