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Partido musical de cesta punta

Egilea
Iratxe de Arantzibia
Komunikabidea
Diario vasco
Mota
Kritika
Data
2009/08/30

 

Con una duración de setenta y cinco minutos, la singular propuesta, coproducida por Quincena Musical y el Ayuntamiento de Hondarribia, estuvo compuesta por doce secuencias, en las que se interrelacionaban una pareja de pelotaris -Egiguren II y López-, un cuarteto de bailarines -Eneko Alcaraz, Aiert Beobide, Jorge Lastra y Eneko Balerdi- y cuatro saxofonistas -Sigma Project-, según el planteamiento original del compositor donostiarra Gorka Alda. Curiosamente, la pelota, homenajeada en esta iniciativa cercana al performance, fue casi la gran ausente en la puesta escénica, con dos pequeñas apariciones. Sin embargo, en el plano acústico, su hegemónica presencia fue una constante, gracias a la partitura del donostiarra.
Pese a ser la velocidad de la pelota una característica de este deporte, ni la música de Alda ni la coreografía de Mikel Aristegui se interesan por esta magnitud física. Más bien, todo lo contrario, ya que juegan con la suspensión del tiempo, creando pequeños fotogramas -sonoros y coreográficos-, con los que dibujan la trayectoria tanto del bailarín-pelotari como de la pelota. La investigación del movimiento natural de cada bailarín es el punto de partida del material coreográfico de Aristegui. A partir de esa materia prima, deconstruye el movimiento de un pelotari jugando. La singularidad de cada bailarín, derivada de sus diferentes raíces estilísticas bien contemporáneas o de euskal dantza, queda subrayada en las escenas corales, dotando de mayores matices al material coreográfico. Gorka Alda había concebido esta propuesta como una escultura en movimiento, en la que, incluso, se traza un paisaje que evoca al frontón de una iglesia. Hay instantes en los que Hormen arteko oihartzunak consigue sublimar la poética del espacio y del juego, aunque una excesiva confianza en la improvisación provocó un final no tan espectacular como el imaginado por Alda. La propuesta experimental satisfizo al público que premió esta simbiosis de deporte y arte con cuatro minutos de aplausos.
Partido musical de cesta punta
Un momento de la coreografía del espectáculo /F. DE LA HERA

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