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Política inane
Una
actitud simplemente emblemática, claro, ya que la presencia en una gala
celebrada bajo el epígrafe 'Los vascos y la danza' ni supone ningún
compromiso presupuestario, ni tampoco merma alguna a ese sistema de una
cultura oscura y politizada que sólo financia lo identitario, lo
lingüístico y una televisión también identitaria y lingüística. Casi lo
mismo que pasa con el cine, el teatro y la música, donde hay dinero
para pisar la alfombra de los Oscar o para convocar ruedas de prensa en
las que sacar pecho, mientras que los creadores o los que difunden la
cultura languidecen en la más absoluta marginación. Un gran éxito esta
política de relumbrón con furores lingüísticos y planes que no se
cumplen, ya lo digo, porque hasta permite presumir en la quietud de una
butaca teatral del fomento cultural sin coste alguno y con la nada como
oriente. ¿Qué éxito!
Arte
Comisario por horas
Alguien
dijo hace tiempo que era necesario desacralizar el arte, es decir,
quitarle su elitismo y despojarle de una solemnidad que impide su
democratización. Pues dicho y hecho, ya que en pocos años no sólo los
museos se han popularizado como centros de dinamización social o las
artes plásticas han ampliado hasta lo insospechado su propia
definición, sino que encima ahora también parece que el viejo y docto
oficio del comisario de exposiciones se va a someter en Europa a los
anuncios por palabras o, lo que es lo mismo, a la oferta y a la demanda
en prensa. Lo digo de verdad, sin bromear, ya que la comunidad
artística francesa se vio sorprendida la semana pasada por la aparición
del siguiente anuncio en un periódico parisino: «Sophie Calle, artista
seleccionada para representar a Francia en la 52 edición de la Bienal
de Arte Contemporáneo de Venecia, busca una persona entusiasta que
pueda asumir las funciones de comisario en esa muestra. Se exigen
referencias. Sueldo a convenir. Dominio del inglés deseable». Ni que
decir tiene, obviamente, que el anuncio de marras va a generar un
sinfín de candidaturas, ya que Sophie Calle es una reputada artista
conceptual, cuyas instalaciones y trabajos en soporte fotográfico y
cinematográfico son de sobra conocidos. Por contra, no parece que la
noticia vaya a remover los cimientos del ámbito español, ya que aquí lo
importante no son las referencias ni la experiencia, sino los amigos,
el partido y la filiación identitaria.
Cine
Monipodio
Insisto
en que lo del cine español es un escándalo, de rifa tombolera en el
patio de Monipodio. Y es que siempre son unas pocas productoras las que
copan las subvenciones estatales, autonómicas, europeas y hasta los
derechos de televisión. Por lo tanto, en España el oligopolio del
'business' cinematográfico no lo tienen las 'majors' de Hollywood, sino
un puñado de productores que disfrazan sus pingües beneficios con la
cantinela de la idiosincrasia cultural del cine y con la defensa de un
sistema proteccionista que sólo a ellos favorece. Unos señores, sí, que
copan las ayudas discrecionales sobre proyecto que concede el
Ministerio de Cultura y que casi monopolizan también las subvenciones
automáticas, haya o no taquilla o espectadores reales o irreales. Los
mismos señores, desde luego, que arramblan con buena parte de ese 45%
de los ingresos cinematográficos que proceden de los derechos de
emisión pagados por unas televisiones, cuya inversión en cine español
es obligatoria porque lo dice la ley y los políticos que no quieren
desagradar a esos productores. Unos productores, en fin, que van a ver
doblar este año las inversiones de TVE en sus películas hasta cerca de
70 millones de euros, a pesar de que sobre el Ente Público se cierne el
recorte, y el expediente de regulación de empleo.
Ya saben : mal de muchos , felicidad de pocos.
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