Mil metros más para la danza

En septiembre, los alumnos de distintas disciplinas de baile de Donostia Eskola estrenarán las nuevas dependencias recién terminadas que se ubican frente a Tabakalera

Cuatro nuevas salas de danza y otros tantos vestuarios vendrán a añadirse desde el inicio del próximo curso escolar a la oferta de instalaciones municipales para aprender distintos tipos de baile. Estas dependencias se concentran ahora en la Escuela Municipal de Música y Danza de Atotxa, que tiene dos aulas para las clases de danza, así como en la casa de cultura de Egia, con un aula y media más destinada a euskal dantzak. Desde septiembre, el cuerpo en movimiento tendrá un millar de metros cuadrados más en pleno cogollo cultural de la ciudad, en un espacio decorado en colores grises y blanco.
Las cuatro nuevas aulas de danza, de entre 82 y 130 metros cuadrados, se sitúan muy cerca de la sede de Atotxa, en un espacio habilitado bajo la plaza Blas de Otero, que en el pasado acogió parte del garaje del servicio de grúa del Ayuntamiento. La luz natural entra directamente a tres de las nuevas aulas de danza, disimuladas desde el exterior por una celosía metálica, que trata de evitar las miradas indiscretas. Desde el interior, sin embargo, entra abundante luz y se contempla la fachada de la entrada lateral de Tabakalera, en la denominada plaza de Néstor Basterretxea. La cuarta clase destinada a la danza es interior, pero también le llega luz natural procedente de las otras clases, que están separadas de esta por paredes de cristal.

Los trabajos de construcción de estas nuevas dependencias para estudios artísticos no reglados –danza clásica, contemporánea, bailes vascos...– han terminado ya y fueron entregados de modo oficial al Ayuntamiento el pasado viernes. Deste hace unos días, los operarios se dedican a las tareas de limpieza. Una vez finalizada la nueva instalación, solo faltan los equipamientos, para lo que hay un presupuesto de 20.000 euros. Aunque los espejos de las aulas de danza ya están instalados en sus grandes paredes, faltan por colocar las barras de danza, los ordenadores y los monitores, en los que los alumnos podrán contemplar vídeos con consejos y coreografías.

En la actualidad, la Escuela de Música y Danza, también conocida como Donostia Eskola, cuenta con cerca de 2.100 alumnos (400 de ellos de danza) de todas las edades, aunque principalmente escolares. Con la puesta en marcha del espacio exclusivo para el baile, se podrá dar cabida a más de un centenar de alumnos más.

Los nuevos locales situados frente a Tabakalera no solo se caracterizan por la amplitud de sus aulas. También los vestuarios son espaciosos. En total, cuentan con unas 125 taquillas, repartidas entre los vestuarios específicos para profesores, con duchas independientes, los de carácter mixto –destinados a escolares, padres y madres–, los masculinos y los femeninos.
Otra de las características del nuevo espacio es que se sitúa junto a lo que queda de las dependencias de la grúa de Atotxa. De hecho, se ha abierto una puerta de acceso a los 3.000 metros cuadrados subterráneos que, en el futuro, podrían servir para ampliar las nuevas dependencias de danza, si fuera necesario. El teatro y otras disciplinas artísticas también pueden tener en este espacio un hueco disponible.
Por si acaso, algunas de las infraestructuras del nuevo local exclusivo para la danza ya tienen en cuenta posibles ampliaciones futuras. Por ejemplo, la salida de emergencia hacia la plaza Blas de Otero es más grande de lo que sería necesario solo para el actual módulo de danza.
dos años

Problemas en la obra

La creación del nuevo espacio destinado bajo la plaza Blas de Otero, junto a Tabakarela, fue anunciado hace dos años y ha tardado más de lo inicialmente previsto en ser realildad. También su coste inicial se ha duplicado y ronda los 1,5 millones de euros. Aunque los primeros trabajos comenzaron en julio de 2014, en octubre tuvieron que paralizarse, ya que la empresa adjudicataria de las obras encontró un entramado de vigas en el techo del espacio que no habían sido contempladas en el proyecto, y que obligaban a cambiar los planes constructivos.

La situación, además, hizo que se sacasen de nuevo a concurso los trabajos y a recalcular el coste de la actuación. El asunto, incluso, llegó ser objeto de debate en las comisiones municipales. Finalmente, los técnicos aseguraron que el proyecto no había sido visado a la causa de las prisas, lo que, finalmente, conllevó que la información de la empresa constructora fuese insuficiente. Por todo ello, el Ayuntamiento tuvo que rescindir el contrato y volver a sacar a concurso la creación del nuevo espacio destinado a la danza.

Desde que la empresa Urbycolan tomó las riendas de la obra el pasado año, los trabajos se han desarrollado sin problemas aunque han tenido que parar durante dos meses, con el fin de finalizar la impermeabilización de la plaza Blas de Otero, que se encuentra sobre las nuevas dependencias destinadas a la danza.

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El director de la Escuela Municipal de Música y Danza, Mikel Mate, visita las nuevas instalaciones, recién terminadas de construir.