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Sorgin dantza y tximinoa
Antzuola cumplió con la tradición del Domingo de Carnaval pero refugiados de la lluvia en el frontón
Bajo la cubierta de un frontón a rebosar de máscaras y personajes, los
dantzaris de Oinarin y los antzuolarras escenificaron las piezas que
caracterizan su tradición.
Grupos infantiles y femeninos
presentaron el repertorio de bailes, y para cerrar llegó la Sorgin
Dantza. Cerca de hombres (nueve vestidos de mujer y otros tantos de
hombre con un cucurucho en la cabeza) ejecutaron la pieza que conserva
pasos propios de otros bailes pero destaca por su caracter cómico. El
público disfrutó con los movimientos y provocaciones de los dantzaris
mientras el har-tza, tximino y domadorea se dedicaron a atemorizar a
los niños e incordiar a los espectadores y dantzaris allí presentes.
La
Sorgin Dantza es una pieza que sólo se puede disfrutar en An-tzuola. Un
baile con mucho parecido a la Tximino dantza de Are-txabaleta.
No
se sabe desde qué fecha se baila la danza de las brujas. Alrededor de
1922 un grupo de baile lo caracterizó. Se calcula que se ofrece desde
finales del siglo XIX. Y en 1990 el grupo de baile Oinarin recuperó
esta tradición, y al siguiente año salieron a las calles el mono, el
oso y el domador.
Ayer los recorridos previos al encuentro del
mediodía en el Frontón, soportaron los chaparrones. Dantzaris
masculinos y femeninos recorrieron el casco urbano para recordar la
tradición inicial de visitar los caseríos y después bajar a la calle.
En
el Carnaval el oso y el domador se pueden ver en otros pueblos del
Euskal Herria, pero el mono no se encuentra en otro sitio. Los
investigadores apuntan que a principios de siglo el mono sustituía al
diablo.
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