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Remos y afeitado en el festival folclórico
Las bateleras y el carnaval de Laburdi fueron los bailes de este año. Los doce grupos fueron premiados con aplausos e irrintzis, y con carcajadas en la parodia del barbero labortano
El festival folclórico comenzó con los acordes del desfile, mientras el anillo de césped estaba lleno de espectadores. Después, y de forma solemne todos los dantzaris saludaron a la bandera. Iñaki Saenz, de 31 años, fue el encargado de ondear la ikurriña: "Ha sido muy emocionante, llevo semanas ensayando. No había ondeado nunca y estaba muy nervioso, era mucha responsabilidad". Iñaki lleva diez años en el Iruña Taldea, y salvo un año que enfermó no ha faltado nunca a su cita en esta plaza. "Como dantzari, y como pamplonés, es la actuación más bonita del año", asegura este joven. Su compañera, Uxue Urbiola, que lleva bailando casi desde que aprendió a anudarse el pañuelico, pide más implicación para mantener las tradiciones y menos impedimentos.
Pero este espectáculo no sólo es para veteranos, el pamplonés Mikel Reguera tiene 28 años y es dantzari en el grupo Harizti de Barañáin desde hace sólo tres meses. Este mozo se apuntó para aprender bailes populares y al final, le ha cogido gusto: "Ha sido un debut magnífico, no estaba nervioso porque me he sentido muy arropado por mi grupo y había ensayado mucho".
Este año las mozas, con unos enormes remos, bailaron como las bateleras de Pasajes (Guipúzcoa), unas mujeres que en siglo XVII prestaban servicios de transporte en esa bahía. Ataviados con cintas de colores y cascabeles los dantzaris ofrecieron también bailes del carnaval labortano, polcas y paloteados. Hubo también carcajadas con las parodias en las que un barbero cortaba el cuello a su cliente al compás de la música,y lo revivía después con el aire de un fuelle; el drama terminó con un buen tinto entre el casero revivido y el patoso rapabarbas. Había además en la plaza todo tipo de personajes del carnaval: enmascarados, abanderados, o los chaquetas rojas. Incluso, algunos grupos como Harizti contaron con su propia corporación municipal. Alex Benarte, de 26 años, figuró como alcaldesa: "Había empezado los sanfermines de muchas maneras, pero nunca travestido de alcaldesa. Ha sido muy divertido". Hacia 14.45 acabó el festival, como es tradición, con baile de La Era, en que dantzaris y espectadores se funden y divierten con los mismos ritmos.
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