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Nuevos tiempos para la dantza
El grupo de dantza Txindurri celebró ayer su 'Txindurri Eguna', un día creado con el objeto de mostrar a Ermua sus habilidades en los bailes vascos
Un total de 32 chicos y chicas comenzaron a dar sus primeros pasos
procedentes en su mayoría del colectivo de dantza Kinetz de Blanquita
Lañeta, Joseba Idigoras, Roberto Azpiri y el elorriotarra Jabi Arrieta
y que desapareció a principios de los 70. En mayo de 1976, tras varias
actuaciones por los pueblos de la comarca del Duranguesado y Bajo Deba,
asistieron a la primera concentración de dantzaris de toda Euskal
Herria, el Dantza Eguna celebrado en San Juan de Luz. «Había tantos
grupos que no teníamos la posibilidad de mostrar todos nuestros bailes
por eso se constituyó el Txindurri Eguna», explica Gaizka
Areitoaurtena, ex director de baile del grupo y que por entonces
contaba con 13 años.
Los ochenta fueron años prósperos. Llegaron a superar los 200
socios, los 20 monitores y su repertorio giraba entorno a las 70
dantzas. En cuanto a la banda de txistularis se contabilizaban 15. Hoy
son sólo seis. Tal vez el motivo fuera que antes de que se constituyera
la escuela de música, el grupo Txindurri, formaba a los jóvenes en el
arte del txistu y la caja.
La dantza se estaba convirtiendo en algo popular y su espontáneo
movimiento parecía extenderse por Ermua. Sin embargo no fue así, a
finales de los 90 comenzó el declive. Los dantzaris empezaban a edades
cada vez más tempranas -los 4 años-, más que por afición por decisión
de los padres que en muchas ocasiones sólo buscaban 'poner guapos' a
sus hijos en las actuaciones públicas. Por otra parte, los monitores,
hastiados, comenzaban a dejar el grupo y la dantza encontraba
dificultades a la hora de mantener a los adolescentes que decidían
abandonar el grupo por deportes como el fútbol.
En la actualidad, existen 103 niñas y 32 niños en la escuela de
dantza de Txidurri y dentro de los grupos de adultos -mayores de 15
años- se contabilizan 12 hombres y 18 mujeres. La dantza, que en su
ritual es dominantemente masculina, se feminiza a pasos agigantados.
Este hecho supone que la mujer comience a hacer suyos bailes que por
tradición eran danzados por hombres.
Bailes populares
Según Areitoaurtena otro de los motivos de ese desplazamiento
social de la dantza se debe a que «se da más importancia a los vistosos
bailes de grupo que a los populares, de romería, como las jotas o el
Larrain dantza».
Quizá uno de los bailes más representativos de Txindurri y de todo
el País Vasco sea el 'Dantzari-dantza' durangués que se sigue bailando
el día Zezen en las fiestas patronales del municipio junto con el
aurresku que en cada municipio tiene su propia peculiaridad y que en
Ermua incluye el banan-banako. «Tal y como se bailaba en los 40 se ha
perdido», explica Areitoaurtena que recuerda con cariño al último
aurreskolari, el berriztarra Leandro Gorratzategi, que vivió toda su
vida en Ermua y que bailaba el aurresku con más de 70 años. «Intentamos
recuperarlo con Joseba Idigoras pero hacía tiempo que había dejado de
bailar y aunque tenía un recuerdo bastante global no era total».
LOS DATOS
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