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Sergio Bernal: "Del poder que da la escena es difícil desengancharse"
En 2016, tras actuar en el London Coliseum Theater, la prensa británica lo calificó como "el príncipe de la danza española". Ahí es nada. Bernal tiene en su haber premios tan importantes como el Positano de la Danza Leonide Massine o el Premio 30 under 30 (30 menores de 30) de la revista Forbes, entre otros.
¿Cuándo decidió dedicarse a esta disciplina artística?
La idea nació de mi madre. A los cuatro años decidió apuntarnos a clases de sevillanas y flamenco a mi hermano gemelo y a mí con la excusa de tener un poco de tiempo libre para ella. Ya antes me encantaba bailar por casa y hacer mis propios conciertos, pero fue el primer día de clase de flamenco cuando me enamoré de la danza, y hasta hoy. Más adelante, cuando ya estudiaba en el Conservatorio y me subía con cierta regularidad al escenario, sentía el poder tan grande y fuerte que la escena te otorga. Tienes a todo un público en tus manos con el que juegas y le haces que viaje con la belleza de la danza a lugares maravillosos. Ese poder es algo que va implícito al artista y es muy difícil desengancharse cuando lo conoces.
¿Qué es lo más difícil de su oficio?
Hay varias cosas, pero quizás son dos las que siempre llevo en la mente. La primera es saber combinar tu crecimiento artístico con el físico. Mientras que tu crecimiento artístico avanza a través de la experiencia, de los artistas con los que trabajas y te desarrollas, o de las obras que dan vida a tu carrera, tu edad sigue aumentando, lógicamente, y con ello el físico va perdiendo facultades poco a poco. Es curioso que en la mayoría de profesiones según vas cumpliendo años vas ganando experiencia, técnica y capacidad. En la danza también crece tu parte artística y desarrollas tu parte técnica, pero a la vez poco a poco vas perdiendo tus facultades físicas. La segunda es que subirse al escenario requiere de un rigor y un nivel de concentración muy grande. El público llega de sus casas, trabajos, rutinas€ y lo único que esperan es sentarse y emocionarse. Cada noche que se sube el telón es como la primera vez que interpretas el papel. Todo es nuevo, nada se repite. Esa concentración y es espiritualidad que requiere la danza es complicada de alcanzar cada día.
¿Qué obstáculos se ha encontrado a lo largo de su carrera?
La verdad es que me siento muy afortunado porque me he encontrado con muy pocos, pero sí es cierto que la danza es una de las artes más obstaculizadas de la cultura en nuestro país. Mientras que cruzas los Pirineos y te encuentras con Francia, donde hay 19 centros coreográficos nacionales dirigidos por coreógrafos que dan forma de compañía nacional, y nueve operas nacionales con sus ballets permanentes, que en Alemania sumarían hasta 67 compañías con financiación permanente del Estado... en España podemos contar con tres compañías de danza financiadas en su totalidad por el Estado. A nivel político nunca se le ha dado el lugar que le corresponde. Además, la danza tanto en París como en Londres, Berlín o Nueva York es uno de los grandes atractivos turísticos, y hablamos de las grandes capitales mundiales.
¿Hasta que punto es importante el papel del coreógrafo?
Dentro de una obra es esencial. Es el principal creador del contenido de la obra y desde su imaginación da vida a cada uno de los personajes. El coreógrafo imagina la música, el ambiente, la dramaturgia, el dolor o la alegría de las interpretaciones. Imagina la estética de cada personaje de la obra. Por supuesto, se ayuda de compositores, dramaturgos o escenógrafos que se encargan de realizar la creación de ellas, pero un coreógrafo es el que dibuja y da color a un lienzo en blanco.
Es usted, dicen, uno de los mejores bailarines en interpretar El cisne de Saint-Saens.
Bueno, nunca diría que soy de los mejores. Lo maravilloso del arte es la subjetividad, que hace que un mismo cuadro tenga miles de opiniones de quienes disfrutan de el. Cada uno de los intérpretes ofrece su verdad, belleza, emoción€ Para mí, sí es cierto que El cisne es un momento de gran espiritualidad, un momento donde puedo llenarme de emoción y conectar con el público trasladándole lo que siento. Estoy orgulloso de que su creador, Ricardo Cue, me diera la oportunidad de poder bailarlo y disfrutarlo.
Ha sido durante siete años consecutivos primer bailarín del Ballet Nacional de España. ¿Fueron duras las pruebas para entrar?
Pues no he subido nunca al Everest, pero creo que con la audición que tuve que pasar me lo puedo imaginar (risas). La verdad es que sí son duras. Son pruebas en las que se presentan muchos bailarines y es una compañía formada por grandísimos profesionales que tienen la formación y el talento de los mejores. Además, el Ballet Nacional lo siento como si fuera mi casa. Pase dos años en su taller escuela y luego siete como bailarín de la compañía. Adoro el Ballet Nacional de España y siento que es un orgullo que represente al país en el mundo.
¿Por qué lo dejó?
De alguna manera no lo he dejado. Simplemente quería emprender un camino en solitario para conocer mis miedos, inseguridades, carencias€ En el Ballet Nacional de España me he dejado la piel cada vez en escena y he vivido momentos inolvidables. Eso nunca se deja. Además, tengo amigos y compañeros que adoro y que son parte de mi vida. También son referentes a los que sigo y de los que disfruto aprendiendo.
A través de la danza se desarrolla de manera exponencial la capacidad cognitiva
¿Por qué los jóvenes de nuestro país tienen tan poco interés por la danza?
Creo que en gran parte es educacional. Desde los programas educativos en las escuelas no incorporan ninguna asignatura ni sección dedicada a la danza. Varios estudios neurocientíficos afirman que a través de la danza y el teatro se desarrolla de manera exponencial la capacidad cognitiva de los estudiantes en Primaria. Para lograr el éxito en la vida es muy importante desarrollar las funciones ejecutivas del cerebro. Esta sería una gran labor: que además de su propio desarrollo escolar, estuviéramos fomentando la cultura de la danza en los jóvenes. Otra de las razones es porque no se le da nada de visibilidad en televisión. Estamos llenos de informativos que le dedican una hora en cada sección a los deportes, y a la cultura, normalmente, se le dedica algo cuando consideran que es noticia, y es el último artículo del telediario, ese momento en el que ya has terminado de comer, desayunar o cenar y estas fregando los platos.
El premio más importante que existe en la danza es el Benois de la Danse, que otorgan los rusos, pero usted tiene otro no menos importante, el Positano de la Danza, que se concede al bailarín más destacado de la escena internacional, ¿qué sintió cuando se lo dieron en 2012?
Pues lo agradezco muchísimo y es maravilloso recibir un premio a tu trabajo y labor en toda tu carrera, pero la verdad es que los premios para mí no cuentan demasiado. Cuenta mucho más que al salir del teatro alguien te coja de la mano y, emocionado, te diga que le has hecho viajar. Creo que es el mejor premio que un artista puede recibir.
En 2018, el Ballet Nacional de España celebró su 40 aniversario y se cumplieron también 60 años del estreno de El sombrero de tres picos de Manuel de Falla. Para su celebración interpretó Ícaro, una obra creada expresamente para usted, ¿fue una gran responsabilidad?
Sí, la verdad es que lo fue, porque como dices era el 40 aniversario del Ballet Nacional de España, lugar por el que han pasado los grandes artistas de nuestro país, y esa celebración era un homenaje a todos ellos. Se celebraban cuarenta años de salvaguardar el repertorio de la danza española, el folclore y el flamenco, y saber que entre el público está sentada parte de la historia del Ballet Nacional y muchos compañeros de profesión, impresiona y da mucho respeto. Además, debes tener en cuenta que entre bambalinas sigues teniendo a tus compañeros, que son parte del mejor elenco de artistas del país, y por supuesto que la creación de una pieza para ti como intérprete siempre es una enorme responsabilidad.
Durante la temporada 2016/2017 bailó en el castillo de Windsor con motivo de la celebración anual de la Fundación que preside el príncipe Carlos de Inglaterra, ¿pudo hablar con él?
Bueno, esa fue otra de las noches mas especiales que he vivido. Estuve sentado justo enfrente de él, en la mesa presidencial. Tuvo un detalle precioso y es que cuando yo terminé de bailar él espero, saltándose el protocolo, a que yo me terminara de cambiar y me sentara en la mesa a cenar. Nunca me había puesto un esmoquin tan rápido (risas). Me dijo y no lo olvidare nunca: En esta sala (refiriéndose el salón Waterloo) hay grandes cuadros que dibujan la historia del arte y de mi familia, pero hoy has sido tú la pieza de arte que más ha brillado en la sala. Me quede petrificado.
La conocida revista Forbes le incluyó en 2017 en su lista 30 under 30 (30 menores de 30), que distingue a los treinta jóvenes más innovadores e inspiradores de nuestro país. ¿Qué vieron en usted?
Forbes valoró que la capacidad, el talento y haber estado en lugares representativos del mundo difundiendo la cultura española, hacía que fuera único e inspirador en la rama de las artes. Lo agradezco muchísimo porque además Forbes es una revista que leo y sigo mes a mes, pero lo que más valoro es que se le diera al arte un nicho en el mundo de los negocios y de la innovación. La danza lo tiene y debemos seguir reivindicándolo.
El año pasado puso en marcha su propia compañía€
Este proyecto es algo que llevábamos desde hace mucho tiempo dando forma y que ya está en camino. Parte de la creación de una fundación en Londres y Madrid que nos sirve de plataforma para la creación de un proyecto que llevamos tiempo desarrollando. Por un lado, dentro de la fundación queremos implementar un programa de ayuda social para becar y apoyar a jóvenes sin posibilidad de acceder al desarrollo de su talento. En España hay muy poca ayuda a jóvenes que necesitan estudiar sus carreras artísticas y yo viví, y agradeceré siempre, el esfuerzo inhumano que mi madre tuvo que realizar para pagar mis estudios. Me gustaría poder ayudar a jóvenes que estén en la misma situación. Además, estamos en la creación de un ballet que se enfoca en la vida y obra de Yves Saint Laurent. Es un proyecto que requiere de mucha financiación, permisos y cesiones de derechos de la firma que hace que ya llevemos años trabajando en ello. En 2021, si el coronavirus nos lo permite, Yves estará bailando por todo el mundo.
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