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Rocamador, 50 años en danza

Egilea
Marian Zozaya
Komunikabidea
Noticias de Navarra
Mota
Albistea
Data
2022/04/09
Lotura
Noticias de Navarra
Dantzaris de Rocamador Dantza Taldea bailando en el primer día de fiestas en honor a San Sebastián.
Dantzaris de Rocamador Dantza Taldea bailando en el primer día de fiestas en honor a San Sebastián. Marian Zozaya Rocamador Dantza Taldea , el grupo de danzas de Sangüesa, cumple 50 años y mantiene su compromiso y esfuerzo para preservar el patrimonio de sus danzas 'merindanas'.

Rocamador Dantza Taldea, el grupo de Danzas de Sangüesa, cumple en este 2022 medio siglo de vida. Para celebrarlo, está dando forma a un programa de actos que repasen la trayectoria del grupo referente de la cultura y el folklore de la merindad, enriquecido con sus danzas originales. Durante medio siglo, Rocamador Dantza Taldea ha sido partícipe del pulso de la vida local, ha vestido y viste sus días grandes y se proyecta en el futuro con la confianza de seguir haciéndolo.

Así ha sido desde aquel 1972 cuando se lanzaron a organizarlo entre otros vecinos, Juan Pedro Aramendia García y Javier Abadía Espila. Hoy son historia viva. "Hicimos un llamamiento y comenzamos a ensayar en los bajos del Círculo Carlista. En marzo de 1972, en plena Javierada, nos invitaron a participar en Javier en la Novena de la Gracia y acompañamos la peregrinación desde Sangüesa. Se nos unió mucha gente y comenzamos a ensayar en serio", recuerda Aramendia. A sus 73 años, no se despega de Rocamador y aún baila Es su pasión. Con JavierLuis Torres (73) son los mayores.en activo.

Abadía le acompañó los primeros años en los que recorrieron los pueblos para aprender. Recuerda las primeras actuaciones con la ilusión propia de los estrenos. 

Aún incipiente, el grupo de danzas Nuestra Señora de Rocamador, echaba a andarcon la inquietud de aquellos jóvenes que habían recibido la semilla en sus días de estudiantes en el Seminario, de los Capuchinos y de los grupos de Acción Católica y Sección Femenina activos en la ciudad en las décadas anteriores, si bien hay constancia de que en Sangüesa hubo danzas antiguamente.

El historiador Juan Cruz Labeaga refiere su existencia a 1607, "aunque con el tiempo, se perdieron los grupos y la costumbre de bailar", dice.
Aoiz Dantza Taldea,Roncal, Muthiko Alaiak y Oberena, les prestaron su ayuda y de este modo, iniciaron su andadura en una etapa, caracterizada por el entusiasmo y la buena acogida dispensada. Vestidos de blanco y rojo (hombres) traje de poxpoliña (mujeres) dieron sus primeros pasos. En 1972 ya bailaban el Ttun Ttun ( típico del Valle de Roncal). Entre sus primeras danzas cabe señalar: Purrusalda, Aldaketa, Zozo Dantza (Arrarás) y la Jota Vieja de Sangüesa.

Ese mismo año, solicitaron ayuda al Ayuntamiento para comprar tela y coser nuevos trajes. La petición incluía su oferta de "participar con elegancia en las procesiones y "solemnidad festiva". Y así ha sido hasta el presente en el que lucen nuevos trajes con símbolos e historia de la Merindad de los últimos tres siglos, XVIII, XIX y XX para bailar Jauzi, Polka, Zakarrankua y danzas de la Baja Navarra, con su indumentaria de Valcarlos, "con la ayuda de Manolo Martínez, de Tudela", subraya Aramendia.

Aquel verano de 1972 está grabado a fuego en la memoria del veterano dantzari. "En julio fue espectacular bailar en el Campeonato de Pala Corta y después, en fiestas". Aquellas fueron las primeras y en 50 años no han faltado a la cita, ni a las grandes de Septiembre, ni a las txikitas de enero, por San Sebastián. Unas veces bailan y otras, acompañan a la Corporación. Visten los actos importantes, cumpliendo con el acuerdo de 1972.

Un año más tarde, abandonaron el edificio del Círculo Carlista y se trasladaron "por votación", a los locales del viejo mercado, donde hoy continuan. Venían años de crecimiento para Rocamador Dantza Taldea alimentado también con dantzaris de los pueblos vecinos: Aibar, Cáseda y Lumbier. Se fue abriendo camino y llegaron los años 80. "Fueron tiempos más complicados e intensos. Se multiplicaron las actuaciones dentro y fuera de Sangüesa, "12 en la ciudad, 30 en diferentes localidades, e incluso, dos en el mismo día, desde Laguardia (Álava) a Arbizu. Y todo Euskal Herria. Recorrimos los estadios, calles y plazas más importantes de Iruña, Gasteiz, Donosti y Bilbo. Bailamos en Gijón, Barcelona Valladolid, Granada, Barcelona y Valencia", relata con el paréntesis de los años en los que traspasaron fronteras: Polonia (1985), Bretaña (1986), Portugal y Rumania (!993). Estos viajes constituyen sus hitos, a los que suman el Festival de Danzas de Basauri (1974), Día de San Francisco Javier en Labrit (1975) y los viajeros 80. De los 90 destacan el inolvidable Dantzari Eguna 1991 en Sangüesa. "Todos los grupos de Euskal Herria bailaron aquí, en la plaza de toros. Teníamos carisma en aquellos momentos", rememora Aramendia con manifiesta nostalgia".

Sus danzas estaban muy significadas por su carácter "merindano", Ttun Ttun, Axuri Beltza, Ingurutxo, Cantarico... "excepto Cortes y La Era, las danzas eran nuestras", manifiestan con orgullo. En total, cuentan con 14 danzas nuevas y media docena de trajes para vestir sus danzas. Otsagabia, Baja Nabarra, Ingurutxo, indumentaria masculina (siglo XIX), el conocido rojo y negro. En ella cabe destacar la aportación del cuadro del Corpus, compuesto por Ezpata Dantza, Ezpata Joku, Paseo, Agurra y Zortziko. Un disco publicado en 2015 atesora sus bailes. De sus últimos trabajos, significar el festival Ilargia (2919) de fusión de dantza, solidaridad e integración.

FIELES ACOMPAÑANTES

Rocamador Dantza Taldea no habría podido bailar sin sus músicos incondicionales. Encabezan la lista, que no es corta, Alberto Aisa, Luis Mari Vital, "hoy en activo y siempre que hace falta", subraya Aramendia, y "Don" Manuel Zorrilla.

Otros nombres vinculados al txistu y tamboril son: Roberto Landa, Dabitxu Maruri, Mercedes Osés, Fernando Itoiz, Mari Carmen Beorlegui, Ricardo Madinabeitia, Aitor Huarte, Amaia Domeño, Patxi Aoiz, Grupo de Txistularis Nora, y últimamente, la fanfarre Tiriki Trauki.

PRESENTE Y FUTURO

Javier Landarech del Castillo( 55 años) y Unai Vital Amuchástegui (46) están unidos por el vínculo y el compromiso de tres décadas en el grupo. "Nos apuntamos porque era nuestra oportunidad de salir, socializar y viajar, pero había que ensayar y estar disponible para actuar",declaran. Ahora acusan el déficit de compromiso. "El esfuerzo que hay que hacer es mayor porque ahora vivimos tiempos de mayor individualismo" , expresa Javier. ""Como en todas las agrupaciones de pueblos pequeños, la despoblación afecta y este es un tiempo de incertidumbre", añade Unai.

A sus 25 años, Vanessa Muñóz representa el futuro. Baila desde hace 15 años. A su lado, Mari Cuesta (45) se declara enamorada de la Jota Vieja y de los bailes. El futuro pasa por la transmisión y están dispuestas a enseñar a a adultos, además de los grupos txikis.

Enseñar, ensayar, renovar el local está en los planes de Rocamador Dantza Taldea para recoger el rebaño "ahuyentado por la pandemia", dice JuanPedro. Todos confían en la continuidad. "Las danzas dan categoría a Sangüesa y estaría bien juntar a la gente de los pueblos para aprender y mantener las más sencillas y populares. Seguirán", sentencia Abadía. 50 años , cientos de dantzaris de todas las edades. Los pies bailan si el corazón lo siente.Algunos, siempre. Gaur eta beti dantzari.

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