La fragua del Museo de la Minería del País Vasco en Gallarta acogió hace unos días la presentación del documental 25 años de Carnavales en Abanto, realizado por Meatzaldeko Harrigorria Dantza Taldea. Un repaso de algo más de una hora en el que se recogen multitud de recuerdos gráficos, audiovisuales y testimonios de numerosas personas que han vivido diferentes momentos en la historia de la creación y desarrollo de este carnaval rural minero. Esta cita se ha basado en el folclore vasco tradicional y ha sumado elemento diferenciadores de la cultura popular de Meatzaldea. “Sin duda, lo más difícil fue convencer a la ciudadanía de que era también su carnaval, no solo del grupo de dantzas. Hoy día afortunadamente la gente ya nos espera en carnavales para llenar las calles de dantza y tradición”, explicó Jesús Mediavilla, presidente de Meatzaldeko Harrigorria Dantza Taldea.
Un carnaval repleto de personajes surgidos de la tradición vasca, en donde el fuego y el humo son los grandes protagonistas. Un carnaval con sabor minero, donde se citaron ayer personajes como Bizkarbaltza, una voluminosa figura de color negro y cabeza de animal, o Artauntxoa, el protector, que recorrieron las calles. No estuvieron solos: Beldarroia, Zangaluzea, las sorginas con sus barrenas y Hartza, les acompañaron por el camino, llenándolo de magia e historia.
Un carnaval minero rural que ayer vivió de nuevo la “molestia” de los irredentos insectos que salieron en ruidosa cuestación por las calles de Gallarta reclamando en las diferentes barriadas el pago de viandas a sus moradores para no molestarles cuando llegue el tiempo de la cosecha primaveral y veraniega. En la cuestación, el mozorro lleva como indumentaria un gorro con trapos y lazos, máscaras de tela y traje con harapos dando un aspecto muy atípico y terrorífico que escenifica a una plaga.