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Momix abre la temporada otoñal de danza en el Victoria Eugenia

La compañía norteamericana presenta su espectáculo 'Sunflower moon' Moses Pendleton introduce en su montaje técnicas del Teatro Negro de Praga

Egilea
Iratxe de Arantzibia
Komunikabidea
Diario Vasco
Tokia
San Sebastián
Mota
Albistea
Data
2007/10/16

Con una duración de hora y media, el espectáculo Sunflower moon se compone de dos partes -Sea of tranquility (el mar de la tranquilidad) y Bay of seething (la bahía de la agitación)-. La luz es uno de los motores esenciales de esta obra. Los diseños de luces, a cargo de Josua Starbuck y Moses Pedleton, permiten evocar atmósferas de fantasías luminosas, mediante el uso de luz negra en forma de vigas ultravioletas. Los bailarines vestidos de blanco e iluminados por la luna, parecen flotar en un universo alternativo, donde existe una extrema sensación de ligereza, y que pasa a ser la marca de fábrica de Momix. La gracia, según Pendleton, está en oscurecer «la ayuda visible». En cuanto a la música, el coreógrafo ilusionista norteamericano opta por mezclar una banda sonora de artistas como Buddha Experience, Brian Eno, Waveform y Hans Zimmer, que contribuye a redondear el universo fantástico de la compañía estadounidense. Doce intérpretes componen el elenco de esta obra, definida como «poesía visual con tintes ilusionistas».

Un gran truco de magia

Las actuaciones de hoy y de mañana de Momix no son ni las primeras en Donostia ni su primer espectáculo en el Victoria Eugenia. Hace trece años, la compañía estadounidense presentaba su espectáculo Passion en este teatro donostiarra, en el marco de la undécima edición del desaparecido festival Maiatza Dantzan (1994). Recientemente, en 2005 el montaje recopilatorio por sus bodas de plata -The best of Momix- recaló en el Kursaal.

Momix es una formación de bailarines-ilusionistas creada por Moses Pendleton en 1980. La compañía es célebre por su habilidad para evocar un mundo de imágenes surrealistas, empleando objetos, luces, sombras, una gran dosis de humor y, lo más importante, el cuerpo humano. El nombre de esta formación procede de un solo creado por Pendleton para los Juegos Olímpicos de Invierno en Lake Placid en 1980; Momix es el nombre de un complemento alimenticio que Pendleton usaba para alimentar a sus terneros.

Teniendo en cuenta la complejidad y el efectismo buscados por Pendleton, el creador no nutre Momix de bailarines al uso. Más bien parecen gimnastas olímpicos, por su corporeidad y masa muscular, cuestión lógica, ya que la fortaleza y resistencia son dos de las claves del desarrollo de las piezas. Acudir a un espectáculo de Momix no es ver un montaje convencional.

La concepción escénica de Moses Pendleton difiere de los cánones tradicionales. El norteamericano entiende el montaje como una ilusión, un gran truco de magia, una pequeña lección del arte de birlibirloque. Ello hace que la técnica y el lenguaje coreográfico queden supeditados e incluso relegados a un segundo plano. Sería como ver una superproducción de cine americano, repleta de la última tecnología de efectos especiales, frente al cine de autor europeo. De todo ello, habrá una muestra hoy y mañana, a las 20.00 horas, en el Victoria Eugenia, donde Momix volverá a hacer un gran ejercicio de ilusionismo, en el que el truco será lo de menos.

Momix abre la temporada otoñal de danza en el Victoria Eugenia
Las imágenes surrealistas son uno de los atractivos de esta compañía.

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