Todo por una sonrisa

Fundada en 1987, la compañía Nats Nus alterna dos líneas de trabajo diferenciadas: montajes para adultos y espectáculos para niños. Ambas facetas se complementan entre sí, por lo que 'En attendant...' destinado para adultos, bebe de muchos recursos para el público infantil, a saber, la atmósfera poética que imbuye la escena o un acusado sentido de la plasticidad en las imágenes creadas. El punto de partida de Mira y Ducreux se materializa en solitarios personajes, con universos creativos divergentes en la forma y ciertas conexiones en la esencia. La racionalidad matemática del catalán se rodea de una mesa; la dulzura y sentimentalismo de la francesa emplea un banco callejero, la gorra y la interacción constante con el espectador. Entre ambos surge una historia íntima de amor y ternura, salpicada con los monólogos humorísticos de Mira, explicaciones de solos no bailados con el cuerpo pero sí con la palabra, en definitiva, metalenguaje de la danza. Una de las constantes creativas de la compañía catalana es el sentido del humor, así como el diálogo de la danza con otros lenguajes escénicos. De esta manera, Claire Ducreux, bailarina que trabaja con Leandre Ribera -clown, improvisador y mimo- aporta ese ingrediente diferenciador a 'En attendant...', una suma de simples momentos de emociones compartidas, cuya traducción consiste en el guiño y empleo del público, lo que aumenta la vivacidad y frescura de la actuación. Uno de los momentos más simpáticos de 'En attendant...' se produce con la inclusión de un espectador aleatorio en escena, con el que la artista gala coquetea, juguetea y, sobre todo, provoca la empatía de los asistentes. El simbolismo también resulta importante en la obra. Así, la proliferación de hojas otoñales va apoderándose del espacio escénico, una metáfora del devenir del tiempo. Especialmente memorable resulta la lúdica escena de los paraguas: por un lado, una parodia de Gene Kelly y 'Cantando bajo la lluvia'; por otra, los malabarismos circenses de la intérprete gala, colgada de uno de ellos. Por su parte, la banda sonora se apoya en la memoria sentimental del asistente con las célebres 'Ma vie en rose' de Edith Piaf y 'Cuando nadie me ve' de Alejandro Sanz, entre otras. De esta manera, contribuye a hacer más entrañable un espectáculo de por sí muy simpático, cuya aspiración consiste en despertar una sonrisa en el público congregado. Lástima que, como viene siendo habitual en los últimos tiempos, la asistencia fuera tan exigua. Sería interesante plantearse qué aspecto no funciona en este sentido. Estrenada en el Mercat de les Flors de Barcelona en 2010, la obra ofrece un crisol de buenas sensaciones, especialmente, la de haber disfrutado de un rato agradable proporcionado por el veterano Toni Mira y la dulcísima Claire Ducreux, quienes no dudan en hacer de todo por conseguir una sonrisa.