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Referente vasco del ballet en Rusia

Gerardo Viana Foncea, 'Vladimiro' Niño evacuado a la Unión soviética en la Guerra Civil

Uno de los referentes vascos del mundo de la danza ha fallecido. Así lo difundió con lamento la Asociación Bilbao Ballet Elkartea (ABBE). El vizcaino Gerardo Viana, conocido como Vladimiro, será recordado siempre como coreógrafo, bailarín, maestro, impulsor en la antigua Unión Soviética (URSS) del folclore vasco o como niño vizcaino exiliado en días de Guerra Civil. Murió en Gasteiz el pasado miércoles, aquejado de un cáncer, a los 88 años. Sus restos mortales permanecerán en el Tanatorio de Gamarra de la capital alavesa hasta primeras horas de hoy.
Egilea
I. Gorriti
Komunikabidea
Deia
Tokia
Ortuella
Mota
Albistea
Data
2013/06/28
Lotura
Deia

Gerardo Viana Foncea nació el 15 de octubre de 1925 en el barrio Nocedal de Ortuella. De niño, fue evacuado, al estallar la Guerra Civil, y con apenas 12 años fue enviado a la URSS. Allí se le comenzó a conocer como Vladimiro y llegó a ser bailarín, coreógrafo y maestro de ballet.

En 1957, regresó a Bilbao, donde fundó el Ballet de la ABAO, aunque pronto retornó al país soviético. Logró su mayor éxito como coreógrafo con la obra Miniaturas españolas (1967), con la que "cosechó un gran éxito por todas las repúblicas de la antigua Unión Soviética", valoran desde ABBE.

Muerto el totalitarista Franco, acabó estableciendo su residencia en Gasteiz en 1992. Por aquella época obtuvo la Medalla de las Bellas Artes de España (1994) con distintivo de plata, distinción que se unió a su nombramiento como Maestro Emérito de Rusia. En los últimos años, recibió varios homenajes, como el tributado por la ABBE con motivo de la celebración del Día Internacional de la Danza o el nombramiento como Amigo de Honor de la Casa de la Danza de Logroño. Sus memorias quedan recogidas en el libro ¡De Carranza a Siberia y más allá…! (2007), editado por el ayuntamiento de Karrantza, localidad en la que se crió. "Queremos sumarnos al dolor de sus hijos y enviarles un cariñoso abrazo. Descanse en paz, Gerardo Viana Foncea", hacen público desde la Asociación Bilbao Ballet Elkartea (ABBE).

Una vida de guion de película Desde este colectivo enfatizan en que la biografía de este personaje vasco-ruso da para elaborar un exitoso guion cinematográfico. En aquella URSS fue profesor de niños huérfanos, bailarín, coreógrafo y maestro de ballet. Bailó en el Teatro de Música y Comedia de Tula (1944) e incluso ante los soldados rusos en el frente de guerra, donde resultó herido.

En 1957, residió en Bilbao solo durante año y medio. De regreso, Vladimiro Viana prosiguió con sus estudios y consiguió finalizar dos carreras universitarias: de coros y de coreógrafo de ballet. Perteneció a la primera promoción y fue el único que montó un ballet en el Teatro Kirov.

Desde su estreno en 1967, Miniaturas españolas obtuvo el apoyo del público. Por ello, el creador vasco recibió invitaciones de muchos teatros de la extinta URSS. En 1972, el Teatro Estatal de la Ópera y Ballet de Pierm, en los Urales, fue el segundo lugar en mostrar esta obra coreográfica. Luego vinieron Svierdlovsk, Novosibirsk, Gorki, Cheliabinsk, Bashkiria, Jarkov... En Uzbekistán también cosechó noches de gloria.

En acción en silla de ruedas A finales de los 70, un accidente de tráfico le postró en una silla de ruedas. Aún así, montó su última coreografía que, recordando sus orígenes, tituló Gernika. Para ello contó con su hijo Sergio, hoy profesor de danzas de carácter en el Conservatorio de Gasteiz. El Teatro Nacional de la Ópera de Riga, capital de Letonia, acogió el estreno del ballet el 22 de agosto de 1990. La obra estaba dividida en tres partes: Ave María, Dolor y Vivir, e incluía personajes mitológicos vascos como "el patriarca Aitor, la reina de los genios Andra Mari, su hijo Mikelatz y su esposa, la bruja Sorgin, entre otros", rememoran.

En 1986, se publicó en la Unión Soviética la primera enciclopedia dedicada al ballet clásico. El maestro Viana aparecía citado en alrededor de cuarenta ocasiones. "Sin duda, escrita en letras de oro, su paternidad de Miniaturas españolas le ha reportado las mayores alegrías de su carrera como coreógrafo", valoran. También fue reconocido en Bizkaia, en la de su Gernika.

Él contaba que en sus tiempos en la URSS al Estado Español se le asociaba solo con el flamenco, por lo que decidió mostrar otros bailes autóctonos. En una ocasión hizo un espectáculo con siete cuadros. "El acto del País Vasco incluía la Ezpatadantza y San Miguel de Arretxinaga, de Markina. Mis ballets suelen incluir un cuadro vasco. Una vez, en una actuación en el Kremlin de Moscú, el director propuso suprimirlo. Yo me negué, y, en la representación, con 6.000 personas, fue el más aplaudido", recordaba años atrás a la publicación Danza en escena.

Gerardo Viana, con su libro '¡De Carranza a Siberia y más allá...!

Gerardo Viana, con su libro '¡De Carranza a Siberia y más allá...! (ARchivo profesional de Iratxe Arantzibia)

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