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Un canto a la cigarra

Crítica, Ballet Biarritz

Egilea
Ana Remiro
Komunikabidea
Diario Vasco
Mota
Kritika
Data
2003/11/30

El Ballet de Biarrtiz estrenó su última creación, Cigale, precedida de dos piezas cortas del repertorio de la compañía en su sede La Gare du Midi de Biarritz. La siesta de un fauno y La muerte del cisne fueron las dos piezas elegidas para encuadrar el estreno de la nueva obra.

En ellas Thierry Malandain hace una relectura actual de estas famosas e históricas piezas coreográficas, enfocando la esencia de ambos argumentos y despojándose de todo lo demás. Así, la primera se convierte en un solo centrado en el deseo del fauno situado en una escenografía surrealista y muy estética y que el bailarín Christophre Roméro interpreta con brillantez. La muerte del cisne por el contrario se desdobla en tres cisnes y tres muertes construídas sobre una sublime coreografía, llena de sensualidad y de originalidad, y que ofrece imágenes sorprendentes que evocan este bello animal con sensaciones y detalles formales muy intuitivos.

En ambas piezas el vestuario reducido a la mínima expresión deja el cuerpo libre, casi desnudo, para transformarse en cisne o en fauno a través de la sola interpretación sensual del movimiento. Tras un breve descanso, llegó Cigale, un ballet apoyado en una libre adaptación de la célebre fábula La cigarra y la hormiga de La Fontaine. Cigale es un ballet muy dinámico y divertido con una gestualidad muy explícita. Utiliza también la exageración y la caricatura para narrar las distintas situaciones en el desarrollo de la obra proporcionando una lectura muy clara de la misma. En la escritura coreográfica encontramos el estilo personal de este experimentado coreógrafo.

En esta versión de la Cigarra, Malandain presenta a la hormiga como un personaje nefasto y despiadado. Sus movimientos grandilocuentes y tajantes, algo cómicos en un principio, van desvelando un presencia que se tornará tétrica. La cigarra, por el contrario, es un personaje claro, luminoso y provisto de enorme corazón. Este personaje está personificado por doce bailarines. Malandain va más lejos en la inversión de los valores de esta fábula y critica, a través de la hormiga, el capitalismo que, no sólo acapara bienes con insolidaria actitud, sino que termina por destruir los corazones de las personas. Todo un canto a la humanidad, reflejada en la cigarra, y una propuesta para la reflexión.

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