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La tradición de los 'quintos' se mantiene en los municipios de Aretxabaleta y Eskoriatza
Hoy saldrán por los caseríos y mañana por el casco urbano
Una costumbre arraigada
Hemos querido recoger la historia de los
'quintos' de Eskoriatza, que se parece en mucho a la atxabaltarra. La
fiesta de Santa Águeda presenta un gran arraigo en la villa de
Eskoriatza, y se celebra desde antaño al igual que en muchas otras
partes del País Vasco. La festividad de Santa Agueda ocupa en el
calendario la hoja que corresponde al 5 de febrero, si bien comienza la
fiesta ya de víspera.
Los 'quintos' son quienes protagonizan la
fiesta de Santa Águeda, más conocidos por 'Santa Ageda mutilak' (mozos
de Santa Águeda). La costumbre de los quintos hunde sus raíces en el
siglo XVII y representa la obligatoriedad de realizar instrucción al
servicio del ejército español para todos los chicos que cumplían 18
años. Esta obligatoriedad se ha mantenido hasta el año 2001.
Para
la selección se hacía un sorteo, de manera que uno de cada cinco mozos
válidos para el servicio de armas era incorporado a filas, de ahí viene
el nombre de 'quinto'. Este sistema de quintos se instauró en 1876, con
la pérdida de los fueros. Desde esa fecha, los chicos vascos también
han tenido que prestar el servicio militar de forma obligatoria.
Mediante sorteo, los quintos recibían uno u otro destino militar.
Los
quintos, es decir, los jóvenes que entraban en el sorteo, centraron la
atención de la fiesta de Santa Águeda, debido a que les esperaba un año
un tanto difícil. En 2001 se aprobó la suspensión de la obligatoriedad
de prestar el servicio militar; sin embargo, los jóvenes, con ánimo de
mantener viva la tradición y no desperdiciar la ocasión para la fiesta,
han mantenido esta costumbre y por ello la fiesta de Santa Águeda
cuenta con un respaldo notable en Eskoriatza.
La fiesta estalla
el día 4 de febrero, víspera de Santa Águeda. Los mozos que cumplen los
dieciocho en ese año visitan los caseríos ataviados con pantalones de
mahón, faja y txapela de color negro, jersey oscuro y pañuelo de
colores al cuello.
Los caseríos de todas las anteiglesias
reciben a los jóvenes, cantadores de coplas; éstos recogen los
alimentos que se les ofrecen (chorizo, huevos, queso, o dinero...) a
fin de preparar una suculenta merienda. Cuando la cuadrilla de jóvenes
llega a la anteiglesia, se disparan cohetes y así se hace saber que los
quintos han arribado.
El día de Santa Águeda, día 5 de febrero,
lo celebran en el municipio y mudan su vestimenta para la ocasión:
pantalón y camisa blanca, alpargatas con cintas rojas, faja y txapela
de color rojo. Al cuello, un pañuelo grande de colores. El quinto mayor
en edad y el más joven lucen la txapela y la faja de color negro. De
este modo, van de casa en casa cantando coplas y pidiendo, acompañados
de la trikitixa y el acordeón. Además, llegan a las fábricas y tiendas
a pedir, incluso a las escuelas, donde reparten caramelos a los niños.
El baile
Los
quintos bailan en la plaza del pueblo en dos ocasiones. La primera, el
día de Santa Águeda, y la segunda el domingo siguiente. El baile se
compone de cuatro partes: desafixua, banakoa, agurra y dantza-suelto.
Los
mozos llegan a la plaza en atalataiko recorriendo las calles. A las 7
de la tarde, suenan las campanas de la iglesia, se tira un cohete y
comienza el baile. La danza inicial corre a cargo de los danzantes de
los extremos y se conoce con el nombre de 'desafixua'. Al finalizar
éste, los txistularis tocan el banako y los mozos lo bailan de uno en
uno en el centro de la plaza. Cuando todos han bailado el banako, los
mozos que lucen boina negra (el quinto más joven y el más viejo) salen
a por las chicas. Los dos quintos protagonistas del desafío bailan el
aurresku a cada una de las chicas. A continuación, sacarán a bailar a
más chicas, hasta reunir tantas como chicos. En este momento se hace el
corro y todos juntos bailan el fandango y el arin-arin. Cuando el baile
llega a su fin, salen de la plaza en atalataiko en dirección a alguna
taberna y sigue así la fiesta. Hasta el año 2006 la fiesta se ha
centrado en la actuación de los mozos. Las chicas sólo salían a bailar
el fandango y el arin-arin o acompañaban con la trikitixa y el
acordeón. El año 2007 aglutina a chicos y chicas en la organización
conjunta de este día dedicado a los quintos.
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