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Trajes de carnaval en el Museo
Si hay unos elementos importantes en el carnaval, esos
son los trajes que sirven para ocultar el rostro de cada participante.
El grupo de danzas Kezka puso en marcha en 2008 una fiesta dirigida a
recuperar el espíritu propio de esta celebración. Entonces se tomaron
unos elementos comunes al carnaval de distintos puntos de Europa, con
referencias también al folclore vasco y pinceladas antiguas del carnaval
en Eibar. Con todo ello se completaron dos formaciones y mañana (19.00
horas) se abrirá una exposición en la que se podrán ver los trajes que
salen a la calle el sábado anterior a Jueves Gordo.
El Museo de la Industria Armera será el escenario que
acogerá esta muestra. En ella se podrá ver una docena de trajes de la
comitiva que cada año recorre una parte de los caseríos de Eibar para
acudir después a las calles del centro. Por una parte están los
koko-dantzariak, un cuerpo de bailarines uniformados que consta de entre
ocho y doce componentes. Junto a ellos desfilan de manera informal
koko-marruak, una serie de personajes con distintas orientaciones.
«No estarán todos porque algunos non son sencillos de
colocar si no hay una persona debajo» reconoce desde Kezka Oier
Araolaza. Hay viudas, ancianos, fulanas y otros personajes con distintas
funciones, unos anuncian la fiesta con sus cencerros y otros se
encargan de la cuestación.
La mayoría de los personajes que forman koko-marruak
nacieron el primer año, pero algunos se han incorporado después. «Lo que
ocurre es que llegamos a un momento en que la comparsa es demasiado
numerosa y nos estorbamos al ir por los caseríos. Por eso hemos parado
la producción» señala Araolaza. El origen de los trajes y personajes es
diverso. La base del carnaval que se repite en distintos puntos del
continente tiene su influencia. «Son arquetipos, un tipo de personajes
que aparecen en el carnaval de distintas formas» explica Araolaza. «Uno
muy claro es el oso. Este disfraz aparece en infinidad de carnavales y
se identifica muy fácil aunque no sea un oso biológico. Nos han
preguntado a ver por qué el oso lleva cuernos si un oso no los tiene.
Hay que remarcar que es un arquetipo que se representa en el carnaval y
no se busca una fidelidad con el animal».
Mancharse la cara
Decía Toribio Etxebarria que bastaba con mancharse la
cara para estar disfrazado. Esa búsqueda del anonimato es un eje muy
importante del carnaval y es lo que tratan de recuperar desde Kezka. «Es
algo que en nuestro concepto urbano del carnaval no está tan claro»
señala Araolaza. Entre las referencias que se buscaron a la hora de
formar la comparsa de koko-dantzariak y koko-marruak no faltaron las que
atañen al Eibar antiguo. «Sabemos que en una época, cuando un casero
cazaba un zorro iba haciendo una cuestación con él de caserío en
caserío» indica como origen de unos de los personajes de la comitiva. «Y
teníamos claro que haríamos un baile con palos porque Toribio
Etxebarria escribe que 'ya están los jóvenes preparando el baile con
palos para carnaval'. No lo hemos conocido pero sabemos que sería algo
similar». A ello se suman los nombres con los que fueron bautizados los
distintos personajes, tomados de la historia popular de la ciudad.
A finales de enero, los dantzaris de Kezka tendrán que
acudir al Museo para dar por finalizada la exposición, ya que deberán
vestirse unos trajes que les llevarán de caserío en caserío. Hasta
entonces habrá tiempo de verlos de forma pausada en una exposición con
regusto a fiesta carnavalera.
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