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"Un ballet nunca se duerme y sigue estando vivo aunque pasen 30 años"

Béjart ballet Lausanne presenta tres coreografías en el Victoria Eugenia

Egilea
Juan G. Andrés
Komunikabidea
Noticias de Gipuzkoa
Tokia
Donostia
Mota
Albistea
Data
2010/10/16
Lotura
Noticias de Gipuzkoa

El espíritu del histórico y reputado coreógrafo Maurice Béjart sobrevolará hoy y mañana el escenario del Victoria Eugenia, donde su compañía Béjart Ballet Lausanne ofrecerá tres piezas diferentes y muy representativas del artista fallecido en 2007.

Gil Roman es ahora director artístico del conjunto y depositario del formidable legado de Béjart, con quien trabajó desde 1979. Ese año se incorporó a su célebre Ballet del Siglo XX y al siguiente actuó en San Sebastián bailando El pájaro de fuego. Desde entonces, según explicó ayer Román en una rueda de prensa, no ha regresado al teatro donostiarra, que no ha encontrado muy cambiado.

tres obras diferentes El responsable de Béjart Ballet Lausanne aseguró que el cartel lo componen tres obras "muy diferentes", pues el coreógrafo "siempre iba a la búsqueda" de "nuevas formas de expresión". La primera de ellas será, precisamente, El pájaro de fuego, estrenada por Béjart en 1970 con la conocida partitura de Stravinsky. "Es un trabajo muy característico de su autor", aclaró Roman. El público también podrá disfrutar de Sonata a tres, una creación de 1957 con melodías de Béla Bartók en la que la "teatralidad es muy importante", y de Lo que el amor me dice, una pieza de 1974 "muy depurada" y basada "en la simplicidad del ballet", con pasajes de la Tercera Sinfonía de Mahler.

Por otro lado, Gil Roman habló con naturalidad de la necesidad de cambiar ciertos aspectos de la formación de Béjart, siempre que se haga "respetando su espíritu". Así, se refirió, por ejemplo, al vestuario o a la duración de las propias piezas, que eran "frescos muy largos" que, ahora, "en la era del zapping", deberían adaptarse. "Hay que tener valor para cambiar lo que no cuadra", aseveró.

"Trabajé con Maurice durante tres décadas y desde 1993 fui director adjunto del ballet. Esa labor la hicimos juntos y él lo vio. Además, no quería que sus obras se convirtieran en piezas de museo", advirtió. Por ello, considera que un ballet "debe mantenerse vivo". "Siempre hay una base, la coreografía, que debe respetarse, pero también hay que alimentarla, porque un ballet nunca se duerme y sigue estando vivo aunque pasen 30 años", subrayó.

Ayer quedaban unas pocas entradas para las funciones, que comenzarán a las 20.00 horas y cuyos precios oscilan entre los 22 y los 40 euros. Quienes muestren los tickets de cualquiera de las funciones el martes a las 20.15 horas en el Teatro Principal podrán ver gratis el documental sobre Béjart, El esfuerzo y el ánimo.

Gil Roman, director artístico del Béjart Ballet Lausanne, ayer, en Donostia.

Gil Roman, director artístico del Béjart Ballet Lausanne, ayer, en Donostia. (Foto: Arnaitz rubio)

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