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«En los mejores ballets del mundo hay ahora primeras figuras vascas»

Adolfo YEBRA | Vicepresidente de la Asociación Bilbao Ballet Elkartea (ABBE)

Komunikabidea
Gara
Mota
Elkarrizketa
Data
2006/08/21

El pasado mes de junio, una gala celebrada en el Palacio Euskalduna reunía a grandes figuras del ballet clásico, todas ellas intérpretes vascos que bailan en compañías extranjeras. Era la tarjeta de presentación de la recién constituida Asociación Bilbao Ballet Elkartea (ABBE), que pretende impulsar el ballet clásico en Euskal Herria y reivindica, entre otras cosas, la instauración de unos estudios de grado superior, la formación de una compañía nacional de danza y la programación de una temporada estable de ballet. La idea de la creación de esta asociación surgió hace un año entre la corte de familiares, amigos y aficionados que siguen al bailarín Igor Yebra en las actuaciones que ofrece por todo el mundo.

Respuesta

­¿Con qué objetivos nace ABBE?

Vivimos muy de cerca el déficit que en Euskadi hay en torno a la danza clásica. Es un déficit extensible, porque en todo el Estado español no hay una sola compañía de danza clásica estable, aunque Víctor Ullate o María Jiménez hagan cosas de vez en cuando. Hay que recordar que Nacho Duato derivó la Compañía Nacional de Danza, inicialmente clásica, hacia la danza moderna. Aquí, hace muchos años existió el Ballet de Euskadi, pero aquello no se controló bien y fue de mal en peor hasta que desapareció. Yo he ido a muchas partes del mundo a ver bailar a Igor y he visto que, por ejemplo, en Francia en cada ciudad tiene un ballet. Lo mismo ocurre en Italia o en Rusia, donde cada teatro de ópera tiene su compañía de ballet. Aquí, pese a tener unos profesionales excelentes, no existe nada de nada en lo que al campo clásico se refiere; sí se hace algo más en la danza contemporánea. Y es importante cuidar el clásico porque la base de la danza, también de la danza moderna, está en la barra.

­¿Reivindicar la creación de una compañía sin tener unos estudios oficiales de ballet no es empezar la casa por el tejado?

Efectivamente. En la gala “Los vascos y la danza” que hicimos en junio pudimos demostrar que tenemos muchos bailarines muy buenos repartidos por el mundo, y que aquí no se conocen. Se conoce a Igor y a Lucía Lacarra, pero a nadie más. A esa gala invitamos a consejeros, alcaldes y representantes de todas las instituciones. Llenamos el Euskalduna durante dos días y fue un impacto. Ahora que saben que tenemos todos estos talentos y más, tienen que darse cuenta de que hay que crear una cátedra de danza donde poder formar a bailarines y profesores.

­¿Han mantenido ya reuniones con representantes de las instituciones de la CAV?

Hemos mantenido contactos, pero a partir de setiembre queremos reunirnos de manera formal. Las instituciones de aquí están apoyando económicamente al Ballet de Biarritz. Me parece muy bien, pero no tiene mucho sentido que apoyemos a una compañía del otro lado de la muga con la carencia que tenemos. Con ese dinero se podría crear algo aquí.

­Según los cálculos de la Asociación, hay unos 25 bailarines vascos como primeras figuras y solistas en compañías de danza extranjeras .

A Lucía Lacarra se la rifan las grandes compañías; Igor ha recibido los elogios de los mejores maestros, pero es que, además de estos dos, ahora mismo en las mejores compañías de ballet internacionales hay primeras figuras vascas. Nos dimos cuenta de esto cuando empezamos a tirar del hilo para montar la gala del Euskalduna. Por problemas de agenda ha sido imposible traerlos a todos.

­¿Dónde se han formado esos bailarines?

Todos ellos han empezado en algunas de las muchas academias privadas de ballet que hay en Euskadi y después se han ido al extranjero porque aquí no hay recorrido. Nosotros pretendemos dar algunas becas, ya que gente como Antonio Márquez, del Ballet Español, nos ha ofrecido esa posibilidad.

­Hablan también de programar una temporada estable de ballet clásico. ¿Hay público suficiente para ello?

Desde luego. Cada vez que se programa algo de ballet, se abarrotan los teatros. Y hay que educar el gusto y traer a grandes figuras porque cuando se dice que vienen las grandes figuras del Bolshoi, no es cierto. Son muy buenos, porque allí hay mucho nivel, pero no son las figuras del Ballet, aunque aquí cuele porque sus nombres son rusos y no nos enteramos. Pero, oye, la ABAO empezó con un título y un señor que tenía mucho dinero y avaló aquello. Nosotros no tenemos dinero, pero sí muchas ideas y buscamos instituciones y empresas que nos financien.

­¿Igor Yebra está implicado en la Asociación?

No, no. A Igor le hemos nombrado presidente de honor porque somos de Bilbao, pero no participa en ella. Aunque él siempre reivindica la creación de una compañía pública porque ha sufrido en sus carnes el problema. Nosotros a Igor le mandamos con catorce años a Madrid a vivir solo. ¡Que lo mismo que ha salido un bailarín podía haber salido un golfo! Porque ya a los quince años ganó un montón de tela venciendo en el Festival de Eurovisión de París. Un chaval de esa edad ganando ya dinero... ¡podía haber sido el desastre padre! Es importante que hasta cierto nivel puedas estudiar en tu entorno, luego ya saldrás a perfeccionarte. -

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