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La prestigiosa Nederlands Dans Theater actuará esta noche en el Kursaal
«Estoy encantado de venir aquí empezó diciendo el director artístico
de NDT, Anders Hellström, en el encuentro que mantuvo ayer con la
prensa. Tenemos entre nosotros a los donostiarras Urtzi Aranburu y
Jorge Nozal, y el año que viene se incorporará al grupo una tercera
bailarina vasca, Iratxe Ansa. Será que hay talento y buena formación».
«A pesar de que todos los bailarines de Nederlands Dans Theater tienen formación clásica, la compañía trabaja la danza contemporánea, y lo hace, además, en el mayor nivel internacional», explicó Anders Hellström. La NDT está dividida en tres grupos:el principal es el primero, el que está compuesto por treinta bailarines de entre 23 y 42 años. Estos son los que dejarán boquiabiertos a donostiarras y visitantes con sus ágiles movimientos.
El segundo grupo está dedicado a los que no han cumplido aún los 23 años. El director artístico quiso aclarar que no funciona como una escuela. «Son jóvenes profesionales que tienen una sólida y buena formación. Lo que hacemos es prepararles un programa más adecuado, con menos producciones y con un ritmo más lento». La NDT III es muy especial, ya que ofrece una oportunidad a los artistas mayores de 40 años.
La NDT I ha venido a Donostia con un completo programa. La primera obra la realizó el coreógrafo residente Jiri Kylián y está basada en el mito de Icaro. El protagonista quiere volar tan alto que llega hasta el sol y sus alas se funden. Por eso la tituló el prestigioso artista checo “Wings of Wax” (alas de cera). «Comienza con una fascinante imagen dramática: un árbol desnudo, colgado boca abajo con sus raíces sobre el escenario. Los bailarines, vestidos de oscuro, salen desde el fondo del escenario, solamente para volver a ser absorbidos», contó el director artístico.
La segunda obra, “Click-Pause-Silence”, también es de Jirí Kylián. «Es una de mis favoritas confesó Hellström. Está ideada para una de las bailarinas más relevantes del grupo que estaba a punto de retirarse. Sobre el fondo del escenario aparecen imágenes de ensayos, mostrando lo duro que la gente ha trabajado para llegar a dominar los movimientos. Entre líneas el espectador es consciente de la condición humana».
Paul Lightfoot, autor de la tercera coreografía junto a su esposa Sol León, se mostró contento en la rueda de prensa. «En 1987, mi mujer y yo bailamos en Victoria Eugenia, y es un honor volver a esta ciudad», declaró. La pieza “Signing Off” habla sobre los cambios que hay que hacer en la vida. La crearon en una dura y relevante época de transición. «Siempre hay un momento en el que el tiempo se convierte en textura. Tocar esa textura es lo que hace despertar en uno la necesidad de un cambio», explicó.
«Es un sueño hecho realidad»
DONOSTIA
Para el donostiarra Urtzi Aranburu, actuar en su ciudad con la compañía NDT es un sueño hecho realidad. El año pasado, cuando le otorgaron el premio de la Asociación de Profesionales de la Danza de Gipuzkoa, también habló ante los medios de ese deseo.
«Viajamos mucho por todo el mundo, pero hasta ahora no hemos tenido posibilidad de ofrecer el espectáculo en casa. Estoy contento porque podremos enseñar lo que sabemos hacer a familiares, amigos y conocidos. Pienso que serán dos noches especiales y muy emotivos», declaró ayer en rueda de prensa.
Aranburu tiene 34 años y lleva 16 bailando profesionalmente. Está en un momento de transición, decidiendo qué hacer en el futuro. «En esta profesión, el momento de pensar en la retirada llega antes indicó. Tengo claro que no me quedaré en Holanda y volveré a Donostia. Me gustaría poder realizar aquí algo relacionado con la danza y enseñar todo lo que he aprendido fuera de casa».
«Ojalá surja algún proyecto, porque hay mucha cantera pero todos estamos fuera», dijo su compañero Jorge Nozal, también de Donostia.
Nozal es nuevo en la NDT. Entró en 2003. «La primera pieza que bailé fue ‘Signing Off’, en Bilbo. Por eso, aunque para sus creadores sea una transición, para mí supone el comienzo de un camino. Vengo de un mundo clásico, pero tenía claro que no era lo mío. Mi deseo era participar en una compañía moderna. La entrada en la NDT fue bastante rápida y fácil. Tuve suerte porque había justo un contrato libre».
Para los dos jóvenes bailarines, es una gran suerte el poder formar parte de una compañía con «un abanico tan grande de estilos y coreógrafos diferentes». Piensan que para los vascos que deseen entrar puede ser una motivación añadida saber que tienen algunos paisanos allí.
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