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Mintxo y Mintxo, la música festiva del Carnaval

Con su txistu y atabal, Garaikoetxea y Salaberri dan la nota en Lantz desde hace 20 años, después de llevar el folclore vasco a tres continentes

Son más que conscientes de que sin ellos la fiesta perdería su esencia. “Si no hay música, no hay carnaval”, dice Mintxo Garaikoetxea Aranburu, mientras su tocayo Salaberri Nieves asiente. Estos dos pamploneses, ambos de 54 años, ponen la nota musical cada año, desde 1996, al lunes y martes de carnaval de Lantz. Unas melodías que no tendrían color sin el txistu del primero y el atabal del segundo, instrumentos que les han hecho recorrer buena parte del mundo, conquistando rincones de Europa, América y África.
Egilea
Nazareth Bernhardt - Iban Aguinaga
Komunikabidea
Noticias de Navarra
Tokia
Lantz
Mota
Albistea
Data
2015/02/17
Lotura
Noticias de Navarra

La de estos días es la vigésima vez que esta pareja de músicos se convierte en la banda sonora de los carnavales de Lantz, después de que se estrenaran a finales de febrero de 1996. “Un privilegio”, afirman ambos. Echando la vista atrás, recuerdan aquella primera vez, un año en el que el lunes de carnaval nevó tanto “que igual no podíamos volver”, apunta Salaberri. Por eso, ambos pamploneses pasaron la noche en una casa de la villa para así asegurarse su presencia al día siguiente, la jornada más importante de la fiesta. Y fue tal la cantidad de nieve que cayó, que las carreteras quedaron incomunicadas. “Por la tarde salimos a tocar, pero había más gente haciendo el carnaval que los que lo veían, una docena de personas como mucho”, dice, entre risas, el atabalari.

Ayer abrieron estos 20 años con la interpretación de su tradicional zortziko, uno de los bailes más populares de Navarra, en la primera planta de la Posada, el bar del pueblo. Pero el momento que los dos Mintxo prefieren, dicen, es la kalejira y actuación final en la plaza, la de esta tarde, antes de la quema de Miel Otxin (hoy, a partir de las 20.00 horas).

Tanto Salaberri como Garaikoetxea señalan que ser la banda sonora de Lantz “es un privilegio”. “La primera invitación me dio un vuelco al corazón”, confiesa Mintxo Salaberri, quien consideraba, en aquel momento, esta posibilidad “como algo inalcanzable. Este carnaval es de otra categoría y yo soy músico callejero, he aprendido por mi cuenta”. “Lantz para un txistulari es comparable con que el Orfeón Pamplonés actúe en Londres (así lo hicieron al celebrar su 150 aniversario)”, comenta Garaikoetxea.

EMOTIVIDAD MUSICAL Tanto Mintxo Salaberri como Mintxo Garaikoetxea prefieren vivir la fiesta desde su posición, del lado que pone la música, porque “nos gusta aportar cosas y tocar es lo mejor que podemos hacer”, afirma el primero. “Si no tocásemos en fiestas, nos aburriríamos”, bromea su compañero. Éste destaca que “esto no es un trabajo, cada uno tenemos nuestra profesión (enfermero, Garaikoetxea, repartidor de paquetería, Salaberri). Estamos a gusto y lo hacemos porque queremos; a veces sí que tenemos obligación pero cumplirla es placentero”. Mintxo y Mintxo dan la nota en diferentes eventos, como en Ituren, Zubieta, Alsasua, Lumbier o Pamplona, durante los Sanfermines. Garaikoetxea Aranburu es, además, txistulari del Ayuntamiento de la capital navarra, lo que le da el privilegio de dar vida a las primeras notas musicales de los Sanfermines, poco después del Chupinazo, en medio de la plaza Consistorial. Unos minutos que define como “el momentazo del verano; el del invierno se lo lleva Lantz, aunque hay varios momentos emotivos a lo largo del año”.

Así, en su promoción del folclore vasco, estos dos pamploneses han llegado con sus txistus y atabales a medio mundo, como Alemania, Argentina y Chile, Canadá, Túnez o diferentes rincones de Estados Unidos, como Disney, el parque de atracciones de Orlando (Florida). “Celebraron una semana de Francia y, entre las diferentes culturas, estábamos nosotros, con actuaciones de entre 20 y 25 minutos, seis días a la semana durante un mes”, recuerda Salaberri, que disfrutó de esta experiencia junto a un grupo de Biarritz, que lo invitó para la ocasión.

Garaikoetxea, que cruzó el charco en numerosas ocasiones para actuar en Quebec (Canadá) o diferentes casas navarras de América del Sur, entre otros lugares, llegó a tener la oportunidad de hacer sonar su txistu en San Francisco, en la costa oeste de Estados Unidos. “Pero las fechas coincidían con el carnaval de Lantz, así que tuve que decir que no”, subraya.

VASCO A LA CUBANA En numerosas ocasiones, esta pareja de tocayos cambia el txistu y el atabal por la trompeta y el bombardino y los bongós, respectivamente. Ambos forman parte de la txaranga sanferminera Jarauta 69 (fundada en 1982, año de la incorporación de Garaikoetxea, tres antes de la de Salaberri) y del grupo de música cubana Sonora Sonera. “En un viaje a Cuba vimos cómo se tocaba su música en todas partes”, relata Mintxo Salaberri. Después de varios años de investigaciones y conocimiento de timba, además de contacto con diferentes artistas locales y formación en el estilo de timba, fundaron esta banda, que en sus inicios se llegó a confundir, en Pamplona, con El Médico de la Salsa, grupo cubana, embajador de este estilo musical. “Empezamos a tocar por los bares en Sanfermines y a repartir las letras de las canciones entre los que nos rodeaban. Al día siguiente, decían en prensa que había sido El Médico de la Salsa, pero no...”, recuerda, con alegría, Salaberri.

El txistulari Mintxo Garaikoetxea y el atabalari Mintxo Salaberri recorren las calles de la villa de Lantz, metros más atrás de la alta figura de Miel Otxin.

El txistulari Mintxo Garaikoetxea y el atabalari Mintxo Salaberri recorren las calles de la villa de Lantz, metros más atrás de la alta figura de Miel Otxin.

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