Rafael Amargo homenajea a las grandes ciudades en 'Enramblao'

El bailarín representará hoy y mañana en baluarte su más reciente creación

El espectáculo nace como un homenaje a las Ramblas de Barcelona, donde el artista vivió un año y zona por la que siente un gran afecto. Sobre todo a sus calles, sus transeúntes, sus vendedores ambulantes, sus mimos, su vida, en definitiva. Una vida protagonizada por personajes de carne y hueso que Amargo conoció en la capital catalana y que se reflejan en este montaje que, partiendo de lo particular, de un lugar concreto, se abre al resto del mundo en una suerte de tributo a las grandes ciudades y quienes deambulan por sus calles: vagabundos, caminantes, artistas callejeros o prostitutas, testigos, todos ellos, del paso del tiempo, de la gente.



Y, como principio y fin de esta visión de conjunto, el individuo y sus sentimientos, la soledad con la que se inicia y termina el espectáculo. En medio, Amargo, construye una atmósfera en la que están presentes el flamenco y la música contemporánea, pero también el hip hop y el break dance en una sucesión de coreografías que se hunden en las vivencias del bailarín. En este sentido, y según él mismo afirmó en una entrevista que mantuvo con la revista de Baluarte, "el espectáculo son once momentos arropados por el audiovisual y los cuatro elementos: la tierra, el fuego, el aire y el agua". Y es que, de nuevo, y como ya hiciera en su propuesta anterior, Poeta en Nueva York , Rafael Amargo ha decidido dotar a este nuevo proyecto de un montaje audiovisual que, concebido como un elemento escenográfico y estético, se comporta como un bailarín más en diversos momentos. En ocasiones se proyectan imágenes reales de grandes ciudades y, en otras, la representación ambigua de los cuatro elementos. Este trabajo ha sido realizado por el director de cine Juan Estelrich.



Además, el artista granadino ha contado con diversas colaboraciones como las del coreógrafo contemporáneo Pedro Berdäyes y la bailaora flamenca Tacha González. La música original ha sido compuesta por Flavio Rodrígues y Camarón de Pitita, habituales guitarristas de Rafael Amargo en los temas flamencos, y por la venezolana Edith Salazar, en los temas contemporáneos.



eclecticismo La inclusión de diversas disciplinas artísticas en sus montajes escénicos demuestran lo que la crítica ha dicho de él al afirmar que Rafael Amargo es un bailarín y coreógrafo ecléctico. No en vano, ha bebido de las fuentes del más puro flamenco a través de sus maestros, pero a la vez ha asimilado otro tipo de tendencias coreográficas, como las enseñanzas en la escuela de Marta Graham durante su estancia en Nueva York. Sus coreografías, a veces muy cercanas al baile contemporáneo, nunca pierden el punto de referencia de la esencia del flamenco.



Amargo tiene contacto permanente con el mundo artístico y cultural, lo que le ha permitido ser apadrinado en los inicios de su carrera por artistas plásticos como Luis Gordillo o Esperanza D'Ors; fotografiado por Bruce Weber y Christopher Makos, o coreografiar, para el Museo Chillida de Hernani, una pieza inspirada en la obra del escultor.



Aunque el artista es un reivindicador de la compañía de baile y del concepto teatral y escénico del flamenco (con la inevitable referencia a su admirado Antonio Gades), ello no le impide bailar de vez en cuando en los tablaos, o investigar coreográficamente en el entorno de la danza contemporánea.



Rafael Amargo y sus espectáculos han recibido numerosos premios entre los que destacan cuatro Premios Max de las Artes Escénicas: dos por Amargo (mejor espectáculo y mejor intérprete masculino de danza), uno por Poeta en Nueva York (mejor intérprete masculino de danza) y uno por El amor brujo (mejor intérprete masculino de danza); el Premio Positano Leonide Massine de la Danza como bailarín y coreógrafo o el Premio de la Asociación de Profesores de Danza Española y Flamenco de España. >diario de noticias