Que la cultura hace el mundo más habitable y empático y vuelve nuestro pensamiento más crítico –algo que, está claro, no siempre interesa–, es una certeza que ya evidenció la pandemia, y que sigue muy viva.

Sin embargo, esto que nadie discute no encuentra su reflejo en la valoración real de los trabajadores y las trabajadoras de un sector muy precario, al que le mueven los motores de la pasión por la creación, la generación de conocimiento y las ganas de mejorar el mundo.

Desde el ámbito cultural navarro, ocho trabajadores y artistas proyectan en este reportaje sus deseos, retos y sueños para este nuevo año que ya asoma en lo que se refiere a las disciplinas del teatro, la música, la dantza tradicional, el cine, la literatura, las artes plásticas o la creación contemporánea en general.

Entre esos deseos, laten condiciones de trabajo dignas, políticas de apoyo firmes y continuadas, que den una mayor visibilidad al talento femenino, al euskera y a la denominada cultura popular. Porque ahora más que nunca nos hace falta nutrirnos de la reflexión, la creatividad, el encuentro, el diálogo, la diversidad, el pensamiento crítico y todos los demás valores que aporta la cultura, es hora de escuchar a quienes la impulsan y la trabajan día a día para seguir brindándonos la oportunidad de contarnos el mundo desde la escena, detrás de una cámara de cine, entre letras y libros, óleos y lienzos, al ritmo de la música y de la danza contemporánea o tradicional, desde los márgenes o los circuitos institucionales.

Félix Ortega, creador plástico y programador de Apaindu.

Félix Ortega, creador plástico y programador de Apaindu. Mikel Saiz

ARTES PLÁSTICAS

Félix Ortega: “Que 2023 sea un año reflexivo y creativo”

Félix Ortega, creador plástico y encargado de la programación expositiva de arte contemporáneo del espacio Apaindu, en pleno casco viejo pamplonés, despide 2022, un año que define como “convulso”, sin saber “hacer un balance exacto de este tiempo”. Su sensación es que “nuestra ciudad sigue instalada en su ya tradicional pereza intelectual llena de eventos de escasa calidad e interés”. 

No obstante, apunta, “aquí seguimos viviendo y trabajando cada día un poco más viejos y cansados pero con un gran deseo de contribuir a mejorar la temperatura cultural” de Pamplona.

“La programación de Apaindu para el próximo año está preparada y esperamos que ocurran encuentros de interés, que falta nos hace, para continuar este viaje sin destino”, dice Ortega, quien anima “a los jóvenes creadores a acercarse por Curia con propuestas de interés; estaremos encantados de atenderos”.

Mirando más allá, el artista desea que este año que comienza “sea pacífico, excitante, reflexivo, creativo y con agudo sentido del humor”. 

Belén Otxotorena (i) e Inma Gurrea forman la compañía teatral Pasadas las 4.

Belén Otxotorena (i) e Inma Gurrea forman la compañía teatral Pasadas las 4. Iban Aguinaga

TEATRO

Belén Otxotorena (Pasadas las 4): "Nunca renunciemos a nuestros principios"

Desde el teatro, el arte en vivo que resiste a cada crisis con gran apoyo del público, la creadora y actriz navarra Belén Otxotorena tiene “muchas esperanzas” puestas en este año que ya asoma y en el que, junto a Inma Gurrea –ambas forman la compañía Pasadas las 4–, cumple 29 años de profesión. Despide 2022 con el recuerdo de “encuentros maravillosos, pérdidas importantes y algunas desilusiones”; un año en el que Pasadas las 4 ha tenido la oportunidad de llevar a escena todos sus espectáculos, en el que ha vuelto a Colombia, un país muy querido por la compañía navarra y que esperan visitar otra vez en 2023.

Otxotorena, que prepara para este nuevo año “un proyecto emocionante” y su debut con la Orquestra Simfónica Illes Balears, lamenta que “este sistema machista neoliberal que lo ha corrompido casi todo ha seguido incitándonos a renunciar a nuestra dignidad a cambio de saciar nuestro deseo de subirnos al escenario”.

“El precio que se pretende que paguemos por la pasión con la que intentamos cumplir con nuestro deber es cada vez más alto; sin embargo, el valor que se le da a nuestro trabajo, a nuestra entrega y a nuestra exposición es cada vez más bajo”, denuncia la actriz y creadora, que apela más que nunca, “por coherencia, por compromiso y por salud”, a la necesidad de “mantenerse lejos de todos esos mecanismos de explotación emocional y laboral, lejos de ese carácter mercantilista con el que, cada vez con menos pudor, se maneja la cultura”.

Por eso, a 2023 le pide: “Tapones que silencien las voces que nos retan a renunciar a nuestros principios a cambio de trabajo; templanza para sortear tanta burocracia digital que nos asfixia y nos agota antes incluso de empezar a crear, anestesiándonos y dificultando la solidaridad entre profesionales; políticas culturales donde la mirada de género sea, cada vez, más real, sincera y comprometida; relaciones más horizontales y respetuosas entre profesionales de la gestión cultural y artistas, entre instituciones y profesionales de las artes escénicas”, además de “criterios sólidos para que las programaciones culturales tengan, cada vez, una mayor calidad artística; y compromiso institucional para que, bajo esta aparente profesionalización de la Cultura, se deje de propiciar un amateurismo encubierto y generalizado que, según los casos, se evidencia bien en los resultados artísticos, bien en la facturación anual o en las condiciones laborales y de creación”.

Belén Otxotorena también desea para este nuevo año “firmeza para seguir priorizando la calidad de nuestros espectáculos por encima de la venta; arrojo para condenar que nuestro entusiasmo se utilice para legitimar cachés a taquilla, sueldos injustos e, incluso, mal trato; y tenacidad para reivindicar que la brecha salarial, social e incluso, orgásmica desaparezca para siempre”.

“Elegí esta profesión para poder imaginar un mundo más justo y más amable, para intentar ser cada día mejor persona; no para hacerme rica. Sin embargo, me gustaría vivir con menos incertidumbre, sin tener que pedir perdón por ganarme la vida con lo que me gusta y sin renunciar a mi derecho a trabajar en la comunidad en la que pago mis impuestos”, concluye.

La escritora Castillo Suárez.

La escritora Castillo Suárez. cedida

LITERATURA

Castillo Suárez: “Apuesto por un gran festival en euskera”

La escritora en euskera y académica de Euskaltzaindia Castillo Suárez (Alsasua, 1976) apuesta por la celebración de “un gran festival literario en euskera”.

“Es lo que le pido a 2023. Porque falta en Pamplona un gran evento que dé prestigio a la literatura en euskera y la lleve a otro tipo de lectores. Creo en los grandes eventos, creo que la literatura es para leer pero también es para lucirse”, dice la escritora, para quien el principal problema es que el euskera, “en grandes citas como la de los Encuentros 72-22 de octubre, suele quedarse como algo testimonial, anecdótico; suele hacerse un acto puntual, o dos, por cumplir, pero no se le da al euskera un protagonismo real”, lamenta Castillo Suárez, quien sí valora muy positivamente la tendencia al alza que ha habido en cuanto a la celebración de tertulias literarias en lengua vasca.

“No todo ha sido malo en 2022. Ha habido cosas interesantes como la feria de la edición que ha sido itinerante este año; yo pediría para el año que viene que fuese en sitios más céntricos, en la Plaza del Castillo en lugar de en Sarasate”, dice la autora, que tambien pide al nuevo año que llega larga vida para Karrikiri. “Es un oasis, la única librería de literatura únicamente en euskera. Ojalá dure muchos años y siga haciendo cosas y presentaciones, que no pare”.

Con respecto a la creación literaria en euskera, pide “que se potencie más, que los autores noveles y los no tan noveles puedan crear y dedicarse a ello.Hay un certamen tradicional, el del Ayuntamiento de Pamplona, de donde hemos salido muchos de los que escribimos en euskera, pero no deja de ser un concurso para autores noveles”, dice.

La realizadora Helena Bengoetxea.

La realizadora Helena Bengoetxea. cedida

CINE

Helena Bengoetxea: “Que se visibilice el talento femenino”

2022 ha sido un año “un tanto agridulce” para la realizadora navarra Helena Bengoetxea. “Por un lado aún coleaban las consecuencias de la pandemia en el sector, con cierto over-booking de producción que hace muy difícil la difusión, o el descenso del público en las salas de cine, que no acaban de recuperarse, y otros elementos como la inclusión de las grandes plataformas como productoras en la nueva Ley de Cine, algo totalmente negativo para el cine independiente, que en Navarra es prácticamente la totalidad del sector. Pero por otro lado se han dado elementos muy positivos: está el impulso del cine de animación en Navarra, que viene pisando fuerte y eso se refleja, por ejemplo, en dos candidaturas a los Goya 2023, donde, por cierto, hay también otras dos candidaturas navarras en guión y en corto documental. O nuevos retos interesantes, como la iniciativa de potenciar la sostenibilidad en las producciones cinematográficas, que se está liderando desde el clúster audiovisual y que puede hacer de Navarra un territorio pionero en cuanto a rodajes sostenibles. Además, y aunque habría que mejorarlo, hemos mantenido apoyos institucionales interesantes como las ayudas al cine o los incentivos fiscales”, valora.

Con esta fotografía del sector, la directora de Matrioskas, las niñas de la guerra y realizadora en la productora Haruru Filmak, desea “que en 2023 tengamos buenas películas de producción navarra, sean de ficción, de no ficción o de animación, y sobre todo que las mujeres que trabajamos en el sector tengamos el espacio y las oportunidades en igualdad de condiciones para visibilizar el talento femenino, algo que ya están demostrando muchas realizadoras navarras con el reconocimiento de su trabajo en festivales”.

También, que “tanto personas profesionales como empresas productoras sigamos contando historias alucinantes con la misma pasión y con mejores incentivos fiscales que sirvan para que nuestros proyectos crezcan y se hagan realidad, además de que atraigan a otros productoras a rodar a Navarra”.

También pide “que haya más producción en euskera, y un espacio propio de distribución en Navarra donde canalizar nuestras obras, un sueño que es posible y que necesitamos porque sin difusión nuestro trabajo no se ve”.

Y, por supuesto, “que la gente vaya al cine, no hay mejor manera de disfrutar de lo que hacemos”, concluye.

Juankar Ornat, dantzari y vicepresidente de Nafarroako Dantzarien Biltzarra.

Juankar Ornat, dantzari y vicepresidente de Nafarroako Dantzarien Biltzarra. Oskar Montero

DANTZA TRADICIONAL

Juankar Ornat: “Que se valore la Dantza como le corresponde”

Desde Nafarroako Dantzarien Biltzarra, conocida como la Federación de dantzaris de Navarra, los deseos para 2023 son varios que se resumen en “que la Dantza tradicional de Navarra sea reconocida y valorada como le corresponde”. Así lo dice en nombre de la federación, que aúna a más de 80 grupos, su vicepresidente Juankar Ornat.

“Nos gustaría que la Dantza tradicional recupere a todos los agentes que trabajan por ella, especialmente los grupos que no han conseguido salir vivos de la pandemia”. Un periodo en el que, dice, “oímos muchas veces esa frase de que no vamos a dejar a nadie atrás. Nuestro escepticismo basado en muchos años de olvido y marginación a nuestra labor nos hacía dudar, y el presente nos confirma aquel escepticismo. Por eso es normal que ese sea el principal deseo para 2023”.

Pero desde la ambición y la positividad, Nafarroako Dantzarien Biltzarra desea “que de una vez por todas la labor de miles de personas que trabajan, que han trabajado y que trabajarán por la Dantza, como seña de identidad de esta tierra, sea reconocida, y en consecuencia valorada. También dentro de los presupuestos que se manejan en la política, que habitualmente ponen por delante otras artes, otras culturas y al profesionalismo frente a lo popular sin ánimo de lucro”.

Así, desean que la Dantza de Navarra crezca en todos sus ámbitos, y que “los agentes, grupos y asociaciones puedan trabajar con la dignidad que se merecen”. “Que la Dantza y sus componentes estén presentes en las instituciones, en las fiestas de todo tipo, en la Educación, en los protocolos, en la investigación, en las publicaciones. Y que toda la ciudadanía, sin exclusiones por ninguna condición, disfrute con sus propias dantzas”.

En cuanto al ciclo de cultura popular que por primera vez impulsará el Gobierno de Navarra en 2023 desde la Mesa de la música, la danza y las expresiones verbales populares, piden que cuente con la participación y “el acompañamiento que les ofertamos para que el resultado no acabe siendo parcial, interesado o injusto”.

Lara Molina, cofundadora del espacio La Zurda de creación contemporánea y pensamiento crítico.

Lara Molina, cofundadora del espacio La Zurda de creación contemporánea y pensamiento crítico. cedida

CULTURA AUTOGESTIONADA, FUERA DEL CIRCUITO INSTITUCIONAL

La Zurda: “Urge una regulación sobre el trabajo artístico”

Para el espacio de creación contemporánea y pensamiento crítico La Zurda, que impulsan de manera autogestionada diez mujeres artistas y trabajadoras culturales desde el barrio de la Milagrosa, imaginar 2023 para la cultura es “imaginar una cultura que tenga en cuenta el futuro de ahora, aquello que nos permite comprender el momento presente y ya está afectando aquello que sucederá mañana”.

“La cultura mejora nuestra vida por abrir mentes, crear imaginarios, y ayudar a vivir junto a otros y otras”, comenta en nombre de La Zurda Lara Molina, quien apunta que “esa necesidad de convivencia es precisamente uno de los gérmenes” de este proyecto y lugar de encuentro.

Sus impulsoras tienen claro que “hace falta derivar y facilitar el acceso a más recursos para las asociaciones culturales que ya existen. Hacer que la cultura no solo esté y dependa de la institución sino que podamos organizarnos colectivamente para hacerla posible. Esto también conlleva reconocer el trabajo cultural que se lleva a cabo dentro de las mismas, atendiendo a las especificidades de este sector y dejar de encajarlo en las mismas lógicas de mercado que no nos permiten a veces seguir pagando las facturas”.

En este sentido, ven urgente “la regulación sobre el trabajo artístico, así como velar por las buenas prácticas en la distribución de recursos y mayor transparencia en la contratación pública, no siempre promovidas desde la propia institución”.

“Por nuestra parte seguiremos incidiendo en encontrarnos, socializar la cultura contemporánea e intentar que desborde el espacio del arte para mezclarse y expandirse hacia otros contextos. Una cultura que busque entender nuestro tiempo y nos deje imaginar uno o múltiples presentes-futuros deseables y posibles”, desea Lara Molina, cofundadora del espacio La Zurda.

Alexandra Baurès, comisaria de arte contemporáneo.

Alexandra Baurès, comisaria de arte contemporáneo. Iban Aguinaga

COMISARIADO DE EXPOSICIONES

Alexandra Baurès: “Condiciones de trabajo dignas para el sector del arte”

Antes de empezar su carta de deseos para 2023, Alexandra Baurès quiere hacer un pequeño apunte sobre su profesión, el comisariado o curadoría en el ámbito del arte contemporáneo. Una actividad, que, dice, “se sitúa en un entre: entre ideas, entre artistas, entre artistas e instituciones, entre artistas y público”.

“Operar desde el margen y el intersticio posibilita una labor de observación y análisis de la creación por un lado, y también sirve para dar forma a un espacio limítrofe donde ocurre el hecho artístico”, dice Baurès, para quien el lugar del arte “se encuentra apartado de los espacios de consumo, como un refugio en el que una puede estar a solas o acompañada, y que contiene materia para pensar y sentir”.

Para que este lugar siga existiendo, su deseo para el próximo año es “que desde las instituciones se vele por unas condiciones de trabajo dignas para todas las trabajadoras del arte: artistas, comisarias, mediadoras, montadoras, gestoras, etcétera. Para ello, se debe proceder a valorar y remunerar adecuadamente las tareas intelectuales y artísticas, solamente así podremos seguir trabajando”, afirma.

En cuanto a los retos para el futuro, valora la “suerte” que ha tenido de participar en 2022 en los Encuentros 72-22. “Esta propuesta ambiciosa recibió una gran acogida por parte del público y nos hizo ver que tenemos que ser más ambiciosas en nuestros proyectos culturales, desde la institución y fuera de ella”.

Por otra parte, apunta que “en la Comunidad foral hay una apuesta por la creación local, sin embargo lo local no se debe desvincular de lo ocurre en otras partes. Sería muy positivo facilitar el desarrollo de propuestas entre Navarra y otras comunidades o países, potenciando redes de trabajo y facilitando la movilidad de los agentes culturales”, opina.

El músico y compositor Koldo Pastor.

El músico y compositor Koldo Pastor. Unai Beroiz

MÚSICA

Koldo Pastor: “Un gran reto es que la juventud sea público habitual de la OSN”

Considerando la “riqueza musical” en Navarra, que, dice, “se manifiesta tanto en la práctica de la música coral e instrumental como en la amplia oferta de actividades y conciertos, en el ámbito de la creación musical así como en la educativa, tanto en escuelas de música como en los Conservatorios Profesional y Superior”, el compositor, docente y director de coro, orquesta y banda Koldo Pastor (Pamplona, 1947) hace hincapié en dos “problemáticas” que afectan al sector en el que trabaja, y en particular a la Creación Musical y al ámbito de la Orquesta Sinfónica de Navarra (OSN), “formada por músicos magníficos y que representa una institución vital para la vida musical de la comunidad”, asegura.

En cuanto a la creación musical, Pastor señala que “en Navarra no somos pocos los nos dedicamos a esta tarea. Ello posibilita la renovación de materiales para su ejecución y el disfrute de nuevas músicas por parte del público”, y es aquí donde manifiesta su deseo para el próximo año de que “el resultado de tanto trabajo se vea recompensado al menos por su puesta en escena, tanto por parte de las diferentes agrupaciones musicales como por parte de instituciones que lo impulsen y faciliten”.

En lo que respecta a su implicación en el desarrollo artístico de la OSN, una tarea que ha sido para él “ilusionante y satisfactoria” y que actualmente disfruta como público, ve “necesaria” la incorporación de las nuevas generaciones al público habitual del ciclo de conciertos. “Algo estamos haciendo mal tanto en la educación básica, en el ámbito familiar o en la programación de los ciclos y su difusión, cuando la mayoría de jóvenes no manifiesta el más mínimo interés por los concierto de nuestra orquesta, institución que pagamos y debiéramos disfrutar todos los navarros”, opina Koldo Pastor.

Por ello, su deseo para este 2023 es “que la juventud no considere a esta oferta musical como dirigida solamente a un público de abuelos y abuelas, y esto es responsabilidad de todos, músicos, programadores, centros de educación y familias. Éste sería para mí el gran reto en materia de cultura musical”, concluye.