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Orekan, una escuela diferente
Nueva iniciativa de una lasarte-oriatarra y un catalán en Buenos Aires aldapa
Este es el segundo curso de Orekan, que surgió del «proyecto conjunto» de ambos docentes.
Otamendi es una joven bailarina, terapeuta y profesora de danza lasarte-oriatarra. Su inquietud por la consciencia corporal le ha llevado a «compaginar sus estudios artísticos de bailarina y actriz con la formación terapéutica APCI (Análisis Psicocorporal Interactivo) y otros métodos de Autoconocimiento». Estudió durante más de un lustro en Barcelona, donde conoció a Jordi.
Él es actor, bailarín y profesor de Danza. «Sus estudios de Magisterio, unidos a sus experiencias artísticas en el movimiento y la libre expresión le han inspirado para profundizar en este ámbito de la danza». Por lo tanto, Orekan nació de la unión de los conocimientos de ambos.
«Hemos separado lo más interesante que hemos aprendido y hemos añadido nociones de cosecha propia», afirma Amaia.
En las clases se da «un trabajo global, lo que pienso, lo que siento y cómo lo expreso». La acogida de la gente, aseguran, va en aumento.
En palabras de Ramón están en una fase «de siembra» y poco a poco van «recogiendo». La escuela está dividida en talleres de dos a tres horas de duración de «teatro físico, movimiento, danza expresión y danza teatro», entre otros. Otamendi detalla que son «grupos pequeños de unas 10 ó 12 personas».
Espacio para el cuerpo
Las personas que acudan a Orekan van a encontrar, según ella, «un lugar donde van a tener un espacio para su cuerpo» lo que supone un beneficio «sentir el cuerpo, saber qué me dice, qué necesito» y, a partir de ese punto, «ir ampliando los objetivos».
Se trata de un espacio para crear, «todos somos creativos, podemos crear en vez de imitar». Señalan que los «beneficios son muchos» y dependen «de dónde esté uno y cómo se encuentre». Jordi Ramón lo ratifica citando una frase de una de las alumnas de Orekan, «una chica que suele venir nos dijo que cada día que venía era una sorpresa».
Otamendi añade, además, que se «da la sensación de estar con uno mismo, de tener unespacio propio, a la gente se le llena la mirada. El límite es uno mismo». Él explica que proponen «ejercicios y dinámicas y cada persona llega hasta donde puede, nosotros respetamos mucho el ritmo y el espacio de decisión de cada alumno».
Ellos, como profesores, también aprenden «observando cómo se comporta la gente» y es que se da una interacción.
Según Otamendi, existen unos «aspectos terapeúticos muy beneficiosos». «Yo soy terapeuta psico-corporal y pienso que todo el proceso es importante, así sabemos qué le pasa a la gente, que consejo dar y cómo guiarles en esa nueva experiencia». Además de las clases en la sede de Orekan, ambos profesores imparten clases y reciben cursos «en Biarritz y en otros lugares». Y es que, atienden también «propuestas de talleres temáticos» a raíz de propuestas de los alumnos o suyas.
Probar una clase
Otamendi apunta que las personas que se animen «puede probar una clase de forma gratuita» avisando previamente. Eso sí, «no pueden venir a «ver sino a participar». Las personas que prueban «suelen querer repetir». En la primera clase «se hace un trabajo de consciencia corporal, se contacta con uno mismo y, después, se pasan a los juegos y dinámicas». Para ello se utilizan telas, cojines, palos y otras herramientas. Estas clases sirven, en parte, para que «el juez que tenemos dentro no esté todo el rato machacando».
Por lo tanto, aquellas personas que estén interesadas en ampliar sus conocimientos sobre el propio cuerpo y en probar unas clases diferentes pueden acudir a Orekan. Está situada en Buenos Aires aldapa, 7-4, bajo y el número de teléfono es el 943 365 997. Aquellos que dispongan de una dirección de correo electrónica pueden pedir información escribiendo a orekan@orekan.org.
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