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«Seguiré bailando hasta que se me parta la pierna o me tengan que sacar en camilla»
Dantzari eguna en Sestao
Sestao se empapa de baile. El mal temporal no ha hecho mella en el Dantzari eguna, la fiesta anual de los dantzaris en Bizkaia. El evento reunió ayer en el municipio fabril a más de 3.500 personas repartidas en 74 grupos de danzas provenientes de toda la provincia, que se unieron en el campo de Las Llanas para brindar a los asistentes un espectáculo sin igual.
Es una fiesta en la que el folclore sale a la calle, se crea un gran ambiente, bailan personas de todas las edades… «Es parte de nuestra cultura y este día me parece uno de los más bonitos del año», comentaba Janire Pérez, del grupo Mikeldi (Deusto). El comienzo del Dantzari eguna es «muy especial» para ella, pues se nombran a todos los grupos, se realiza el primer baile y se alzan todas las banderas. Empezó a bailar a los 9 años y ha seguido hasta hoy. Ha hecho de la danza parte de su vida durante 23 años y Janire lo tiene claro: «Hasta que el cuerpo aguante seguiré bailando».
Mientras danzaba el primer grupo, los demás se preparaban en el frontón, realizando los últimos preparativos y, bandera en mano, salían. Los más pequeños se frotaban los hombros del frío justo antes de salir a bailar. En cuanto terminaban su actuación y salían del campo entre el cálido aplauso del público, volvían corriendo y empapados a la zona de preparación.
Hay quienes llevan el baile en la sangre, como Jon Delaera, del grupo Beti Jai Alai (Basurto). Por mucho que llueve y ante cualquier adversidad, «seguiré bailando hasta que se me parta la pierna o me tengan que sacar en camilla», expresaba. «El dantzari nace. Se puede hacer, pero es algo que sale de ti», señalaba Mikel Atxa, del mismo grupo, quien ha dedicado más de treinta años a bailar. Ahora ayuda a los más pequeños y entrena con ellos, «porque ya tengo una edad en la que el cuerpo no perdona».
Aforo completado
Para Goio Polo, dantzari veterano de Sondika, del grupo Gorantzaileak, el baile « se lleva dentro». A sus 59 años, se trata de expresión artística que le ha gustado siempre y que, además, «es una forma de permanecer activo en la vida y socialmente muy relacionado con la gente».
A pesar del temporal, el campo de Las Llanas completó su aforo. Por motivos de seguridad, el público solo podía ocupar la grada principal del estadio, con una capacidad para 2.000 espectadores. Los alrededores del campo estaban ocupados de personas que se empujaban unos a otros intentando conseguir ver algo del espectáculo. Muchos, insatisfechos por no poder apreciar el jolgorio, cesaban en sus intentos para seguir caminando mientras observaban a los dantzaris que entrenaban en la calle. Por grupos, Bizkaiko Dantzarien Biltzarra hizo suyo Sestao.
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