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Muere el popular txistulari bilbaíno Boni Fernández
El músico, que durante décadas dirigió la Banda y la Academia de Txistularis, falleció el sábado a los 85 años
Sastre de profesión, el famoso músico del 'botxo'
aprovechó una mili tediosa en Santander para aprender a tocar él solo a
los 23 años. Hasta entonces no había tenido mucho tiempo, ya que desde
su adolescencia trabajó a destajo para ayudar a su madre viuda. Por
eso, cuando se vio con enormes cantidades de tiempo libre, corrió a
comprarse un txistu de madera de boj en Vellido por 375 pesetas y el
método de aprendizaje del padre capuchino Hilario Olazaran. La
inversión y el esfuerzo le valieron la pena: muy pronto se convirtió en
todo un maestro y en el perejil de todas las salsas de la ciudad,
aunque sus amigos afirman que detrás de su intensa vida social -no
había incondicional del Casco Viejo que no le conociera- se escondía un
hombre muy hogareño.
Cientos de alumnos
Aunque no abandonó los patrones y la aguja, Boni se
consagró al txistu. De hecho, durante décadas fue director de la Banda
y de la Academia de Txistularis de Bilbao, donde enseñó a cientos de
alumnos.
Su talento le llevó a traspasar las fronteras de su
querido 'botxo' y fue conocido internacionalmente gracias a sus
actuaciones con los grupos Etorki y Gaztedi y a las giras con el ballet
Olaeta y la Coral Ondarreta.
Aunque dejó su cargo en la Banda y en la Academia hace ya 20 años, Boni, tal y como anunció entonces, nunca se jubiló del txistu, pero, sobre todo, no se retiró del corazón de los bilbaínos. Mañana, a las 19.00 horas, tendrá lugar su funeral en la iglesia de El Carmelo de Santutxu.
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