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"Quiero compartir lo que he aprendido fuera de mi tierra"
Aresti ha sido solista en los Ballets de Salzburgo y ha participado en diversas películas y series de televisión.
Andoni Aresti vuelve a su tierra con un proyecto
propio. La dejó por la danza y ahora mostrará lo que aprendió por el
camino. Su curriculum refleja una preparación exquisita. Ha sido
solista en los Ballets de Salzburgo (entre otros) y ha participado en
diversos programas de televisión, en tres películas (Ditirambo, Il paradiso all'improvviso y Schiuma'onda) y en la serie italiana Task Force. Además, es director de la sección Ballet clásico, repertorio y técnica de puntas en la academia Scarpetta d'oro de Roma.
La
Dantza Eskola Andoni Aresti-Landa abre el plazo de inscripciones y
matrículas el día 3 de septiembre y comienza con su actividad el
próximo 1 de octubre.
De momento, es un espacio
que comienza a satisfacer las expectativas creativas de Andoni. "Un
bailarín tiene que ponerse las pilas continuamente, ilusionarse con
nuevos proyectos, reinventarse", expresa bajo las barras de luz blanca
que iluminarán los pasos de sus alumnos.
En la
nueva escuela, que engrosa la amplia oferta que ofrece el Gran Bilbao,
se ofrecerán cuatro tipos de talleres. En danza clásica, habrá clases
para principiantes (a partir de cinco años), nivel medio (niños con una
base de conocimientos clásicos) y avanzado (jóvenes con experiencia y
formación clásica).
En danza contemporánea, se
ofrecerán enseñanzas para principiantes y de nivel avanzado. Por
último, en los laboratorios de danza para adultos se brindará un curso
abierto a toda persona que le guste bailar, aunque no tenga ningún tipo
de experiencia previa. El objetivo final será montar tres coreografías
de grupo con estilos y músicas diferentes.
"Creo
en la disciplina a través del estímulo, no de la crispación", afirma
Andoni Aresti. Este leioaztarra ha recibido enseñanzas de diferentes
maestros y alude a los miedos e inseguridades que siente el bailarín en
sus comienzos. "Además de las inseguridades que tienes, nadie te
garantiza nunca que vayas a ser un bailarín. Yo intenté siempre ser
positivo; por ejemplo, cuando me marché a Francia procuré pensar que si
todo iba mal, por lo menos había aprendido un idioma", recuerda.
A
pesar de que conoce la amplia oferta de academias de danza de Bilbao,
Aresti asegura moverse por el deseo de llevar adelante un proyecto
propio. "No me gusta compararme con nadie. He vivido toda la vida
siendo comparado... Yo siempre digo que cada uno debe trabajar en su
casa y hacerlo lo mejor posible".
Algunos
maestros suyos le enseñaron a seguir ese camino. Recuerda especialmente
a José Ferrán, un profesor catalán que le dio clases en el Centre
International de Dance Rosella Hightower de Cannes, cuando apenas
contaba con 22 años. Ahí se diplomó Andoni Aresti que, cuando recuerda
a Ferrán, que murió hace tan sólo un año, no puede evitar emocionarse:
"Él creyó en mí, me estimuló, me provocó, hizo que fuese disciplinado,
que me descubriera a mí mismo... Pintó de colores lo que yo veía en
blanco y negro".
Para Andoni, no existe "el
maestro único". En realidad, todo se basa en un encuentro, en una
conexión entre dos personas que se entienden. "Un profesor puede ser
clave para mí y no para el resto. Es importante que él entienda tus
condiciones físicas, que te sepas comunicar con él incluso sin hablar,
tan sólo con la mirada", expresa.
En la nueva
Dantza Eskola, el bailarín de Salsburgo y maestro Alexandro Bizzi
impartirá clases una semana al mes. "Así, cuando él venga, iré yo a
Roma a la academia Scarpetta d'oro. Es una forma de que los alumnos
puedan estar en contacto con otros bailarines y, a la vez, de que
estemos siempre abiertos, que crezcan en la diversidad", expresa.
Andoni
dejó de bailar hace seis años. Llegó a trabajar en 140 espectáculos y 6
producciones al año. Cuando recuerda esa época, acuden a su boca las
palabras "aeropuertos, hoteles y horas de estudio". Ahora, se emociona
de otra manera, enseñando a bailar. "Estoy viviendo una segunda
adolescencia".
Andoni Aresti en la nueva Escuela de Danza, que se pondrá en marcha en octubre. Foto: josé mari martínez
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