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Talais y txantxos bajo el Txindoki
Los jóvenes de Amezketa y Abaltzisketa realizarán la ronda para bailar ante las casas de sus vecinos los tradicionales bailes carnavaleros de talais y txantxos
Los jóvenes de Amezketa acompañados por los trikitilaris bailarán la talai dantza mientras resuenan los golpes de sus palos al chocar entre sí. Un baile que interpretarán ante la entrada de cada uno de los caseríos o casas que visiten como cada carnaval durante este fin de semana. Los jóvenes que se den cita este año se repartirán en dos grupos que visitarán este sábado a los vecinos de Bedaio y a los de la zona de San Martín y mañana domingo a los de Ugarte y el centro del pueblo. Unos 40 caseríos ante los que bailarán mientras golpean sus palos.
Una ronda animada por los trikitilaris y en la que por lo menos participarán ocho jóvenes amezketarras. Jokin Artola es uno de los veteranos entre los talais que asegura que «los vecinos más mayores nos abren las puertas de sus casas con una amplia sonrisa, sobre todo, los que han participado en su juventud en esta fiesta». Los talais, según relata el joven amezketarra, «no pudieron celebrar el carnaval en Amezketa durante la época del Franquismo, y fue en 1976 cuando resurgió» esta jornada tan esperada por muchos.
En su esfuerzo por recuperar esta tradición carnavalera de Gipuzkoa, «un grupo de amezketarras se puso manos a la obra para recuperar el baile, la vestimenta...». Poco a poco, fue ganando peso entre los jóvenes de la localidad y este año 28 amezketarras de más de 15 años se han reunido para organizar la salida del Carnaval. El dinero recaudado durante la jornada pasa normalmente a una cuenta común de la que se va extrayendo para organizar diferentes proyectos, después de sufragar una copiosa cena que tradicionalmente se lleva a cabo en una sidrería de la comarca. Artola destacaba que este año, el grupo de talais ha decidido destinar el dinero que los vecinos donen «a comprar un kilómetro de la Korrika que este año visita Amezketa».
Barrer la entrada
«La colocación y el colorido de los pañuelos de los txantxos son fundamentales a la hora de hablar del carnaval de Abaltzisketa». Así lo explica la Maialen Senperena. «Son rojos y amarillos con flores de llamativos colores». La colocación tampoco es una cuestión baladí, «ya que la posición de cada uno de los jóvenes determina que un pañuelo se coloque en uno u otro hombro, teniendo en cuenta siempre el orden tanto con sus compañeros de izquierda y derecha así como el que está enfrente» destaca la abaltzisketarra. Por debajo, los jóvenes de Abaltzisketa llevan camisa y pantalón blancos. Fajín negro, calcetines de lana y abarcas negras completan el traje en el que no falta la boina roja decorada y los palos con los que bailarán ante las puertas de sus vecinos.
Los txantxos van acompañados por el o la trikitilari que anima su llegada, pero antes de comenzar a bailar «el ‘mozorro’ se encargará de barrer la entrada de la casa». Se trata de un personaje vestido de ropas oscuras y con la cara pintada de negro que presenta un aspecto menos agradable y más siniestro que los dantzaris. Al séquito carnavalero, le acompaña «el ‘sestero’, encargado de llevar la cesta con la que recogerá las ‘puskas’ que antiguamente los vecinos ofrecían a los jóvenes (tocino, huevos, chorizos...), para que después los degustarán en una buena mesa, aunque ahora se les da dinero». Durante la ronda que realizan los txantxos tampoco les suele faltar algo de vino y alguna que otra ‘kutixi’ para comer, aunque el momento fuerte para reponer fuerzas es el almuerzo que realizan en el ostatu del pueblo antes de que los vecinos salgan de misa mayor y ante los que interpretan tradicionalmente el baile de carnaval. También lo harán ante los fieles que acudan mañana a la ermita de Larraitz, donde bailarán a la salida de la misa al mediodía, bajo la atenta mirada de Mari desde elTxindoki.
Allí precisamente se solían reunir con los talai de Amezketa los dos grupos bailaban juntos. Sin embargo, este año los talais han decidido no acudir.
Abaltzisketa. El vivo colorido de los pañuelos que llevan los txantxos y su colocación destaca en el atuendo que los jóvenes dantzaris. / Nagore
AmezketaEl conocido baile de los talais volverá a ser interpreatado ante la puerta de los caseríos de la localidad. / Artola
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