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Sophisticated Lucía
Diez minutos de aplausos cerraron la incursión del Jazzaldia en el mundo de la danza. Lucía Lacarra triunfó al encarnar a una gran diva del jazz en 'Sophisticated Lady'.
Lucía Lacarra nos había acostumbrado a llorar a mares y
a sobrecogernos con sus estremecedoras interpretaciones de dramáticos
personajes, porque, básicamente, la zumaiarra sabía cómo tocar la fibra
del espectador con su Julieta, Dama de las Camelias o Cisne Blanco.
Pero en Duke Ellington Ballet va más allá y demuestra un nuevo registro que encandila al público.
Magnética picardía
Lucía construye un personaje pícaro, seductor y
magnético, en cada una de las cinco piezas del espectáculo en las que
interviene. Además, sus brazos flotan sinuosos y sugerentes, mientras
sus piernas se lanzan hacia el infinito y más allá, en ángulo perfecto
y superior a los 180 grados.
Sin embargo, por encima de todo, emerge la zumaiarra
bailando por derecho propio, en solos, dúos, piezas corales y lo que le
echen, embriagando sus participaciones con el sutil aroma de la
excelencia. Si todas sus intervenciones son exquisitas, más aún Sophisticated Lady,
en la que aparece embozada con un vaporoso abrigo, ningunea a los
hombres que coquetean con ella y embruja al espectador con su danza con
la silla y, sobre todo, con su encarnación de una gran diva del jazz.
La pieza de la noche, sin duda alguna.
Sin embargo, Lucía protagonizó sólo cinco números de la
selección musical realizada por Roland Petit sobre la obra de Duke
Ellington. La labor del Asami Maki Ballet Tokyo fue muy efectiva, bien
en sus piezas corales, bien arropando a los artistas invitados. Y
dentro de ese elenco de bailarines invitados se encontraba el siempre
correcto partenaire Lienz Chang, el entrañable Luigi Bonino, el
gimnástico Altankhuyag Dugaraa y Marlon Dino, el novato de la tropa.
Se nota que todos se divierten en sus participaciones,
pero destaca el juego auto-paródico de Luigi Bonino, asistente del
genial Petit, quien encarna a su casi alter ego Charlot, en un papel de
carácter, recordando su gran éxito con la obra Charlot danses avec nous,
también coreografía del francés. Último partenaire de Alicia Alonso, el
cubano Lienz Chang es un buen exponente de su escuela, en la que el
trabajo de pareja posee un gran peso específico. Por eso y por su etapa
en el Ballet Nacional de Marsella juntos, Lucía Lacarra se muestra muy
segura en brazos del intérprete de la Habana.
Cuadrilla de amigos
Solista del Ballet de la Ópera de Munich, Marlon Dino se
incorpora a esta cuadrilla de amigos que danzan -ya lo hicieron en la
gira Pink Floyd (2006)-, acoplándose a las necesidades e infinitas posibilidades de la zumaiarra en varias piezas.
Lleno total en la primera de las dos funciones del Duke Ellington Ballet, saldada con diez minutos de aplausos y un entregadísimo público ante el sofisticado encanto de Lucia Lacarra.
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