Pioneros en introducir la cuestión de género en las danzas de Arrate

Se sabe que ya en 1913, el Ayuntamiento organizó un concurso de danza de espadas en Arrate al que acudieron participantes de Berriz, Antzuola, Donostia, Ermua, Gernika y Bilbao. Posteriormente, tras la guerra civil, el 8 de diciembre de 1944, el grupo de baile de Gregorio Santa Cruz hizo su presentación oficial en dicho lugar. El grupo Kezka del Club Deportivo de Eibar bailó por vez primera en las campas de Arrate en la Fiesta del Finalista en el año 1958.

Plaza de referencia también para los txistularis y trikitilaris, en 1927 se creó la Asociación de Txistularis de Euskal Herria y al igual que los txistularis, los trikitilaris también designaron a Arrate protectora de sus asociaciones. Al igual que los txistularis, los trikitilaris también designaron a Arrate protectora de sus asociaciones.

El impulso definitivo a las danzas se dio en el año 2005, cuando el grupo Kezka Dantza taldea completó su repertorio de los bailes de Arrate, con la ezpata-dantza y trokeo-dantza. Durante la misa celebrada a las 11 de la mañana, además de la participación de txistularis, bertsolaris y trikitilaris, los dantzaris protagonizan la entrada a la iglesia trasladando la ezpata-dantza hasta el altar.

Allí, se baila la ezpata-dantza de forma individual y tras el baile el grupo vuelve a salir del templo alzando las espadas. A las 12, a la salida de la misa mayor, cuando la cofradía de Arrate monta la procesión, desde la basílica hasta la cruz, al son de la melodía de los txistularis del grupo Usartza, los dantzaris participan alrededor y frente a la Virgen creando puentes con sus espadas. En la cruz, se reza mirando hacia Eibar entonando la Salve, y a continuación el séquito toma el camino de regreso. A la puerta del santuario, los dantzaris vuelven a ofrecer a la Virgen la ezpata-dantza.

Gran repertorio

Finalizada la procesión, los dantzaris muestran su repertorio principal en la explanada. Bailan la ezpata-dantza completa y tres trokeo-dantza: makil txikia, makil handia y brokel-makila. La actuación de los dantzaris finaliza tras la creación de los últimos puentes en la ezpata-dantza. Siendo bailes y sonidos tradicionales, los bailes de Arrate se ven completados con innovaciones coreográficas y musicales. Las creaciones y adaptaciones musicales se realizaron de la mano de José Miguel Laskurain. No obstante, las danzas de Arrate son bailes que no presentan diferenciación de género ninguna. Participan personas de diferente sexo sin ninguna diferenciación en cuanto a vestimenta se refiere.

Aquel año 2005, además de completar el repertorio de bailes también se creó la Cofradía de dantzaris de Arrate. Los dantzaris que participan en los bailes pasaron a formar parte de la Cofradía. Durante el primer año, 2003, la ezpata-dantza contó con 33 dantzaris. En 2013 fueron 62. En este momento, la Cofradía de dantzaris de Arrate cuenta ya con más de 100 miembros. Además de los dantzaris del grupo Kezka, cada año la Cofradía invita a varios dantzaris y maestros a formar parte de la ezpata-dantza y a participar de forma individual.

Todo ello ha posibilitado que los bailes «sean referencia para otros grupos». Lo que el grupo de baile inició hace 14 años fue un nuevo modelo a la hora de participar en la fiesta. Si hace más de diez años podía causar sorpresa la entrada de Kezka en la misa, con ello el grupo quería hacer una apuesta por dar una mayor presencia a las danzas vascas en una de las fiestas más queridas de la ciudad. «Se miró al pasado y tomando partes de muchas tradiciones se creó una coreografía, una música y un vestuario. Así, en el año 2005 se ofrecía la primera 'ezpata-dantza' en honor a la Virgen de Arrate. No hubo procesión ese año y la lluvia obligó a aprovechar un abarrotado soportal», recuerdan desde Kezka.

Desde entonces, los dantzaris eibarreses han acudido cada año con una propuesta que ha tardado poco en trascender los límites geográficos de Eibar. En las ediciones celebradas no son pocos los aficionados al folclore y los investigadores que han pasado por Arrate un 8 de septiembre. «Ha habido mucha gente que ha venido de fuera con interés, ha sido un ejemplo para otras iniciativas» señalan desde Kezka.

Pero entre todos los aspectos que introdujeron las danzas de la Virgen de Arrate, los responsables de Kezka destaca la cuestión de género. «En este tema, sin duda, hemos sido pioneros». Los dantzaris de la Virgen de Arrate, ellas y ellos, visten el mismo traje y en las coreografías no se hacen distinciones por género. «Es un tema candente en la danza tradicional y nuestra experiencia ha servido como referencia para otros grupos», señalan.

Todo ello, ha permitido contar con un repertorio propio que les identifica fuera de Eibar. «Ha sido algo muy importante para el grupo. Nos ha dado una personalidad y nos ha abierto muchas puertas» indican. En ese punto de inflexión recuerda especialmente un viaje realizado a la localidad inglesa de York donde se consideró a la danza con espadas eibarresas entre las dos mejores del festival.