Pavlovsky, un reportero de guerra que retrata las gestos del Ballet de Biarritz

El fotógrafo de Donibane Lohizune presentó ayer en Donostia «Ballet Biarritz», con imágenes de sus coreografías

Pocas personas habrán podido dar un giro tan copernicano a sus vidas al llegar a la jubilación. Nació en Donibane Lohizune en 1931. Hijo del arquitecto André Pavlovsky, a quien dedicó un libro monográfico en 1991, estudió Bellas Artes en París y comenzó su carrera como fotógrafo de prensa en pleno Mayo del 68. Desde esa fecha, Jacques Pavlovsky vivió esa extraña pasión que lleva a fotógrafos gráficos a estar en los puntos más calientes del planeta, allí donde se desatan las mayores catástrofes y las peores guerras.



Pavlovsky estuvo en Vietnam, en Sáhara y Salvador, hizo la crónica gráfica del fin del franquismo, realizó el seguimiento de la guerra entre Irak e Irán y de pronto, tras la jubilación, aparece como presidente de la Asociación de Pottokas, animal al que ha dedicado un monográfico.



Ayer presentó en Donostia el libro "Ballet de Biarritz", formación a la que seguido durante dos largos años en sus ensayos, estrenos y giras. Estuvo acompañado por dos de los responsables de la compañía, Filgi Claverie y Adriana Pous.



El propio fotógrafo confesó que durante su vida dedicada a la fotografía de prensa había tenido siempre tiempo para hacer imágenes de danzas. «El baile y la danza tienen una estética que me atrae mucho. Publiqué con anterioridad un libro sobre el aurresku. Con ese material Fhotomuseum de Zarautz montó una exposición que ha recorrido muchas localidades. Soy hijo de arquitecto, realicé estudios de Arquitectura y siempre me he sentido fascinado por la construcción de las figuras y las líneas que se logran en el ballet. He tenido la suerte de poder seguir a la compañía de Biarritz durante dos años. El libro es fruto de todo ese trabajo», dijo.



Uno de los grandes fotografos de prensa



Nació en Donibane-Lohizune. Comenzó su carrera como fotógrafo de prensa en fecha y circunstancias que marcaron la historia europea: el Mayo francés. Trabajó en Vietnam, con el Frente Polisario y en el Salvador. Realizó crónicas gráficas de la Transición española y de la guerra entre Irak e Irán durante diez años y es con la jubilación cuando se aparta de esa extraña pulsión que le lleva a perseguir las catástrofes para dedicarse a temas más amables.