Nueva Zelanda y Cuba acompañan a Haritz en el Festival de Folclore

El festival tendrá lugar mañana en Olaizaga, a las 22.30, y la entrada será gratuita

Haritz Dantzari Taldea abrirá el festival con la interpretación de varias piezas originarias del Valle de Salazar, como Axuri Beltza, las danzas de Otsagabia, Pasacalle, Jota, Modorro, Kakutxa, Pañuelo Dantza, Emperador y Dantza. Los bailarines de Haritz harán ver sobre el escenario del polideportivo elgoibarrés los frutos de los ensayos para preparar estos bailes, labor en la que han contado con la colaboración de danzantes de Otsagabia.

Los miembros de Haritz volverán al escenario del polideportivo Olaizaga para cerrar el festival con una actuación marcada por los ritmos y las danzas de Lapurdi. Su repertorio incluirá las piezas que Betti Betelu enseñó hace años a los dantzaris elgoibarreses y que ahora han vuelto a revisitar con el apoyo de Claude Iruretagoiena con el fin de perfeccionarse en su ejecución. Las piezas que interpretarán los músicos y dantzaris de Haritz serán, Makeako soka-dantza, Xinple, Marmutx, Makil-dantza, Gabota, Dantza luze soka, Bizar danta y el Gran Fandango, una composición coreografiada por Betti Betelu.

La cita de mañana tiene otros protagonistas además de las danzas vascas. El Festival Internacional de Folclore ha sido la llave que ha acercado a los espectadores del Bajo Deba a otros formas de entender la música y las danzas tradicionales, y el festival de mañana no va a ser una excepción. En este ocasión, Haritz Euskal Dantzari Taldea compartirá protagonismo con el exotismo y el ritmo de Cuba y Nueva Zelanda.

La isla caribeña estará representada por Camagua. Este agrupación vio la luz en el año 2011 como heredera directa de Maraguán, grupo creado en 1981 y del que proviene la mayor parte de los bailarines y músicos que componen Camagua. Durante su actuación, el grupo cubano interpretará piezas cubanas en las que no faltarán ni la animación ni el ritmo. Cada interpretación es un alarde de mestizaje que aúna lo barroco con el ambienta tropical, ofreciendo un retrato que ayuda a entender mejor la tradición folclórica caribeña.

De una isla ubicada en las cálidas aguas del Caribe, pasamos a otra situada justo en las antípodas. De Nueva Zelanda llega Nga Uri Te Wai-O-Taiki, agrupación folclórica maorí que interpretará diferentes piezas entroncadas con la cultura y la tradición de sus antepasados. Sus bailes muestran el apego a la tierra sobre la que habitan y el valor que ésta tiene para cada uno de sus miembros, descendientes de los pobladores originarios de esta gran isla antes de la llegada de los colonizadores británicos. En esas interpretaciones, los miembros Nga Uri T Wai-O-Taiki usan instrumentos indígenas que acercarán a los asistentes a una cultura y a una forma de entender la vida que luchan por no desaparecer.