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Tradiciones por San Juan
Orain arte belar, hemendik aurrera gari! (hasta ahora hierba y trigo en adelante) es el final de una canción, San Juanen kantaita, que hoy al atardecer, cuando se enciendan las hogueras, nueve jóvenes de Urdiain cantarán en corro con las manos entrelazadas frente a la ermita de San Juan. Serán Nerea Berastegi, Amaia Galarza, Sarabe Arakama, Iratxe Urrutia, Ane Razkin, Oihane Agirre, Joana Berastegi, Maialen Unanua y Uxue Méndez, de entre 15 y 18 años, que hoy renovarán una vieja costumbre llena de rituales de origen pagano.
Ataviadas como sus antepasadas, cubrirán su cabeza con una falda levantada por detrás, gona estamainazkua, adornada con una franja verde en su extremo inferior, el traje con que las mujeres de Urdiain iban a la iglesia. Debajo, otra falda, gona azpikua. Agarradas de la mano, moviéndolas de arriba a abajo y desplazándose en la misma dirección que las agujas del reloj, cantarán San Juanen kantaita.
La letra dice: Egun bai egun honek San Juan dirudi/ ez da San Juan baina hala alunbra bedi. Goazen San Juanera gaur arratsean/ etorriko gerala bihar goizean.Goazen San Juanera berduratara/ berduratara eta han egotera.
Joan nintzen Fraintziara etorri maiatzean/ zalditzo urdinean astuaren gainean.
San Juango iturriaren ondotik/ zazpi iturri urre kainuetatik/ zortzigarrena metal zurietatik/ zortzigarrena metal zurietatik San Juango iturriaren ura dago berde/ amuarraitxo freskoak hantxe dirade/ lemizko eskua ta gero musua/ San Juango iturriaren freskua. Jesukristoren lengusua da Aita San Juan Bautista/ aingeruak dantzan dabiltza/ San Juan pozean dabiltza.
Andra Mugur maketsa/ aingeruak dantzan dabiltza/ dabiltza baia dabiltza/ San Juan pozean dabiltza. San Juan garagarrilean denbora galantean/ maizik eta garirik ez dagonean etxea Orain arte behar, hemendir aurrera gari!
Es un baile cerrado y exclusivo para mujeres, algo poco común en las danzas vascas. Asimismo, es una canción repleta de símbolos, al igual que la noche de San Juan, la noche más corta y mágica, ligada a numerosas creencias purificadoras y ritos, muchos de los cuales hunden sus raíces en antiguas fiestas y cultos solsticiales.
Si bien adolece de cohesión, y puede ser el resultado de sucesivas refundiciones, según señala el etnólogo y antropólogo José María Satrustegi en un estudio publicado en 1971, la canción de Urdiain conserva datos de interés. Habla de que la fiesta se prolongaba durante la noche, hasta la madrugada. No obstante, "las doce de la noche suponía mucho para la mentalidad de nuestro pueblo", como apuntaba Satrustegi, quien fuera párroco de Urdiain.
RITUALES A partir de esa hora entraba en vigor la virtud medicinal del agua y del rocío. Y es que una creencia aún muy extendida es que antes de que salga el Sol, las aguas son benditas. Por ello, todavía hay muchas personas que pasean descalzos y mojan su cara y cuerpo con el rocío de los yerbines y trigales en la mañana de San Juan, sobre todo para curar o prevenir enfermedades cutáneas.
En la canción se mencionan siete fuentes con caños de oro y una octava de metal blanco y también se alude al remojo de manos y cara. También habla de ángeles bailando y de la enigmática andre mutur maketsa, como algo de mal agüero. Precisamente, otra creencia muy extendida en los pueblos de la montaña de Navarra es que el sol sale bailando en la mañana de San Juan, según recogió en su día Aita Barandiaran.
Guazen San Juanera berduratara, indicaría que los caminos estaban previamente alfonbrados de helecho. Lo cierto es que todavía perdura, al igual que en la vecina Alsasua, la costumbre de cubrir las entradas de las casas con estas plantas.
EL FUEGO PURIFICADOR El fuego es el otro gran elemento purificador de la noche de San Juan, es más, las fogatas se han convertido en su seña de identidad.
La celebración del solsticio de verano es tan antiguo como la misma humanidad y su culto está unido a creencias de origen pagano. En diferentes culturas como la egipcia, griega o celta había ritos dedicados al dios sol, representado en muchas ocasiones por el fuego, unas ceremonias que en la mayoría de los casos buscaban prevenir de epidemias, curar enfermedades y favorecer las cosechas.
El solsticio de verano representa el triunfo de la luz sobre la oscuridad la noche más corta del año que se ilumina con la luz de hogueras llenas de malos deseos que hay que quemar para comenzar un nuevo ciclo con renovadas surte y energía. En la fogata se queman los objetos que representan aquello que se quiere cambiar. Además, la tradición manda que hay que saltar tres veces sobre la hoguera para no padecer enfermedades durante todo el año. Otra creencia que se ha transmitido durante siglos de generación en generación, es que las cenizas de la fogata curan las enfermedades de la piel.

Ataviadas como sus antepasadas, las nueve jóvenes posan delante de la ermita de San Juan de Urdiain, a donde volverán hoy para cantar y bailar 'San Juanen kantaita'. (NM)
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