Edukira salto egin | Salto egin nabigazioara

Tresna pertsonalak
Hemen zaude: Hasiera Hemeroteka Minotauros en el Arriaga

Dokumentuaren akzioak

Minotauros en el Arriaga

Egilea
Álvaro Bermejo
Komunikabidea
SDV
Mota
Albistea
Data
2008/02/29

El espectáculo resultó soberbio, rebosante de creatividad, de ritmo y de fuerza. Incluso con su punto Fura dels Baus, cuando los dantzaris que los entrechocaban rompieron los palos y uno casi deja la huella de Vlad el Empalador en una gruppie de primera fila. Vale, se ha escrito mucho acerca de esta coreografía. Que si bebe de un curioso mito vasco-japonés, que si hay que situarla entre las danzas de carnaval, y qué bonito quedó el atrevimiento de deslizar una habanera en la intxaursalsa de las esencias.

Pero sin dejar de ser todo eso, lo esencial de Urbeltz es otra cosa. Su raíz nace del propósito experimental de Jorge Oteiza y apunta a una indagación que trasciende lo folclórico para aspirar a la creación de una nueva semántica de los bailes vascos. Antes de acercarse a un espectáculo de Urbeltz es obligatorio evocar aquellos años, diciembre de 1966, cuando Oteiza y él quedaban para ensayar y aparecían el txistulari Aldekoa y el pintor Zumeta en moto.

Oteiza, el maestro, les enseñaba a «hablar bailando», a revolucionar la danza hasta imbuirla de una conciencia experimental que alumbrara algo más que meros ejecutantes de un folclore. Él soñaba con un mundo de dantzaris-bertsolaris, dantzaris-periodistas, y hasta dantzarisminotauros.

Cuarenta años después los minotauros estaban en el Arriaga, pero eran minotauros de hombre y zorro. De Oteiza y Urbeltz. Con ese par móvil on line, este pueblo que danza al sur de los Pirineos aún tiene mucho que contar. APas de basque que es como un chat entre entrechats.

Dokumentuaren akzioak