Pasada la una de la tarde 42 joaldunak de Ituren, 28 adultos y 14 niños, salían del edificio donde se sitúa la Casa Consistorial y también, el Herriko Ostatu, para comenzar su recorrido. Primero dieron una vuelta por la localidad, en esta ocasión sin realizar las paradas de otros años para tomar algo en distintos puntos y después, se dirigieron al barrio de Latsaga, donde se produjo el encuentro con sus vecinos.
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Retumban de nuevo los 'joares' en Ituren
Tras el paréntesis obligado del año pasado, Ituren, Aurtiz y Zubieta han celebrado de nuevo el tradicional encuentro de sus vecinos a ritmo de cencerros
«Lo que hay que entender es que esta celebración es muy especial, son años de tradición y los vecinos querían celebrarla, con precauciones, y que no se volviera a suspender». Los vecinos de Ituren, Aurtiz y Zubieta se han unido este lunes en torno a una fiesta que renueva su significado. Con el ensordecedor sonido de los 'joares', los cencerros, trataron un año más de despertar a la primavera, pero también, de alejar todo lo malo. «Y fíjate si es necesario en estos tiempos», explicaba más de uno. «Echamos de menos a Laxaro», quien ha abierto la comitiva durante años y que en 2020 cumplía 51 años participando en el carnaval. De Ituren, pero afincado en Donostia, ya anunció que no podría estar.
El sirimiri no importó en una jornada en la que hubo menos gente que antes de la pandemia. Algunos vecinos mayores prefirieron ser prudentes, quedarse en casa y ver la celebración desde las ventanas. «Es normal, hay personas que lo han pasado muy mal», explicaban. Y algo que se notó especialmente fue que no acudieron a la jornada alumnos de centros educativos.
Un poco antes salían 26 joaldunak de Zubieta hacia Aurtitz, donde esperaban otros 16, de los que cuatro eran niños. Todos estos emprendían la marcha y tras pasar el puente de Zubiburu se producía el encuentro con los de Ituren, para regresar todos juntos hasta la Plaza de Ituren.
En este lugar retumbaron todos los joares al unísono, mientras entre los joaldunak asomaba el oso con su cuidador, y también los mozorros, personajes esperpénticos del carnaval. En Ituren y Zubieta habitualmente están conformados por mezclas extrañas: máscaras de plástico de diablos, animales..., con sacos, trapos, ropa de trabajo o batas cubriendo a partes, los cuerpos. Entre la gente se dedicaron a lanzar ceniza, tierra y demás, mientras el ruido de los motores de las carrozas invadía la Plaza. Había ganas y los participantes disfrutaron de la jornada que hoy se volverá a repetir, pero en sentido inverso. La cita será en Zubieta donde a primera hora de la tarde, retumbarán de nuevo los cencerros y tras los joaldunak, los mozorros se volverán a adueñar de la plaza.
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